Consejería De Cultura, Turismo, Jóvenes Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2024040040)
Decreto 26/2024, de 26 de marzo, por el que se declara Bien de Interés Cultural el "Poblado de Zamarrillas", en el término municipal de Cáceres, con la categoría de Sitio Histórico.
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Martes 2 de abril de 2024

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además una porción de casas en ruinas, que pertenecieron al antiguo poblado, 16 cercas que en junto
podrán hacer 13 fanegas, 3 zahurdas capaces para 400 lechones, una huerta de una fanega con una
noria, tres fuentes de agua potable y abrevaderos en el río Salor y en una charca”.
El urbanismo aún resulta perfectamente reconocible, una calle principal en torno a la que se alzan las
principales edificaciones articula el Poblado, calle que conduce desde la iglesia a la casa fuerte, desde
el llano al cerro, ofreciendo en su recorrido un interesantísimo muestrario de la arquitectura de los siglos
XV y XVIII.
Aún se conservan restos de la Iglesia, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Esclarecida, se alza
junto a una antigua charca. La obra es de sillería granítica, de traza románica o protogótica, que es
usada actualmente como establo. Cabe destacar el impresionante atrio con bellos arcos de cantería. El
ábside tiene forma pentagonal y, junto el mismo, se situó el antiguo cementerio del poblado, debido a
la aparición de frecuentes muestras óseas que las tareas agropecuarias han hecho aflorar a lo largo del
tiempo.
Desde la iglesia se accede al Poblado por una vía ancha, en ligera subida, que conserva todavía el
primitivo empedrado para facilitar el paso de los carruajes hacia las viviendas de los más hacendados.
A ambos lados de esta vía principal se disponen irregularmente las edificaciones, bien espaciadas por lo
general y formando agrupamientos de vivienda y anexos (cuadras, pajares, zahúrdas, etc.). Por el
interior del poblado, discurre una acequia, que antiguamente llevaría agua procedente de algún
manantial, situado en la elevación del castillo. La parte final de esta calle desemboca en una explanada
donde se ubica la casa de los Muñoces.
Ascendiendo hacia el pequeño cerro, en la subida, hay diversas estructuras domésticas en estado
desigual, espacios aterrazados sobre los que se dispusieron diferentes casas, con corrales, cochineras
y otros espacios para el ganado.
En la cumbre, se alza la llamada “Casa Fuerte de los Duranes”, edificio imponente construido entre los
siglos XIV y XVI, que fue abandonado en el siglo XVIII, y que hoy presenta un avanzado estado de
ruina. Este inmueble fue el verdadero origen del caserío circundante, el elemento defensivo original.
Numerosas dependencias se disponen en tres plantas, algunas de ellas todavía guardan elementos
decorativos: frisos con decoración vegetal, zócalos pintados con rojos intensos, esgrafiados, etc. El
conjunto de la construcción es de mampostería con sillarejo y sillares en las esquinas. Lamentablemente
se han perdido casi todas las piezas labradas, pues los recercos de puertas y ventanas, molduras, así
como los posibles escudos, han sido sustraídos, con lo que se hace muy difícil adentrarse en el estudio
y definición del inmueble. No obstante, aún puede apreciarse su fuerte constitución y el carácter noble
de algunas dependencias, datables en el siglo XV, a las que se fueron adosando otras construcciones a
lo largo de los siglos XVII y XVIII.
La “Casa de la Chimenea” se sitúa en la primera de las explanadas o espacios más abiertos de la aldea.
Se trata de los restos de una edificación que debió tener tres plantas por las huellas de restos de
forjados. Ausente también la compartimentación interior. La primitiva cubierta ha sido sustituida por
otra de chapa. Por los vanos de traza gótica, las ventanas abalconadas y una monumental chimenea en
la planta alta, es posible su construcción en el siglo XV.
En el lugar más elevado se alza un volumen prismático de base cuadrada, el cual pudo haber sido la
torre del homenaje, en cuyo interior se aprecian restos de la escalera y de los sucesivos revocos,
encalados, zócalos y esgrafiados aplicados a lo largo del tiempo. En sus cuatro flancos se hallan
adosadas distintas dependencias, que se comunican con la torre a través de puertas y pasillos, pero
que, en ningún caso, se ensamblan constructivamente con aquella, lo cual revela su condición primitiva
independiente como torre exenta y probablemente aislada.
Entre los elementos más modernos figura el bloque de la capilla u oratorio, constituido por una nave
que estuvo cubierta con tres tramos de bóveda de arista, que sólo se conservan los arranques más la
cabecera, en la que se observan las cuatro trompas de ladrillo sobre la que se asentaba una cúpula de
media naranja.
En realidad el emplazamiento elevado y su constitución como casa fuerte, al mismo tiempo que procuró
su protagonismo e importancia en épocas de inestabilidad y peligro, determinó su ruina y abandono
cuando en la casa de campo se pretende atender otras necesidades más relacionadas con el ocio y el
descanso.
En otro de los lugares dominantes, se distingue el volumen regular de la “Casa de los Ovando-Ulloa”,
conocida como la Casa de los Muñoces en el libro de yerbas de Villegas y perteneciente a la familia de
los Sanabria. Es una edificación unitaria, cerrada en planta cuadrangular, de aspecto noble, tanto por