C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20211228-24)
Bien de interés cultural – Decreto 243/2021, de 22 de diciembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Monumento, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Nieves en Manzanares el Real (Madrid)
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BOCM
Pág. 112
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MARTES 28 DE DICIEMBRE DE 2021
B.O.C.M. Núm. 309
Igualmente, a este momento corresponden los restos de pintura mural que aparecen en
el cuerpo de naves, cuyo diseño reproduce pictóricamente una sección de la tracería de la
balaustrada que cierra el piso superior del patio del palacio del Infantado de Guadalajara, y
similar a la de la galería del castillo de Manzanares, ambas diseñadas por Juan Guas para la
familia Mendoza.
Asimismo, en el muro norte de la cabecera se localizan restos pictóricos representando a la diosa Atenea Pronacos, que, en opinión del Dr. Manzarbeitia, tendría un sentido simbólico como alegoría de la guerra y las artes, posiblemente en relación con los Mendoza
como señores de la villa y como promotores del templo.
A continuación, se dotaría al templo de una torre, en principio constituida por dos cuerpos que rematan en una cornisa con decoración de sarta de bolas, lo que permite atribuir
una datación hacia finales del siglo XV o principios del XVI. En 1511 la documentación
menciona una intervención en la torre añadiendo un nuevo cuerpo de campanas, realizado
en sillería de granito y también decorado con sarta de bolas en la cornisa. Unos años después, en 1520, se construyó un chapitel que fue destruido en el incendio de 1769.
Hacia la segunda década del siglo XVI, se levantarían las nuevas arquerías del cuerpo
de naves con una estética diferente, mostrando un incipiente renacimiento de notable sencillez, y un coro a los pies.
Una vez concluida la iglesia, se realizaría una nueva sacristía (actual capilla de diario)
y, después, un nuevo pórtico. En ambas construcciones, tanto técnicamente como por la tipología de sus distintos elementos, se advierte un lenguaje en la línea estilística de un Renacimiento clásico relacionado con el foco toledano, sobrio y de buena técnica, con un depurado estilo purista que podría datarse hacia mediados del siglo XVI. En base a estas
características, podría plantearse la posibilidad de que se hubiese construido una nueva sacristía de mampostería en las primeras décadas del siglo, hacia 1512 según indica la documentación, y, posteriormente, al tiempo que se levantaba el pórtico, se llevase a cabo un forrado de los muros sur y oeste para unificar las dos construcciones, permaneciendo en
mampostería el muro este que linda con el ábside.
La mayor parte de la construcción del actual edificio hay que situarla durante el período
comprendido entre finales del siglo XV y mediados del XVI, momento en el que se produjo
una importante actividad constructiva como consecuencia de una mejor situación económica
y un aumento de la población. El territorio de Madrid se fue cubriendo con un gran número
de iglesias acordes con el gusto del momento, nuevas en unos casos, reformadas en otros, de
manera que las pequeñas y pobres iglesias, en su mayoría mudéjares, se mejoraron o sustituyeron por edificios de más calidad constructiva y mayor capacidad, aunque sin dejar de ser un
tipo de edificios basados en presupuestos funcionales incluyeron novedades, lo que dio lugar
a una arquitectura de gran interés histórico y cultural.
En ellas se utilizaron los lenguajes arquitectónicos de una forma adictiva y con gran
versatilidad, produciéndose una yuxtaposición de estilos, donde se observa como las capillas mayores se cubren con bóvedas generalmente estrelladas, como lugar de preferente importancia evidenciando unas claras implicaciones simbólicas, mientras en las naves se introducen las nuevas corrientes renacentistas evidentes en arcos y capiteles, y se cubren con
armaduras de madera donde se continúa la tradición mudéjar, así se pueden citar los templos de Villalbilla, Lozoya, Rascafría, El Molar o Pozuelo del Rey, entre otros.
Enumeración de partes integrantes y pertenencias:
El bien objeto de declaración es la iglesia con cabecera poligonal, cuerpo de naves con
su cubierta de madera y coro a los pies, portadas norte, sur, y oeste, así como el pórtico sur
de sillería, la torre campanario a los pies del templo, la capilla situada junto a la cabecera.
Igualmente son partes integrantes los restos de pintura mural que cubren parte del muro occidental, el intradós del vano de la nave norte y restos en el muro norte de la cabecera.
Son pertenencias del inmueble el fragmento de pintura mural representando a la diosa
Atenea Pronacos transferido a un nuevo soporte para su ubicación en el interior del templo,
la pila bautismal de principios del siglo XVI, cuatro pretiles de piedra de finales del siglo
XV situados en el presbiterio, así como un conjunto de cinco lápidas sepulcrales góticas,
correspondientes a finales del siglo XV y principios del XVI, ubicadas en el presbiterio.
5. Enumeración de bienes muebles integrantes del patrimonio histórico que constituyan parte esencial de su historia:
No se tiene conocimiento de la existencia de bienes muebles de relevancia integrantes del
patrimonio histórico que constituyan parte esencial de la historia del bien objeto de protección.
