Consejería De Cultura, Turismo Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2023061407)
Resolución de 14 de abril de 2023, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de la localidad de Hoyos (Cáceres), con la categoría de Conjunto Histórico.
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NÚMERO 76
Viernes 21 de abril de 2023
25876
arrasados por el fuego en la campaña realizada por Sancho Manuel en 1658 (Domingo Dome
né, 2011). Ese debió ser el caso de Hoyos, pues el corregidor de Coria, Juan Pérez de Rivero,
otorgó a la población unas nuevas ordenanzas que tuvieron que ser aprobadas por el Duque
de Alba. En Hoyos había entonces estudio de Gramática, cuya fundación hizo el licenciado
Juan Zanca Rico, mediante obra pía.
A finales del siglo XVIII, tal y como refleja el Interrogatorio de la Real Audiencia (1791), la
población contaba con 227 vecinos, 17 viudas y 55 menores. Entre las principales construc
ciones del pueblo, el Interrogatorio cita las casas de ayuntamiento, una cárcel muy reducida,
dos mesones, un pósito, un hospital y el convento. Menciona, además, que las calles están en
buen estado. La parroquia se mantenía con los ingresos obtenidos mediante el cobro de los
diezmos, así como del pago por los enterramientos y los toques de campana. Además de la
iglesia, había en Hoyos otras tres ermitas, entre las que sobresalía la de San Lorenzo, situada
en la parte alta del pueblo, a la que se concurría en procesión.
En cuanto al convento del Espíritu Santo, sabemos que en el año del Interrogatorio contaba
con 18 religiosos observantes que se mantenían de pedir limosna, puesto que las tres obras
pías fundadas en esta institución contaban con escasas rentas. Esta precariedad de medios
pudo estar en el origen del litigio mantenido entre el convento y el párroco del pueblo, por la
disputa de los ingresos de ambas instituciones. En efecto, dada la proximidad del convento
con la localidad, las gentes de Hoyos solían encargar a los frailes las ceremonias que no tenían
efecto civil.
Los obispos caurienses eligieron Hoyos como lugar habitual de retiro veraniego, lo cual, in
dudablemente, contribuyó al enriquecimiento del caserío y del urbanismo de la población,
tanto en infraestructuras como en edificaciones singulares. A este respecto, en el marco de
la Guerra de la Independencia del siglo XIX, la población, y toda la comarca, sufrió un tre
mendo impacto con el asesinato del prelado Juan Álvarez de Castro, ocurrido el 29 de agosto
de 1809, en la casa de la calle que actualmente lleva su nombre. El obispo fue enterrado esa
misma noche en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Varón (Domingo Domené, 2011).
Esta preeminencia comarcal se potenció en el año 1840 cuando la localidad se convirtió en
cabeza de un amplio partido judicial que llegó a comprender dieciocho entidades de población.
Este partido judicial, según Madoz, había surgido en 1825 en San Martín de Trevejo (como
juzgado de letras, con el nombre de Corregimiento de Sierra de Jálama). Todo ello contri
buyó al crecimiento de la población soyana, puesto que, el mismo autor, nos informa que a
mediados del siglo XIX se estaban construyendo nuevas casas en el extremo sur del pueblo y
prolongándose sus calles. En esos años había en Hoyos hasta 14 lagares de aceite, 4 molinos
harineros y una población de 390 vecinos (2.136 almas).
Viernes 21 de abril de 2023
25876
arrasados por el fuego en la campaña realizada por Sancho Manuel en 1658 (Domingo Dome
né, 2011). Ese debió ser el caso de Hoyos, pues el corregidor de Coria, Juan Pérez de Rivero,
otorgó a la población unas nuevas ordenanzas que tuvieron que ser aprobadas por el Duque
de Alba. En Hoyos había entonces estudio de Gramática, cuya fundación hizo el licenciado
Juan Zanca Rico, mediante obra pía.
A finales del siglo XVIII, tal y como refleja el Interrogatorio de la Real Audiencia (1791), la
población contaba con 227 vecinos, 17 viudas y 55 menores. Entre las principales construc
ciones del pueblo, el Interrogatorio cita las casas de ayuntamiento, una cárcel muy reducida,
dos mesones, un pósito, un hospital y el convento. Menciona, además, que las calles están en
buen estado. La parroquia se mantenía con los ingresos obtenidos mediante el cobro de los
diezmos, así como del pago por los enterramientos y los toques de campana. Además de la
iglesia, había en Hoyos otras tres ermitas, entre las que sobresalía la de San Lorenzo, situada
en la parte alta del pueblo, a la que se concurría en procesión.
En cuanto al convento del Espíritu Santo, sabemos que en el año del Interrogatorio contaba
con 18 religiosos observantes que se mantenían de pedir limosna, puesto que las tres obras
pías fundadas en esta institución contaban con escasas rentas. Esta precariedad de medios
pudo estar en el origen del litigio mantenido entre el convento y el párroco del pueblo, por la
disputa de los ingresos de ambas instituciones. En efecto, dada la proximidad del convento
con la localidad, las gentes de Hoyos solían encargar a los frailes las ceremonias que no tenían
efecto civil.
Los obispos caurienses eligieron Hoyos como lugar habitual de retiro veraniego, lo cual, in
dudablemente, contribuyó al enriquecimiento del caserío y del urbanismo de la población,
tanto en infraestructuras como en edificaciones singulares. A este respecto, en el marco de
la Guerra de la Independencia del siglo XIX, la población, y toda la comarca, sufrió un tre
mendo impacto con el asesinato del prelado Juan Álvarez de Castro, ocurrido el 29 de agosto
de 1809, en la casa de la calle que actualmente lleva su nombre. El obispo fue enterrado esa
misma noche en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Varón (Domingo Domené, 2011).
Esta preeminencia comarcal se potenció en el año 1840 cuando la localidad se convirtió en
cabeza de un amplio partido judicial que llegó a comprender dieciocho entidades de población.
Este partido judicial, según Madoz, había surgido en 1825 en San Martín de Trevejo (como
juzgado de letras, con el nombre de Corregimiento de Sierra de Jálama). Todo ello contri
buyó al crecimiento de la población soyana, puesto que, el mismo autor, nos informa que a
mediados del siglo XIX se estaban construyendo nuevas casas en el extremo sur del pueblo y
prolongándose sus calles. En esos años había en Hoyos hasta 14 lagares de aceite, 4 molinos
harineros y una población de 390 vecinos (2.136 almas).