C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA Y TURISMO (BOCM-20210531-32)
Bien de interés cultural –  Decreto 70/2021, de 26 de mayo, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Patrimonial de la Comunidad de Madrid la iglesia parroquial de San Matías, en Hortaleza (Madrid)
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BOCM

LUNES 31 DE MAYO DE 2021

B.O.C.M. Núm. 128

3. Descripción del bien inmueble
La planta del templo está formada por una amplia nave rectangular de 24 × 12 metros
y cabecera cuadrangular de 6 metros de lado, flanqueada por dos espacios rectangulares
para sacristía y trastero, que enrasan con los muros de la nave y se comunican por detrás de
la capilla mayor generando un pasillo al que se accedo por sendas escaleras desde las citadas estancias. A los pies de la nave, en el eje longitudinal, se sitúa un vestíbulo cuadrangular sobre el cual se eleva la torre, que se proyecta resaltado sobre la línea de fachada, generando dos espacios laterales en el interior que se aprovechan para baptisterio y zona de
subida al coro, el cual se sitúa ocupando el primer tramo de la nave. La torre de campanas
se localiza en el eje longitudinal sobre la puerta principal (recurso que Repullés volvió a
emplear en Santa Cristina y Nuestra Señora de los Ángeles).
Interiormente, el edificio, cuyos muros se tratan enlucidos, se articula mediante seis
machones a cada lado que se enlazan para medio de arcos apuntados que descargan en los
paramentos; en los espacios que se generan entre ellos se abren ventanas apuntadas. La
nave se cubría con una techumbre de madera de par y nudillo actualmente oculta por un cielo raso de escayola, y la capilla mayor, más alta que la nave, con una bóveda de crucería de
terceletes, hoy sustituida por un techo de escayola.
Exteriormente el edificio se eleva sobre un zócalo de mampostería, actualmente enfoscado en blanco, que salva el desnivel del terreno, a partir del cual todos los paramentos se
construyen en ladrillo visto. Es sobrio, de volúmenes netos y marcado sentido de la horizontalidad, solo rota por la torre situada a los pies y la cubierta de la cabecera.
Se presenta como un gran espacio rectangular cuyos paramentos se articulan mediante pilastras de escaso resalte, seis a cada lado, rematadas antes de llegar a la cornisa por un
cuerpo escalonado que termina en chaflán. En los entrepaños que se generan se abren amplios vanos, levemente retranqueados, formados por arcos de herradura apuntados; en el
paño central de cada lado se abre una portada (actualmente cegadas ambas) formadas por
un arco polilobulado rematado por un alfiz con dos filas de ladrillos en esquinilla. Bajo las
ventanas corre una imposta resaltada formada por ladrillos dispuestos a sardinal, que divide los paramentos horizontalmente en dos cuerpos. Rematan con una cornisa formada por
tres molduras escalonadas con los ladrillos dispuestos a tizón, en esquinilla y a sardinel.
La cabecera, constituida por un cuerpo rectangular, estructura sus paramentos en dos
cuerpos por medio de una importa formada por una fila de ladrillos a sardinal, y remata con
una cornisa sencilla. En ellos se abren vanos apuntados de herradura, cuatro en los muros
laterales y cinco en el testero, con un hueco central para ingreso, al que accede por medio
de una escalera que salva el desnivel del terreno. Destaca en altura mediante un cuerpo rectangular a modo de cimborrio cubierto a cuatro aguas. En sus cuatro lados se abren ventanas geminadas formadas por arcos apuntados de herradura enmarcados por un alfil.
La fachada de los pies del templo presenta un cuerpo que se proyecta hacia el exterior
respecto al muro, con las esquinas reforzadas con pilastras de escaso resalte rematadas por
ladrillos dispuestos en esquinilla. En este cuerpo se encuentra la portada principal, formada por un arco apuntado polilobulado sobre el que corre un friso doble en esquinilla y encima un óculo también polilobulado.
Sobre este cuerpo se levanta la torre, en la que se abren cuatro huecos formados por
arcos polilobulados enmarcados por un alfiz generado en el mismo muro. En el frente, sobre la portada, se sitúa un reloj enmarcado por un friso de ladrillos a sardinel. Remata con
tres molduras escalonadas y cornisa soportada por modillones, sobre la que descansa la cubierta a cuatro aguas, en el centro de la cual se eleva otro cuerpo de menores dimensiones,
en el que se abren cuatros vanos de herradura, rematado por una cornisa escalonada y también cubierto a cuatro aguas.
En los dos tramos de muro laterales que flanquean este cuerpo central, y que se corresponden con el baptisterio y el acceso al coro, se abren sendas ventanas en arco apuntado polilobulado. Rematan mediante una cornisa formada por dos filas de ladrillos en esquinilla y
una tercera a sardinel.
La iglesia de San Matías en Hortaleza fue el único edificio que Repullés pudo levantar para el arzobispado de Toledo como arquitecto diocesano, ya que la mayor parte de los
encargos se centraron en la restauración. En esta iglesia, como después en Santa Cristina,
optó por el ladrillo visto como único material constructivo, y el mampuesto para el zócalo,
siguiendo el criterio de austeridad que dominaba sus obras religiosas, pero también por las
virtudes constructivas y posibilidades decorativas de este material. Pero consiguió ennoblecerlo gracias al juego de volúmenes de las distintas partes de la construcción —torre, nave
y capilla mayor—, y mediante referencias al estilo mudéjar toledano en el repertorio orna-

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