D) Anuncios - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20221115-44)
Bien de interés cultural –  Resolución de 27 de octubre de 2022, de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, por la que se incoa el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento, del “Edificio Castelar”, en el paseo de la Castellana, número 50 (Madrid)
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BOCM
B.O.C.M. Núm. 272

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MARTES 15 DE NOVIEMBRE DE 2022

Pág. 229

ANEXO
A) DESCRIPCIÓN DEL BIEN OBJETO DE LA DECLARACIÓN
1. Identificación y localización del objeto de la declaración
El “Edificio Castelar” está situado en el paseo de la Castellana, número 50, de Madrid.
La referencia catastral del inmueble es 1864013VK4716D0001JM.
La parcela en la que se ubica tiene una superficie de 3.031 m2 y cuenta con una superficie construida de 14.284 m2 según catastro, con uso principal oficinas.
El edificio, de forma sensiblemente triangular en su base, está situado en el cruce de la
calle del General Oráa con el paseo de la Castellana. Linda al norte, con su fachada a la calle del General Oráa, al oeste con la fachada principal al paseo de la Castellana y al sur con
el número 48 del paseo de la Castellana, ocupado por la Embajada de Estados Unidos. Al
este es medianero con el edificio situado en la esquina de la calle del General Oráa y Hermanos Bécquer.
Su topografía se aproxima a un plano inclinado cuya cota inferior se encuentra situada en
el paseo de la Castellana y la máxima al lado opuesto, con un desnivel de 10,50 metros.

Rafael de la Hoz Arderius pertenece a la llamada segunda generación de posguerra,
aquellos arquitectos que salen de la Escuela de Arquitectura antes de 1958 y que hasta la
publicación de AEC (1961) habían construido alguna obra importante. Muestra de su gran
importancia es el hecho de que Carlos Flores, en su obra Arquitectura Española Contemporánea, 1880-1950, lo incluya en una reducidísima lista que elabora de los principales arquitectos de la segunda generación de posguerra; catorces pioneros de la arquitectura contemporánea en Madrid, entre los que se incluyen Sáenz de Oiza, Corrales, Molezún, Carvajal,
Cano Lasso o García de Paredes.
Debido a que la guerra tuvo como consecuencia la desaparición prematura de algunos
profesionales o el alejamiento de España de muchos arquitectos que no pudieron influir en
el pensamiento arquitectónico de la posguerra española, la influencia directa de arquitectos
como De la Hoz Arderius vendrá de los arquitectos incluidos en la primera generación de
posguerra, como De la Sota, Cabrero, Fisac, Fernández del Amo o Aburto.
En el informe que obra en el expediente administrativo se incluye un extenso análisis
de la historia y la historiografía de la arquitectura española del siglo XX, que se considera
fundamental para entender el papel de De la Hoz Arderius. Es importante valorar el mérito
de generaciones de arquitectos como las de la primera y segunda generación de posguerra,
a la que pertenece Rafael de la Hoz Arderius, que tuvieron que trabajar en un contexto de
grandes dificultades. La figura de Rafael de la Hoz Arderius fue muy importante dentro de
su generación, no solo por su notable obra sino también por sus importantes conexiones internacionales tan escasas en aquel momento.
El “Edificio Castelar” puede considerarse como la obra culmen de uno de los arquitectos
más importantes e influyentes de la segunda mitad del siglo XX en España. El proyecto del
“Edificio Castelar” se presenta en el Colegio de Arquitectos de Madrid el 14 de agosto de 1974
firmado por el Arquitecto Rafael de la Hoz Arderius, al que se considera como principal autor intelectual del edificio. No obstante, más adelante la obra se publicó añadiendo al arquitecto Gerardo Olivares James, colaborador habitual del estudio de Rafael de la Hoz durante varias décadas.
Rafael de la Hoz Arderius (1924-2000), madrileño de nacimiento, es uno de los principales impulsores de la modernidad arquitectónica en España. Pertenece a una saga de arquitectos que comienza con su padre, Rafael de la Hoz Saldaña, perteneciente a la llamada
“generación del 25” y formado también en la escuela de Madrid. A ella también pertenece
su hijo, Rafael de la Hoz Castanys, que también ha tenido una participación activa en decisiones de calado y actuaciones sobre el “Edificio Castelar”.
Durante sus años de formación mostró notables dotes matemáticas que le servirían
después para cimentar con sólidos estudios técnicos la solvencia técnica de sus edificios.
Apoyándose en estas habilidades, recibió una beca para trabajar en el Instituto Torroja y es
allí donde exploraría los límites de las estructuras y probablemente comenzaría a familiarizarse con el voladizo. Por aquel entonces ya había entablado una gran amistad con el arquitecto sevillano José María García de Paredes, con el que iniciaría su fructífera y prolífica
trayectoria. Ambos arquitectos trabajaron juntos en varios proyectos singulares hasta ganar,

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2. Contexto histórico