Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes. I. Disposiciones generales. Competencias profesionales. (BOE-A-2025-2575)
Real Decreto 86/2025, de 11 de febrero, de evaluación y acreditación de las competencias básicas adquiridas por experiencia laboral, por vías no formales de formación y aprendizajes informales.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 37
Miércoles 12 de febrero de 2025
Sec. I. Pág. 18850
I. DISPOSICIONES GENERALES
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, FORMACIÓN PROFESIONAL
Y DEPORTES
Real Decreto 86/2025, de 11 de febrero, de evaluación y acreditación de las
competencias básicas adquiridas por experiencia laboral, por vías no
formales de formación y aprendizajes informales.
La evolución hacia una sociedad cada vez más diversa, con mercados laborales
afectados por rápidos cambios en los procesos productivos y estructuras de empleo que
requieren más altas cualificaciones, plantea desafíos importantes para un crecimiento
socioeconómico inclusivo y para un desarrollo humano en clave de igualdad, tal y como
ha quedado expresado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones
Unidas. La respuesta esperada a tales desafíos no puede desvincularse de un mayor
compromiso por aprender y desarrollar competencias a lo largo de la vida que permitan
el progreso de las personas y de los países en un mundo interconectado y comprometido
con garantizar derechos en los términos recogidos en el Pilar Europeo de Derechos
Sociales.
De tal forma, el desarrollo de competencias, entendidas como conjunto de
aprendizajes relevantes para una determinada sociedad y economía, debe impulsarse
desde el ámbito público para generar las condiciones que permitan aprovechar los
talentos de toda la población, en colaboración con otros agentes que promueven el
aprendizaje a lo largo de la vida. En el caso de las competencias básicas, a nivel
europeo, con carácter general, se considera básico el trío de competencias
comunicativa, matemática y digital, y se valora que sean funcionales para poder
aplicarlas a una variedad de situaciones de la vida personal, social y laboral. Se asume
que un bajo nivel de competencias básicas tiene efectos negativos tanto para las
personas como para el tejido productivo, y se plantea como desafío su evaluación y
acreditación dado el valor instrumental que tienen para el desarrollo de otras
competencias más específicas, para facilitar las transiciones digital y verde y para
aprovechar las oportunidades que estas brindan.
En el contexto europeo existe un importante número de personas adultas que
necesita desarrollar y hacer un uso eficaz de sus competencias básicas en el trabajo y
en la sociedad. Las competencias básicas, en todos los niveles y dentro de los contextos
de aprendizaje formal, no formal e informal, deben ser puestas de relieve en una cultura
de aprendizaje a lo largo de la vida, puesto que aquellas personas que desarrollen
actitudes proclives al aprendizaje permanente estarán mejor equipadas para adaptarse
al cambio y para desarrollar las capacidades que necesitan para el empleo, la plena
participación en la sociedad y el desarrollo personal. En nuestro contexto, además, la
importancia de esta cuestión radica en la necesidad de ofrecer a las personas adultas
con bajo nivel de competencias la posibilidad de incrementar su cualificación hacia los
niveles 3 y 4 del Marco Español de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente,
regulado por el Real Decreto 272/2022, de 12 de abril, por el que se establece el Marco
Español de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente, puesto que se trata de
conseguir un mayor ajuste de la estructura ocupacional, la estructura productiva y la
oferta laboral.
Por otro lado, la necesidad de mejorar las competencias no es estática, sino que
cambia a lo largo de la vida. Tan importante es desplegar las competencias obtenidas en
la educación básica, como mantenerlas funcionales y actualizadas (upskilling) e, incluso,
adquirir otras nuevas en respuesta a necesidades de la etapa adulta (reskilling). Esto,
siendo trascendental para toda la población, es particularmente determinante en el caso
cve: BOE-A-2025-2575
Verificable en https://www.boe.es
2575
Núm. 37
Miércoles 12 de febrero de 2025
Sec. I. Pág. 18850
I. DISPOSICIONES GENERALES
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, FORMACIÓN PROFESIONAL
Y DEPORTES
Real Decreto 86/2025, de 11 de febrero, de evaluación y acreditación de las
competencias básicas adquiridas por experiencia laboral, por vías no
formales de formación y aprendizajes informales.
La evolución hacia una sociedad cada vez más diversa, con mercados laborales
afectados por rápidos cambios en los procesos productivos y estructuras de empleo que
requieren más altas cualificaciones, plantea desafíos importantes para un crecimiento
socioeconómico inclusivo y para un desarrollo humano en clave de igualdad, tal y como
ha quedado expresado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones
Unidas. La respuesta esperada a tales desafíos no puede desvincularse de un mayor
compromiso por aprender y desarrollar competencias a lo largo de la vida que permitan
el progreso de las personas y de los países en un mundo interconectado y comprometido
con garantizar derechos en los términos recogidos en el Pilar Europeo de Derechos
Sociales.
De tal forma, el desarrollo de competencias, entendidas como conjunto de
aprendizajes relevantes para una determinada sociedad y economía, debe impulsarse
desde el ámbito público para generar las condiciones que permitan aprovechar los
talentos de toda la población, en colaboración con otros agentes que promueven el
aprendizaje a lo largo de la vida. En el caso de las competencias básicas, a nivel
europeo, con carácter general, se considera básico el trío de competencias
comunicativa, matemática y digital, y se valora que sean funcionales para poder
aplicarlas a una variedad de situaciones de la vida personal, social y laboral. Se asume
que un bajo nivel de competencias básicas tiene efectos negativos tanto para las
personas como para el tejido productivo, y se plantea como desafío su evaluación y
acreditación dado el valor instrumental que tienen para el desarrollo de otras
competencias más específicas, para facilitar las transiciones digital y verde y para
aprovechar las oportunidades que estas brindan.
En el contexto europeo existe un importante número de personas adultas que
necesita desarrollar y hacer un uso eficaz de sus competencias básicas en el trabajo y
en la sociedad. Las competencias básicas, en todos los niveles y dentro de los contextos
de aprendizaje formal, no formal e informal, deben ser puestas de relieve en una cultura
de aprendizaje a lo largo de la vida, puesto que aquellas personas que desarrollen
actitudes proclives al aprendizaje permanente estarán mejor equipadas para adaptarse
al cambio y para desarrollar las capacidades que necesitan para el empleo, la plena
participación en la sociedad y el desarrollo personal. En nuestro contexto, además, la
importancia de esta cuestión radica en la necesidad de ofrecer a las personas adultas
con bajo nivel de competencias la posibilidad de incrementar su cualificación hacia los
niveles 3 y 4 del Marco Español de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente,
regulado por el Real Decreto 272/2022, de 12 de abril, por el que se establece el Marco
Español de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente, puesto que se trata de
conseguir un mayor ajuste de la estructura ocupacional, la estructura productiva y la
oferta laboral.
Por otro lado, la necesidad de mejorar las competencias no es estática, sino que
cambia a lo largo de la vida. Tan importante es desplegar las competencias obtenidas en
la educación básica, como mantenerlas funcionales y actualizadas (upskilling) e, incluso,
adquirir otras nuevas en respuesta a necesidades de la etapa adulta (reskilling). Esto,
siendo trascendental para toda la población, es particularmente determinante en el caso
cve: BOE-A-2025-2575
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