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Bien de interés cultural –  Resolución de 27 de octubre de 2022, de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, por la que se incoa el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural de la pintura “La Providencia presidiendo las virtudes y las facultades del hombre” realizada por Francisco Bayeu y Subías
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BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MARTES 15 DE NOVIEMBRE DE 2022

B.O.C.M. Núm. 272

En este boceto, que mantiene con ligeras variaciones prácticamente la misma composición y figuras que la bóveda de palacio, la escena tiene lugar ante un luminoso cielo azul,
rodeado de un gran desarrollo de nubes en las que se ubican las distintas figuras. El espacio principal lo ocupa la Providencia, bajo un foco de mayor luminosidad, en la parte más
elevada y central, representada por una figura de mujer sentada en un trono de nubes, simbolizando la sabiduría. Con sus manos sostiene la cornucopia y el cetro, con el que señala
el globo de la tierra, esfera de gran tamaño, situada debajo de ella.
En el globo terráqueo se sienta la figura de un hombre con las grandes alas de la celeridad, como símbolo del Tiempo, llevando en sus manos el círculo y la guadaña. En línea
con esta figura, están representadas las Parcas, dos de ellas con rueca y una tercera con las
tijeras que cortan el hilo de la vida. Ante el globo, la Majestad Regia, con las insignias reales —corona y cetro—, acaricia a un águila; a su lado, se sitúa la Nobleza, en cuya frente
brilla una estrella y lleva en su mano la figura de Minerva, mientras que con la otra sujeta
una lanza. A otro lado se sitúan la Paz y la Fortuna.
En un plano inferior aparecen representadas tres figuras: la Fuerza, personificada
como una mujer con dos astas de ternero en la cabeza, sentada sobre un elefante; la Virtud
Heroica como Hércules desnudo, con corona de laurel, lanza o porra y piel de león; y el Ánimo Valiente que aparece como hombre desnudo, que se cubre en parte por un manto rojo,
mientras acaricia a un león.
En un plano superior a todas las anteriores figuras descritas están representadas las
Virtudes Cardinales —Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza—, con sus símbolos. La
Prudencia lleva el espejo y la serpiente; la Justicia porta la balanza y el cetro, con las fasces a sus pies; la Fortaleza aparece junto a la columna y las armas; y la Templanza con el
freno y la palma.
En un ángulo inferior un joven con manto rojo, corona y cetro representa a una de las
facultades del hombre, el Entendimiento; junto a él la Memoria, simbolizada como una mujer que lleva el dedo índice en un libro cerrado. Este grupo presenta una diferencia respecto al ejecutado en la bóveda de palacio, ya que aquí prescinde de tres elementos: la figura
que sitúa entre ambos, el Conocimiento propio, la cabeza de perro que figura a los pies de
la Memoria y, por último, la llama sobre la cabeza del Entendimiento.
En un espacio menos concurrido de figuras están representadas las virtudes, Caridad,
Fe y Esperanza; tres figuras de mujer con los símbolos con los cuales se las identifica. La
Caridad es una matrona que da el pecho a un niño; la Fe aparece como una joven vestida de
blanco llevando en sus manos la cruz y el cáliz; y la Esperanza se representa con túnica verde y un libro.
Junto a estas últimas se sitúa la Salud, que sostiene una taza en la mano. Otras figuras
representadas son el Dominio de sí mismo, sentado sobre un león; la Autoridad o Potestad,
como una bella matrona con toca azul sosteniendo un cetro y unas llaves; junto a ellas están también la Fidelidad y la Prosperidad, esta última como joven coronada de florecillas,
que contempla el trono de la Providencia.
En la estructura compositiva de la obra hay un mayor número de grupos de figuras dispuestos bajo la Providencia, dejando el centro casi vacío. Las representaciones femeninas
mantienen una semejanza entre ellas, caracterizadas por un rostro joven, con la cabeza levemente girada, en forma de óvalo, de tez clara y sonrosada, con el pelo recogido y llevando una corona, flores o toca y en variadas actitudes. En torno a las figuras sobrevuelan niños y angelotes en distintas posturas y en forzados escorzos, a veces portando los símbolos
de las figuras.
El autor pinta el borde de los cuatro lados del lienzo en tono oscuro, delimitado por
una línea de perfil mixtilíneo, definiendo o concretando el espacio destinado a la posterior
pintura al fresco de la bóveda.
En 1770 Bayeu inició los trabajos de esta bóveda, que sería ya la cuarta, finalizándolos en 1771. El programa de trabajo antes de realizar el fresco en la bóveda consistía en el
estudio de la obra, para lo que realizaba esquemas y dibujos de las figuras. Para este trabajo en concreto, con anterioridad al boceto, el pintor realizó una serie de dibujos que se conservan en parte en el Museo Nacional del Prado.
A continuación llevaba a cabo los bocetos previos como es, en este caso, el boceto de
“La Providencia presidiendo las virtudes y las facultades del hombre”, finalizando el proceso con la ejecución de la pintura al fresco de la bóveda.
Por tanto, de la decoración de la bóveda del cuarto o habitaciones privadas del infante don Luis de Borbón se conserva todo el proceso creativo, los dibujos, los bocetos y el
propio fresco de la bóveda.

BOCM-20221115-46

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