Consejería Para La Transición Ecológica Y Sostenibilidad. Especies Exóticas Invasoras. (2021050067)
Orden de 29 de abril de 2021 por la que se aprueba el protocolo para el control y/o erradicación de Acacia dealbata (Mimosa) y Ailanthus altissima (Ailanto) en Extremadura.
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NÚMERO 87
Lunes, 10 de mayo de 2021
23100
1. INTRODUCCIÓN.
Después del deterioro y de la pérdida de hábitat, las especies exóticas invasoras han sido
señaladas como la segunda causa de extinción de especies a nivel mundial, afectando en particular a la diversidad biológica de islas y de ecosistemas aislados. El extraordinario aumento
en el movimiento de especies silvestres asociada a la globalización económica, ha producido
una aceleración de la tasa de introducción de nuevas especies exóticas de todo el mundo, con
sus consecuencias perjudiciales sobre la diversidad biológica nativa (Simberloff 2001, Genovesi & Shine 2004).
La erradicación y control de las especies exóticas es una opción clave de la gestión de la naturaleza para mitigar los impactos causados por especies invasoras. Muchas de las especies
exóticas invasoras que han sido eliminadas en algunas zonas del mundo, lo han sido con el
objetivo de evitar los impactos negativos sobre la biodiversidad.
Sin embargo, la erradicación de una especie invasora suele conllevar un elevado coste y una
alta probabilidad de fracaso (Bomford & O´Brien 1995, Bertolino & Genovesi 2003).
Si bien es cierto que las invasiones biológicas constituyen un fenómeno natural, a lo largo
de la historia el hombre ha actuado acelerando el proceso a un ritmo exponencial (Mooney y
Hobbs, 2000). En algunos casos, el transporte de especies se produce de forma involuntaria
pero, en otras ocasiones, el trasiego de un lugar a otro se produce intencionadamente, generalmente con un objetivo económico. Esto ha supuesto, por ejemplo, con algunas especies
agrícolas y ganaderas, importantes daños económicos y ecológicos, tanto directos como indirectos.
No todas las especies exóticas introducidas suponen una invasión. De manera generalizada
se puede definir especie exótica invasora como aquel taxón alóctono, de origen remoto, tras
cuya introducción se establece en un nuevo ecosistema natural o seminatural, adaptándose
y propagándose en él, provocando cambios en la estructura y funcionamiento del ecosistema
receptor y causando daños ecológicos y socioeconómicos (Mooney y Hobbs, 2000; Sánchez
et al., 2011).
Sus efectos llegan a ser tan importantes que actualmente se considera la tercera consecuencia de pérdida de biodiversidad en el mundo, solamente por detrás de la destrucción de hábitats y la fragmentación del paisaje (Williamson, 1996). De manera concreta, en Extremadura,
tras la destrucción del hábitat, la introducción de especies exóticas invasoras constituye la
mayor amenaza para la flora y fauna autóctonas (Pérez Bote et al., 2010).
En el caso de las plantas, la erradicación es un tema complicado, ya que son difíciles de
controlar, además de la elevada tasa de dispersión y colonización. En el caso del Ailanto (Ai-
Lunes, 10 de mayo de 2021
23100
1. INTRODUCCIÓN.
Después del deterioro y de la pérdida de hábitat, las especies exóticas invasoras han sido
señaladas como la segunda causa de extinción de especies a nivel mundial, afectando en particular a la diversidad biológica de islas y de ecosistemas aislados. El extraordinario aumento
en el movimiento de especies silvestres asociada a la globalización económica, ha producido
una aceleración de la tasa de introducción de nuevas especies exóticas de todo el mundo, con
sus consecuencias perjudiciales sobre la diversidad biológica nativa (Simberloff 2001, Genovesi & Shine 2004).
La erradicación y control de las especies exóticas es una opción clave de la gestión de la naturaleza para mitigar los impactos causados por especies invasoras. Muchas de las especies
exóticas invasoras que han sido eliminadas en algunas zonas del mundo, lo han sido con el
objetivo de evitar los impactos negativos sobre la biodiversidad.
Sin embargo, la erradicación de una especie invasora suele conllevar un elevado coste y una
alta probabilidad de fracaso (Bomford & O´Brien 1995, Bertolino & Genovesi 2003).
Si bien es cierto que las invasiones biológicas constituyen un fenómeno natural, a lo largo
de la historia el hombre ha actuado acelerando el proceso a un ritmo exponencial (Mooney y
Hobbs, 2000). En algunos casos, el transporte de especies se produce de forma involuntaria
pero, en otras ocasiones, el trasiego de un lugar a otro se produce intencionadamente, generalmente con un objetivo económico. Esto ha supuesto, por ejemplo, con algunas especies
agrícolas y ganaderas, importantes daños económicos y ecológicos, tanto directos como indirectos.
No todas las especies exóticas introducidas suponen una invasión. De manera generalizada
se puede definir especie exótica invasora como aquel taxón alóctono, de origen remoto, tras
cuya introducción se establece en un nuevo ecosistema natural o seminatural, adaptándose
y propagándose en él, provocando cambios en la estructura y funcionamiento del ecosistema
receptor y causando daños ecológicos y socioeconómicos (Mooney y Hobbs, 2000; Sánchez
et al., 2011).
Sus efectos llegan a ser tan importantes que actualmente se considera la tercera consecuencia de pérdida de biodiversidad en el mundo, solamente por detrás de la destrucción de hábitats y la fragmentación del paisaje (Williamson, 1996). De manera concreta, en Extremadura,
tras la destrucción del hábitat, la introducción de especies exóticas invasoras constituye la
mayor amenaza para la flora y fauna autóctonas (Pérez Bote et al., 2010).
En el caso de las plantas, la erradicación es un tema complicado, ya que son difíciles de
controlar, además de la elevada tasa de dispersión y colonización. En el caso del Ailanto (Ai-