C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20210906-15)
Bien de interés cultural – Decreto 206/2021, de 1 de septiembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Paisaje Cultural, la Presa de El Gasco y el Canal del Guadarrama, en los municipios de Galapagar, Torrelodones, Las Rozas de Madrid (Madrid)
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BOCM
Pág. 64
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 6 DE SEPTIEMBRE DE 2021
B.O.C.M. Núm. 212
Por otra parte, las zonas del trazado histórico del Canal del Guadarrama donde no se
encuentra materialidad conservada visible pero existe la potencial posibilidad de conservarse restos vinculados a esta obra hidráulica, documentados a través de la cartografía histórica, documentación escrita e informes arqueológicos realizados y que no son apreciables en
la actualidad, quedan asimismo excluidas de la presente declaración. No obstante, éstas tienen la consideración de yacimiento arqueológico documentado y quedan incluidas en el Catálogo Geográfico de Bienes Inmuebles del Patrimonio de la Comunidad de Madrid, de
acuerdo con lo establecido en la Ley 3/2013, de 18 de junio, de Patrimonio Histórico de la
Comunidad de Madrid, debiéndose obtener la autorización que consta en la citada ley cuando se prevean obras o remociones de terreno
Ambas zonas del trazado histórico del canal excluidas de la protección como bien objeto de declaración se encuentran grafiadas en línea discontinua en el plano-guía y los planos de detalle que acompañan a este texto.
La Presa de El Gasco y el Canal del Guadarrama constituyen una muestra relevante de
las grandes obras hidráulicas iniciadas en nuestro país en la segunda mitad del s. XVIII. Las
características de su entorno y la inclusión de parte del trazado del canal y de la presa dentro de los confines del espacio protegido del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, han permitido que gran parte de esta infraestructura dieciochesca se haya preservado hasta nuestros días.
La elección del Estrecho de la Peña, dentro del vedado de caza de D. Salvador Sánchez, para situar la presa de captación de aguas del canal, atendía a las condiciones ideales
de embalsamiento de agua requeridas por el Canal del Guadarrama. No obstante, también
suponía la ubicación de la infraestructura en un territorio caracterizado a lo largo de la historia como lugar de paso de diversas vías de comunicación.
En cuanto a los antecedentes históricos en el desarrollo de obras hidráulicas de esta tipología, ya en los siglos XV y XVI se estudió la posibilidad de crear un canal navegable al
servicio de Madrid, uniendo los ríos Jarama y Manzanares, proyectos que se vieron truncados con la muerte de los sucesivos monarcas.
En el siglo XVIII apenas existía en España la navegación interior, a pesar del impulso
dado a proyectos de obras hidráulicas de este tipo con la llegada de los Borbones, que tomaron como referencia las infraestructuras realizadas a tal efecto en la vecina Francia en el
s. XVII. Se trata de un periodo en el que finalmente se dará relevancia a las obras de interés público, sobre todo a partir de mediados de siglo, cuando se desarrollarán grandes infraestructuras para la mejora de las comunicaciones.
Este hecho motivaría la llegada del ingeniero militar francés Carlos Lemaur a España,
dado que no se contaba con técnicos nacionales que pudieran afrontar proyectos de estas
características, recurriéndose a la incorporación de ingenieros foráneos. Los mejores técnicos para abordar el desarrollo de infraestructuras de interés público se agruparon a principios del s. XVIII en el ámbito militar, en torno al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, cuya
academia se creó en 1711. Precisamente, el desastre del derrumbe parcial de la presa de El
Gasco, el aterramiento de Valdeinfierno, pero sobre todo la rotura del embalse de Puentes
en Lorca, determinarían la creación de una Escuela de Ingenieros de Caminos y Canales en
1802, a iniciativa de Agustín de Betancourt, que se ocuparía específicamente de formar a
ingenieros civiles.
Lemaur, considerado como el mejor ingeniero de su época por Jovellanos, se implica en
numerosos proyectos a su llegada a España, adquiriendo relevancia en el desarrollo de grandes obras públicas, entre las que destacan las obras del Canal de Castilla de 1751 a 1755, algunas fortificaciones en Galicia (1755-1766), el camino de Galicia (de forma intermitente entre 1763 y 1769) y el camino de Andalucía en el paso de Despeñaperros entre 1771 y 1785.
A mediados de 1785, el Banco Nacional de San Carlos, dirigido por Francisco Cabarrús, pasaba por un momento difícil al ser sustituido su protector Múzquiz en la secretaría
de Hacienda. Tratando de identificar un proyecto de interés público cuya financiación podría situar al Banco nuevamente en una posición de ventaja, contactó con Carlos Lemaur,
en referencia al proyecto de un posible canal navegable de Andalucía que este último había
presentado en 1776 en el Consejo de Castilla.
