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Bien de interés cultural –  Resolución de 27 de febrero de 2024, para la incoación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto de Bienes Muebles, del Relicario del Monasterio del Santísimo Sacramento de Religiosas Bernardas, en Boadilla del Monte (Madrid)
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BOCM
B.O.C.M. Núm. 62

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 13 DE MARZO DE 2024

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das en mármol policromado, de bulto redondo y de pequeño tamaño, realizadas por un taller
italiano en la segunda mitad del siglo XVIII. Esculturas en bulto redondo en madera policromada de los siglos XVIII y XIX, además de una serie de documentos sobre el inventario.

El Relicario del Monasterio del Santísimo Sacramento alberga un conjunto de bienes
conformados por materiales de muy diversa naturaleza. Su conservación está determinada
por la capacidad de adaptación e interacción con las condiciones medioambientales de su
entorno, diferente para cada tipo de material, además de por las labores de mantenimiento
y cuidados.
Si bien dentro de este espacio que alberga el Relicario, creado específicamente para su
custodia, exposición y función devocional, la interacción con el medio ambiente se minimiza por la estabilidad de condiciones ambientales, hay que tener en cuenta que el traslado
a su actual ubicación (realizado en 1979), supuso para los bienes que lo conforman una importante manipulación y la readaptación a un nuevo entorno, lo que inevitablemente puso
en marcha nuevos procesos de deterioro.
Hay dos grupos de piezas que sufrieron más esta actuación: los lienzos murales del techo y la mazonería y plafones que recubren todos los paramentos y que albergan los distintos tipos de relicarios. Los lienzos murales han perdido la inercia que les proporcionaba el
muro que los soportaba y han sufrido deformaciones permanentes por su nueva actividad
higroscópica, poniendo en peligro los estratos pictóricos; han tomado aspectos que no son
propios, produciéndose cuarteados en cazoleta y deformaciones lineales por su nuevo sistema de sujeción. Los plafones y mazonería en madera dorada y policromada han sufrido
fracturas y modificaciones estructurales para adaptarlos al nuevo espacio; es de destacar la
deformación del tímpano de la calle central del muro norte, recortado para adaptarse a la
nueva altura; en la superficie de policromía son frecuentes los arañazos y un desgaste de los
dorados al agua, que dejan ver las capas subyacentes de bol rojo e incluso la madera.
El resto de los elementos son bienes de más fácil manipulación, por su tamaño y características formales, por lo que debieron sufrir menos en el traslado. En general, se destacan diversos problemas de conservación que afectan a unos u otros elementos en función
de su composición material, tipología, técnica de ejecución y manipulación, entre ellos, los
siguientes:
— Pérdidas de elementos estructurales secundarios como molduras, columnas, remates, falanges de esculturas y otras, que pierden el ensamble como consecuencia de
la pérdida de función de adhesivos ligado a la pérdida de volumen de la madera.
Se conservan gran cantidad de elementos desprendidos de las obras.
— Pérdida de estanqueidad de las urnas por la merma de la madera, rotura o desplazamiento de los vidrios o por pérdida de los sellados originales. Esto provoca la
entrada de polvo en las reliquias y favorece la interacción con el medio.
— Fractura o descolocación de las reliquias dentro de sus habitáculos, puesto que los
montajes son muy delicados y se realizaron con adhesivos alterables.
— Intervenciones más o menos acertadas que modifican, rehacen o complementan
las obras originales.
A la vista de los problemas de conservación identificados, se considera conveniente realizar una serie de actuaciones sobre los bienes que lo precisen, dirigidas a regenerar ensambles, fijar policromías, restituir piezas sueltas y consolidar estructuras. Todo ello como medida preventiva para evitar la pérdida de elementos constituyentes, frenar procesos de deterioro
y evitar el desarrollo de otros nuevos, y con el objetivo de otorgar a los bienes constituyentes
del Relicario una estabilidad estructural suficiente que asegure su preservación y permita minimizar los daños que pudieran causar nuevas manipulaciones y traslados.
El Relicario del Monasterio del Santísimo Sacramento se creó con una concepción unitaria del espacio y de los bienes allí albergados, que se han ido ampliando en número a lo
largo de la historia y con una funcionalidad devocional clara. Esta concepción inicial debe
mantenerse y ser respetada en cualquier intervención, incluido un posible traslado de su actual ubicación.
En el caso de que se pretenda su traslado, el mismo deberá realizarse de acuerdo con
los siguientes criterios básicos:
— El conjunto del Relicario deberá ubicarse en un espacio adecuado cuyas medidas se
adapten a los bienes que lo conforman, permitiendo la disposición de los plafones

BOCM-20240313-26

B. Estado de conservación del bien y criterios básicos por los que deberán
regirse las futuras intervenciones