D) Anuncios - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20221115-45)
Bien de interés cultural –  Resolución de 27 de octubre de 2022, de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, por la que se incoa el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, del Teatro Barceló en Madrid
10 páginas totales
Página
BOCM
B.O.C.M. Núm. 272

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MARTES 15 DE NOVIEMBRE DE 2022

Pág. 237

ANEXO
A) DESCRIPCIÓN DEL BIEN OBJETO DE LA DECLARACIÓN
1. Identificación y localización del objeto de la declaración
El bien inmueble objeto de la declaración se sitúa en la calle Barceló, número 11, de
Madrid, con vuelta a la calle Larra, número 2.
La parcela tiene el número de referencia catastral 0756706VK4705F y ocupa una superficie de 825 m2. Engloba dos inmuebles (división horizontal), de referencias catastrales
respectivas 0756706VK4705F0001WB y 0756706VK4705F0002EZ. El primero tiene una
superficie construida de 823 m2, se sitúa en la planta -1 y su uso principal es el de “Espectáculos”. El segundo tiene una superficie construida de 2.589 m2, distribuido entre las plantas baja y quinta. En cuanto a los usos, las plantas baja, primera y segunda albergan el uso
“Espectáculos”, el que mayor superficie ocupa; la tercera planta alberga “Ocio Hostelería”,
la tercera y cuarta, “Oficina” y, finalmente, las plantas cuarta y quinta, “Almacén”.

Las tendencias de vanguardia de la arquitectura europea de los años veinte del siglo XX
se introdujeron en España a través de la denominada “generación de 1925”; destacados integrantes de este grupo, activo fundamentalmente en Madrid, fueron García Mercadal, Bergamín, Fernández Shaw, Sánchez Arcas, Aguirre, Lacasa, Blanco Soler, Arniches, Domínguez y Gutiérrez Soto, autor éste último del cine Barceló.
El conjunto de obras que se produjeron en esos años fundamentalmente en Madrid son
relevantes en la arquitectura española contemporánea. Podrían citarse por ejemplo: colonia
el Viso (1933, Bergamín), estaciones de servicio de Porto Pi y de la carretera de Aragón
(1927 y 1928, Fernández Shaw), Hospital Clínico y central térmica de la Ciudad Universitaria (1928 y 1932, ambas de Sánchez Arcas con Torroja como ingeniero), Facultad de Filosofía
y Letras (1931, Aguirre), Residencia de Señoritas (1932, Arniches), o los desaparecidos proyectos del Aeropuerto de Barajas o de la Piscina La Isla (1929 y 1931, Gutiérrez Soto).
En los edificios de Gutiérrez Soto se hizo patente la influencia tanto de la Exposition
des Arts Décoratifs et Industriels Modernes, de París 1925 (Art Decó), como del expresionismo del arquitecto Erich Mendelsohn.
Durante la décadas de los años 20 y 30 del siglo XX, destaca la labor de difusión de las
nuevas ideas impulsada por García Mercadal que se materializó en la organización de reuniones y conferencias, logrando que visitaran la Residencia de Estudiantes de Madrid grandes figuras como Le Corbusier (1928), Mendelsohn (1929), Gropius (1930) y van Doesburg (1930).
Frente al carácter más personal de las realizaciones de la “generación de 1925”, García
Mercadal y Sert impulsaron la creación en 1930 del GATEPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), más identificado con
el racionalismo ortodoxo de los C.I.A.M. y los postulados de Le Corbusier.
La arquitectura de la “generación de 1925”, como la del GATEPAC, estuvieron vinculadas a la Segunda República y el golpe de Estado que puso fin a este régimen político implicó que muchos de sus miembros tuvieran que exiliarse o que fueran inhabilitados temporalmente para ejercer la profesión. No fue el caso de Gutiérrez Soto, que desarrolló en
España una larga carrera profesional.
La obra de Luis Gutiérrez Soto (1900-1977) desempeña, según Baldellou, un papel
fundamental en la Historia de la Arquitectura española del siglo XX, al interpretar como
pocos arquitectos las aspiraciones y las necesidades de la sociedad. Destaca su obra tanto
por su cantidad (más de 650 proyectos realizados) como por su calidad. En ella el arquitecto supo captar las corrientes de la arquitectura de su tiempo y adaptarlas a las necesidades
y posibilidades de la sociedad española.
Los viajes realizados por Gutiérrez Soto, antes y después de obtener el título de arquitecto en 1923, tuvieron influencia en las distintas etapas de su obra, estando muy presente
ese bagaje en su etapa racionalista, interrumpida por la Guerra Civil. En 1940 visitó Roma
y Berlín para estudiar edificios similares al Ministerio del Aire (1939), que le había encargado el General Vigón. Finalmente optó por un estilo herreriano para revestir un edificio
funcional, creando un modelo a seguir por la arquitectura de la autarquía. En 1948 visitó
Perú, Chile, Argentina, Brasil y Nueva York, constatando el desfase de la arquitectura española. A su vuelta proyectó la sede del Estado Mayor de la Defensa (1949), donde se aprecia el nuevo rumbo que iba a tomar su arquitectura. A partir de ahí, retomó el racionalismo
de sus orígenes pero adaptándolo a los gustos de su clientela.

BOCM-20221115-45

2. Contexto histórico