C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20230524-27)
Bien de interés cultural –  Decreto 54/2023, de 17 de mayo, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Paisaje Cultural, la Dehesa de Sotomayor y Casa de la Monta en Aranjuez
11 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Pág. 162

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 24 DE MAYO DE 2023

B.O.C.M. Núm. 122

Por último, parte de la parcela 4 del polígono 014 está incoada como Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona de Interés Arqueológico, denominada Zona de Protección Arqueológica de Aranjuez (código CM/013/0265), por Resolución del 20 de febrero de 1989.
El espacio de la Dehesa de Sotomayor es un ejemplo del resultado de la acción del
hombre sobre la naturaleza, mostrando una evolución histórica de la ocupación y el uso de
este territorio que determinan su configuración como paisaje cultural.
Evolución histórica:
Según se despende de la documentación conservada, una vez reconquistado en 1139 el
territorio de la vega del Tajo, donde se asienta Aranjuez, en 1171 fue cedido a los caballeros
de la Orden de Santiago, donde el gran maestre D. Lorenzo Suárez de Figueroa (1387-1409)
edificó un palacio o casa entre los bosques repletos de caza, convirtiéndose en uno de los cazaderos preferidos en tiempos de los Trastámara.
Históricamente, la dehesa de Sotomayor se cita como tal en un documento fechado
en 1478 emitido con ocasión de una visita a la fortaleza de Oreja, constatando que su explotación agrícola se remonta al siglo XV, cuando pertenecía a la Encomienda de Oreja de
la Orden de Santiago.
En 1489 el Maestrazgo de Aranjuez fue incorporado a la corona, con lo que el monarca se convertía en el administrador principal de estos bienes acotando una extensa zona para
su disfrute personal.
En el reinado de Carlos I comenzaron a incorporarse directamente bienes de las Órdenes
militares a la Corona, constituyendo un área de caza y recreo que se convirtió en el Heredamiento de Aranjuez primero y Real Sitio de Aranjuez después. Se trataba de agregaciones encaminadas a la formación de un “bosque para recreo”, dentro del ideal renacentista del gusto
por el mundo rústico. Así, hacia 1540 se incorporó la Encomienda de Oreja, destacando las
dehesas de Sotomayor y El Parral, tierras ricas en pastos y lugar apropiado para la cría y desarrollo del ganado caballar y mular.
En este momento se iniciaron algunas obras hidráulicas que serán luego desarrolladas.
Así, en 1530 se acometió la construcción de la presa del Embocador, para aumentar los riegos de la vega, de donde partía el caz de Sotomayor o de las Aves, que discurría por la margen izquierda del río.
Fue Felipe II quien otorgó la forma definitiva al territorio de Aranjuez, convirtiéndose para el rey en el lugar que ejemplifica los ideales antiurbanos, introduciendo la tradición
clásica de la villa como lugar de descanso, de contacto con la naturaleza. Construye un nuevo palacio, huertas, jardines, paseos arbolados, obras hidráulicas, en las que intervinieron
arquitectos como Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, o jardineros como Jerónimo
de Algora y Holbeque. Además, se creó toda una infraestructura hidráulica cuyas obras fueron dirigidas por Juan Bautista de Toledo.
Durante el siglo XVII no se llevaron a cabo cambios significativos. Felipe V realizó
obras en el palacio, jardines y caballerizas, pero no supusieron cambios sustanciales. Hasta
que Fernando VI en 1750 encargó al arquitecto Santiago Bonavía el proyecto de una ciudad
de nueva planta configurándose un modelo ideal de urbanismo ilustrado, un ejemplo de ciudad racional y planeada, carácter esencial del sitio. Este núcleo enlazaba con los trazados del
resto del territorio, formando un complejo donde se integran las actividades residenciales
con las de ocio cortesano y con las productivas.
Bajo la dirección de Carlos III, el conjunto de Aranjuez se orientó hacia su configuración como una explotación agropecuaria ideal según criterios ilustrados, centrándose en la
reestructuración del sitio, donde se fundan diversas explotaciones agropecuarias comunicadas mediante calles arboladas, que articulan y unen los cuarteles en que se divide, destinados unos a la cría caballar y otros a la producción agropecuaria. Destaca la construcción de
la Casa de la Monta en la dehesa de Sotomayor. Aranjuez, además de Real Sitio, se convirtió en una ciudad agrícola, un centro de experimentación para la botánica, la agricultura y
la ganadería, junto a las funciones de ocio y recreo de la Corte.
Desde sus orígenes como Real Sitio para el ocio y el recreo regio, la presencia de caballos tuvo un particular protagonismo, para cuyo desarrollo se destinaron varias fincas, la
principal Sotomayor, pero también Villamejor, Campo Flamenco, Legamarejo o Las Infantas. Los maestres de la Orden de Santiago ya criaban caballos, tradición que continuó con
Carlos I y fue mantenida por Felipe II, estableciendo la yeguada real bajo la autoridad del
caballerizo mayor.
El siglo XVII no fue especialmente bueno para la real yeguada, lo que se agudizó durante la Guerra de Sucesión. Después, Felipe V intentó reorganizarla y recuperarla, pero no
resurgió hasta que en 1746 Fernando VI emitió una ordenanza en Aranjuez para proteger y

BOCM-20230524-27

BOCM