Consejería De Cultura, Turismo, Jóvenes Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2024062548)
Resolución de 19 de julio de 2024, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, a favor de la "Iglesia Parroquial de San Andrés" de la localidad de Zarza la Mayor (Cáceres), con categoría de Monumento.
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NÚMERO 148
Miércoles 31 de julio de 2024
38329
En el s. XVII, con la Guerra de Restauración (1640-1668) los zarceños sufren hasta cuatro
veces el asedio de las tropas lusitanas que intentaban conquistar la localidad a base de fuego
y artillería, lográndolo en dos ocasiones; la última en 1665, que llevó al abandono de la localidad durante los últimos tres años de la guerra. Como premio al heroísmo de los zarceños,
Felipe IV le otorga el apellido de “la Mayor” a la localidad; y, Felipe V le concede el de “Muy
Leal” por su adhesión incondicional y heroica a la Casa de Borbón.
A comienzos del XVIII, Zarza volverá a caer bajo el poder portugués por la Guerra de Sucesión
Española con la derrota en 1705 y la quema de la localidad. La población huye entonces al
vecino Ceclavín. Tras el fin de la guerra, en 1713, la localidad zarceña volverá a ser repoblada.
En ese propósito de recuperación, los mercaderes y traficantes de telas y otras manufacturas
fueron tan perseverantes que la Hacienda Real de Felipe V quiso premiarles, en 1749, otorgándoles la ubicación de un gran proyecto empresarial, la Real Compañía de Comercio y Fábricas de Extremadura (Real Fábrica de la Seda). Esta se levantó frente a los pies de la iglesia
parroquial luciendo en su puerta principal una inscripción “REAL COMPAÑÍA DE COMERCIO.
REINANDO DON FERNANDO VI. MAYO 1 AÑO 1749” que se acompaña de varios escudos como
únicos elementos decorativos. Su actividad, sin embargo, fue clausurada diez años después.
En el s. XIX, de nuevo la guerra volverá a la localidad, pues en Zarza se estableció un Cuartel
General del ejército francés. Como en las guerras anteriores la localidad fue muy castigada.
La Desamortización tuvo unos efectos muy negativos lo que afectaba al resto de la población.
De nuevo la emigración fue la salida.
A finales del XIX y principios del XX se constituyó alguna pequeña industria, pero tras la Guerra Civil y ya en la posguerra, la población se vio mermada por la emigración.
Descripción histórico-artística.
Este templo parroquial se construyó sobre uno anterior de modesta fábrica, pues aparece
citado en una concordia de 1251, la cual sufrió una serie de reformas para adecuarla a las
nuevas necesidades a finales del XIV.
Con el nuevo siglo el templo se quedó pequeño por lo que se aprobó la construcción de una
iglesia de mayor amplitud y calidad arquitectónica. Así, desde los primeros años del XVI y
hasta 1583, en diversas fases, se levantó el edificio con la envergadura requerida. Con un
diseño de Pedro de Ybarra y la buena intervención de Hernando Moreno, maestro de cantería
y albañilería quien trabajó en esta iglesia desde 1542 hasta 1548. A aquel le sucederá desde
1571 Juan Bravo, otro artífice muy destacado, con un buen número de edificaciones en el último tercio del XVI, quien acabó siendo Maestro Mayor, sucesor Pedro de Ybarra. Más tarde será
Sebastián de Aguirre quien estará al frente de las obras de esta imponente obra desde 1579.
Miércoles 31 de julio de 2024
38329
En el s. XVII, con la Guerra de Restauración (1640-1668) los zarceños sufren hasta cuatro
veces el asedio de las tropas lusitanas que intentaban conquistar la localidad a base de fuego
y artillería, lográndolo en dos ocasiones; la última en 1665, que llevó al abandono de la localidad durante los últimos tres años de la guerra. Como premio al heroísmo de los zarceños,
Felipe IV le otorga el apellido de “la Mayor” a la localidad; y, Felipe V le concede el de “Muy
Leal” por su adhesión incondicional y heroica a la Casa de Borbón.
A comienzos del XVIII, Zarza volverá a caer bajo el poder portugués por la Guerra de Sucesión
Española con la derrota en 1705 y la quema de la localidad. La población huye entonces al
vecino Ceclavín. Tras el fin de la guerra, en 1713, la localidad zarceña volverá a ser repoblada.
En ese propósito de recuperación, los mercaderes y traficantes de telas y otras manufacturas
fueron tan perseverantes que la Hacienda Real de Felipe V quiso premiarles, en 1749, otorgándoles la ubicación de un gran proyecto empresarial, la Real Compañía de Comercio y Fábricas de Extremadura (Real Fábrica de la Seda). Esta se levantó frente a los pies de la iglesia
parroquial luciendo en su puerta principal una inscripción “REAL COMPAÑÍA DE COMERCIO.
REINANDO DON FERNANDO VI. MAYO 1 AÑO 1749” que se acompaña de varios escudos como
únicos elementos decorativos. Su actividad, sin embargo, fue clausurada diez años después.
En el s. XIX, de nuevo la guerra volverá a la localidad, pues en Zarza se estableció un Cuartel
General del ejército francés. Como en las guerras anteriores la localidad fue muy castigada.
La Desamortización tuvo unos efectos muy negativos lo que afectaba al resto de la población.
De nuevo la emigración fue la salida.
A finales del XIX y principios del XX se constituyó alguna pequeña industria, pero tras la Guerra Civil y ya en la posguerra, la población se vio mermada por la emigración.
Descripción histórico-artística.
Este templo parroquial se construyó sobre uno anterior de modesta fábrica, pues aparece
citado en una concordia de 1251, la cual sufrió una serie de reformas para adecuarla a las
nuevas necesidades a finales del XIV.
Con el nuevo siglo el templo se quedó pequeño por lo que se aprobó la construcción de una
iglesia de mayor amplitud y calidad arquitectónica. Así, desde los primeros años del XVI y
hasta 1583, en diversas fases, se levantó el edificio con la envergadura requerida. Con un
diseño de Pedro de Ybarra y la buena intervención de Hernando Moreno, maestro de cantería
y albañilería quien trabajó en esta iglesia desde 1542 hasta 1548. A aquel le sucederá desde
1571 Juan Bravo, otro artífice muy destacado, con un buen número de edificaciones en el último tercio del XVI, quien acabó siendo Maestro Mayor, sucesor Pedro de Ybarra. Más tarde será
Sebastián de Aguirre quien estará al frente de las obras de esta imponente obra desde 1579.