BOCM-20211228-24
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BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MARTES 28 DE DICIEMBRE DE 2021
B.O.C.M. Núm. 309
Igualmente, a este momento corresponden los restos de pintura mural que aparecen en
el cuerpo de naves, cuyo diseño reproduce pictóricamente una sección de la tracería de la
balaustrada que cierra el piso superior del patio del palacio del Infantado de Guadalajara, y
similar a la de la galería del castillo de Manzanares, ambas diseñadas por Juan Guas para la
familia Mendoza.
Asimismo, en el muro norte de la cabecera se localizan restos pictóricos representando a la diosa Atenea Pronacos, que, en opinión del Dr. Manzarbeitia, tendría un sentido simbólico como alegoría de la guerra y las artes, posiblemente en relación con los Mendoza
como señores de la villa y como promotores del templo.
A continuación, se dotaría al templo de una torre, en principio constituida por dos cuerpos que rematan en una cornisa con decoración de sarta de bolas, lo que permite atribuir
una datación hacia finales del siglo XV o principios del XVI. En 1511 la documentación
menciona una intervención en la torre añadiendo un nuevo cuerpo de campanas, realizado
en sillería de granito y también decorado con sarta de bolas en la cornisa. Unos años después, en 1520, se construyó un chapitel que fue destruido en el incendio de 1769.
Hacia la segunda década del siglo XVI, se levantarían las nuevas arquerías del cuerpo
de naves con una estética diferente, mostrando un incipiente renacimiento de notable sencillez, y un coro a los pies.
Una vez concluida la iglesia, se realizaría una nueva sacristía (actual capilla de diario)
y, después, un nuevo pórtico. En ambas construcciones, tanto técnicamente como por la tipología de sus distintos elementos, se advierte un lenguaje en la línea estilística de un Renacimiento clásico relacionado con el foco toledano, sobrio y de buena técnica, con un depurado estilo purista que podría datarse hacia mediados del siglo XVI. En base a estas
características, podría plantearse la posibilidad de que se hubiese construido una nueva sacristía de mampostería en las primeras décadas del siglo, hacia 1512 según indica la documentación, y, posteriormente, al tiempo que se levantaba el pórtico, se llevase a cabo un forrado de los muros sur y oeste para unificar las dos construcciones, permaneciendo en
mampostería el muro este que linda con el ábside.
La mayor parte de la construcción del actual edificio hay que situarla durante el período
comprendido entre finales del siglo XV y mediados del XVI, momento en el que se produjo
una importante actividad constructiva como consecuencia de una mejor situación económica
y un aumento de la población. El territorio de Madrid se fue cubriendo con un gran número
de iglesias acordes con el gusto del momento, nuevas en unos casos, reformadas en otros, de
manera que las pequeñas y pobres iglesias, en su mayoría mudéjares, se mejoraron o sustituyeron por edificios de más calidad constructiva y mayor capacidad, aunque sin dejar de ser un
tipo de edificios basados en presupuestos funcionales incluyeron novedades, lo que dio lugar
a una arquitectura de gran interés histórico y cultural.
En ellas se utilizaron los lenguajes arquitectónicos de una forma adictiva y con gran
versatilidad, produciéndose una yuxtaposición de estilos, donde se observa como las capillas mayores se cubren con bóvedas generalmente estrelladas, como lugar de preferente importancia evidenciando unas claras implicaciones simbólicas, mientras en las naves se introducen las nuevas corrientes renacentistas evidentes en arcos y capiteles, y se cubren con
armaduras de madera donde se continúa la tradición mudéjar, así se pueden citar los templos de Villalbilla, Lozoya, Rascafría, El Molar o Pozuelo del Rey, entre otros.
Enumeración de partes integrantes y pertenencias:
El bien objeto de declaración es la iglesia con cabecera poligonal, cuerpo de naves con
su cubierta de madera y coro a los pies, portadas norte, sur, y oeste, así como el pórtico sur
de sillería, la torre campanario a los pies del templo, la capilla situada junto a la cabecera.
Igualmente son partes integrantes los restos de pintura mural que cubren parte del muro occidental, el intradós del vano de la nave norte y restos en el muro norte de la cabecera.
Son pertenencias del inmueble el fragmento de pintura mural representando a la diosa
Atenea Pronacos transferido a un nuevo soporte para su ubicación en el interior del templo,
la pila bautismal de principios del siglo XVI, cuatro pretiles de piedra de finales del siglo
XV situados en el presbiterio, así como un conjunto de cinco lápidas sepulcrales góticas,
correspondientes a finales del siglo XV y principios del XVI, ubicadas en el presbiterio.
5. Enumeración de bienes muebles integrantes del patrimonio histórico que constituyan parte esencial de su historia:
No se tiene conocimiento de la existencia de bienes muebles de relevancia integrantes del
patrimonio histórico que constituyan parte esencial de la historia del bien objeto de protección.
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