Comunidad Autónoma de Extremadura. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-13227)
Decreto 50/2025, de 3 de junio, por el que se declara bien de interés cultural la «Iglesia parroquial de San Andrés» de la localidad de Zarza la Mayor (Cáceres), con la categoría de monumento.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Sábado 28 de junio de 2025

Sec. III. Pág. 85824

habitantes de la zona junto a los soldados del castillo de Peñafiel. En 1364, el sucesor de
Suero, Gutiérrez Gómez de Toledo, vuelve hacer un llamamiento de repoblación.
Ya en el s. XVI, Zarza adquirirá importancia, la cual se manifiesta en un apogeo
demográfico y urbanístico. Se construyen entonces casas solariegas con blasones
nobiliarios, numerosas ermitas y la gran iglesia parroquial; también la Casa de la
Encomienda, obra del maestro mayor de la Orden Pedro de Ybarra.
Ubicada junto a la iglesia parroquial, la Casa de la Encomienda es una sólida y
alargada edificación de dos plantas con espacioso patio con restos del primitivo, y al que
se accede por un arco de medio punto de grandes dovelas con un interior abovedado de
arista de ladrillo visto en la actualidad. En la fachada se encuentra el escudo de Felipe III
como muestra de las reformas que se acometieron en ella a finales del XVI, tras el gran
deterioro que sufría, por el maestro Manuel Galavís, vecino de Alcántara, el cual
trabajará mucho para la Orden.
En el s. XVII, con la Guerra de Restauración (1640-1668) los zarceños sufren hasta
cuatro veces el asedio de las tropas lusitanas que intentaban conquistar la localidad a
base de fuego y artillería, lográndolo en dos ocasiones; la última en 1665, que llevó al
abandono de la localidad durante los últimos tres años de la guerra. Como premio al
heroísmo de los zarceños, Felipe IV le otorga el apellido de «la Mayor» a la localidad; y,
Felipe V le concede el de «Muy Leal» por su adhesión incondicional y heroica a la Casa
de Borbón.
A comienzos del XVIII, Zarza volverá a caer bajo el poder portugués por la Guerra de
Sucesión Española con la derrota en 1705 y la quema de la localidad. La población huye
entonces al vecino Ceclavín. Tras el fin de la guerra, en 1713, la localidad zarceña
volverá a ser repoblada.
En ese propósito de recuperación, los mercaderes y traficantes de telas y otras
manufacturas fueron tan perseverantes que la Hacienda Real de Felipe V quiso
premiarles, en 1749, otorgándoles la ubicación de un gran proyecto empresarial, la Real
Compañía de Comercio y Fábricas de Extremadura (Real Fábrica de la Seda). Esta se
levantó frente a los pies de la iglesia parroquial luciendo en su puerta principal una
inscripción «Real Compañía De Comercio. Reinando Don Fernando VI. Mayo 1
año 1749» que se acompaña de varios escudos como únicos elementos decorativos. Su
actividad, sin embargo, fue clausurada diez años después.
En el s. XIX, de nuevo la guerra volverá a la localidad, pues en Zarza se estableció
un Cuartel General del ejército francés. Como en las guerras anteriores la localidad fue
muy castigada. La Desamortización tuvo unos efectos muy negativos lo que afectaba al
resto de la población. De nuevo la emigración fue la salida.
A finales del XIX y principios del XX se constituyó alguna pequeña industria, pero tras
la Guerra Civil y ya en la posguerra, la población se vio mermada por la emigración.
Descripción Histórico-Artística
Este templo parroquial se construyó sobre uno anterior de modesta fábrica, pues
aparece citado en una concordia de 1251, la cual sufrió una serie de reformas para
adecuarla a las nuevas necesidades a finales del XIV.
Con el nuevo siglo el templo se quedó pequeño por lo que se aprobó la construcción
de una iglesia de mayor amplitud y calidad arquitectónica. Así, desde los primeros años
del XVI y hasta 1583, en diversas fases, se levantó el edificio con la envergadura
requerida. Con un diseño de Pedro de Ybarra y la buena intervención de Hernando
Moreno, maestro de cantería y albañilería quien trabajó en esta iglesia desde 1542
hasta 1548. A aquel le sucederá desde 1571 Juan Bravo, otro artífice muy destacado,
con un buen número de edificaciones en el último tercio del XVI, quien acabó siendo
Maestro Mayor, sucesor Pedro de Ybarra. Más tarde será Sebastián de Aguirre quien
estará al frente de las obras de esta imponente obra desde 1579.
A la iglesia le fue adosada una torre-campanario que sirvió de refugio, fortaleza y
polvorín. En 1631, finalizaron los últimos remates de dichos trabajos. Esta torre-

cve: BOE-A-2025-13227
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