Se le requiere entonces a Lemaur el estudio de la viabilidad y trazado de un canal navegable que englobase tanto su propuesta de canal en Andalucía como una prolongación
que llegase hasta Madrid, permitiendo la comunicación interior entre Sevilla y Madrid, en
cuyo tramo inicial se incluiría el Canal del Guadarrama, que abastecería de agua al Real Ca-
BOCM-20210906-15
2. Introducción histórica
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BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 6 DE SEPTIEMBRE DE 2021
B.O.C.M. Núm. 212
Por otra parte, las zonas del trazado histórico del Canal del Guadarrama donde no se
encuentra materialidad conservada visible pero existe la potencial posibilidad de conservarse restos vinculados a esta obra hidráulica, documentados a través de la cartografía histórica, documentación escrita e informes arqueológicos realizados y que no son apreciables en
la actualidad, quedan asimismo excluidas de la presente declaración. No obstante, éstas tienen la consideración de yacimiento arqueológico documentado y quedan incluidas en el Catálogo Geográfico de Bienes Inmuebles del Patrimonio de la Comunidad de Madrid, de
acuerdo con lo establecido en la Ley 3/2013, de 18 de junio, de Patrimonio Histórico de la
Comunidad de Madrid, debiéndose obtener la autorización que consta en la citada ley cuando se prevean obras o remociones de terreno
Ambas zonas del trazado histórico del canal excluidas de la protección como bien objeto de declaración se encuentran grafiadas en línea discontinua en el plano-guía y los planos de detalle que acompañan a este texto.
La Presa de El Gasco y el Canal del Guadarrama constituyen una muestra relevante de
las grandes obras hidráulicas iniciadas en nuestro país en la segunda mitad del s. XVIII. Las
características de su entorno y la inclusión de parte del trazado del canal y de la presa dentro de los confines del espacio protegido del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, han permitido que gran parte de esta infraestructura dieciochesca se haya preservado hasta nuestros días.
La elección del Estrecho de la Peña, dentro del vedado de caza de D. Salvador Sánchez, para situar la presa de captación de aguas del canal, atendía a las condiciones ideales
de embalsamiento de agua requeridas por el Canal del Guadarrama. No obstante, también
suponía la ubicación de la infraestructura en un territorio caracterizado a lo largo de la historia como lugar de paso de diversas vías de comunicación.
En cuanto a los antecedentes históricos en el desarrollo de obras hidráulicas de esta tipología, ya en los siglos XV y XVI se estudió la posibilidad de crear un canal navegable al
servicio de Madrid, uniendo los ríos Jarama y Manzanares, proyectos que se vieron truncados con la muerte de los sucesivos monarcas.
En el siglo XVIII apenas existía en España la navegación interior, a pesar del impulso
dado a proyectos de obras hidráulicas de este tipo con la llegada de los Borbones, que tomaron como referencia las infraestructuras realizadas a tal efecto en la vecina Francia en el
s. XVII. Se trata de un periodo en el que finalmente se dará relevancia a las obras de interés público, sobre todo a partir de mediados de siglo, cuando se desarrollarán grandes infraestructuras para la mejora de las comunicaciones.
Este hecho motivaría la llegada del ingeniero militar francés Carlos Lemaur a España,
dado que no se contaba con técnicos nacionales que pudieran afrontar proyectos de estas
características, recurriéndose a la incorporación de ingenieros foráneos. Los mejores técnicos para abordar el desarrollo de infraestructuras de interés público se agruparon a principios del s. XVIII en el ámbito militar, en torno al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, cuya
academia se creó en 1711. Precisamente, el desastre del derrumbe parcial de la presa de El
Gasco, el aterramiento de Valdeinfierno, pero sobre todo la rotura del embalse de Puentes
en Lorca, determinarían la creación de una Escuela de Ingenieros de Caminos y Canales en
1802, a iniciativa de Agustín de Betancourt, que se ocuparía específicamente de formar a
ingenieros civiles.
Lemaur, considerado como el mejor ingeniero de su época por Jovellanos, se implica en
numerosos proyectos a su llegada a España, adquiriendo relevancia en el desarrollo de grandes obras públicas, entre las que destacan las obras del Canal de Castilla de 1751 a 1755, algunas fortificaciones en Galicia (1755-1766), el camino de Galicia (de forma intermitente entre 1763 y 1769) y el camino de Andalucía en el paso de Despeñaperros entre 1771 y 1785.
A mediados de 1785, el Banco Nacional de San Carlos, dirigido por Francisco Cabarrús, pasaba por un momento difícil al ser sustituido su protector Múzquiz en la secretaría
de Hacienda. Tratando de identificar un proyecto de interés público cuya financiación podría situar al Banco nuevamente en una posición de ventaja, contactó con Carlos Lemaur,
en referencia al proyecto de un posible canal navegable de Andalucía que este último había
presentado en 1776 en el Consejo de Castilla.
Se le requiere entonces a Lemaur el estudio de la viabilidad y trazado de un canal navegable que englobase tanto su propuesta de canal en Andalucía como una prolongación
que llegase hasta Madrid, permitiendo la comunicación interior entre Sevilla y Madrid, en
cuyo tramo inicial se incluiría el Canal del Guadarrama, que abastecería de agua al Real Ca-
BOCM-20210906-15
2. Introducción histórica