I. Disposiciones generales. COMUNITAT VALENCIANA. Concordia. (BOE-A-2024-20163)
Ley 5/2024, de 26 de julio, de Concordia de la Comunitat Valenciana.
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No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 242
Lunes 7 de octubre de 2024
Sec. I. Pág. 123306
I. DISPOSICIONES GENERALES
COMUNITAT VALENCIANA
20163
Ley 5/2024, de 26 de julio, de Concordia de la Comunitat Valenciana.
Sea notorio y manifiesto a todos los ciudadanos y todas las ciudadanas que Les
Corts han aprobado y yo, de acuerdo con lo establecido por la Constitución y el Estatuto
de Autonomía, en nombre del Rey, promulgo la siguiente ley:
La presente ley se erige como un testimonio de compromiso para honrar y proteger
la historia de España desde el año 1931 hasta la actualidad, un periodo que ha sido
testigo de profundas transformaciones políticas, sociales y culturales que han marcado el
devenir y la identidad de nuestro pueblo.
Durante estos ya casi cien años, España ha vivido profundas crisis, pero sobre todo
una convulsa Segunda República, una Guerra Civil, una dictadura y el azote del
terrorismo etarra e islámico.
Ante catástrofes de tales magnitudes, cuyas consecuencias humanas, materiales y
emocionales han marcado a nuestra sociedad, solo una actitud decidida y generosa en pro
de la reconciliación puede ayudar a restañar heridas y a restaurar el equilibrio perdido.
La Guerra Civil llevó hasta el paroxismo las dinámicas de enfrentamiento de años
anteriores. Por toda España se extendieron los asesinatos masivos, las represalias
socioeconómicas, los atropellos de derechos fundamentales y los desplazamientos
forzosos de población.
Los daños del conflicto no solo fueron humanos, sino también materiales. Numerosos
pueblos y ciudades fueron devastados. La economía del país se contrajo drásticamente
y hubo que esperar varias décadas hasta recuperar los niveles de prosperidad
alcanzados en los años treinta. Iglesias, museos, edificios civiles, universidades o
archivos históricos fueron destruidos o saqueados.
Un pasado tan complejo y lleno de aristas requiere aproximaciones plurales,
desapasionadas y generosas. Nunca ha habido un relato consensuado sobre la Segunda
República, la Guerra Civil y el franquismo. Ni entre los historiadores, que aún sostienen
encarnizados debates teóricos, metodológicos e interpretativos sobre los principales procesos
sociales y políticos de la época, ni entre los ciudadanos, cada uno con su particular e
inexpugnable acervo de recuerdos y relatos heredados de padres, abuelos y bisabuelos.
La Guerra Civil nos debe enseñar que no importa el bando, ni el origen, ni las
creencias, el sufrimiento y la muerte fue la misma para todos. Las víctimas fueron y son
víctimas con independencia del lugar donde cayesen, y es obligación de los poderes
públicos que sobre el respeto a la dignidad humana y sobre la base de la promoción de
la convivencia y de la valoración del estado constitucional que disfrutamos y excluyendo
la confrontación partidista, nos recuerde con una visión objetiva cuáles fueron nuestros
errores para no volver a repetirlos jamás.
Las nuevas generaciones, que no vivieron, ni siquiera remotamente, ninguno de los
eventos del enfrentamiento que se produjo entre hermanos, ni de sus antecedentes o
derivados, han recibido en muchas ocasiones una visión sesgada de ese conflicto cuya
única finalidad es alimentar una división partidista en la sociedad.
Una sociedad democrática y plural debe hacer un esfuerzo por reconocer la
complejidad y dureza de su pasado traumático, con el ánimo de comprender las razones
que guiaron a los españoles de entonces a actuar como actuaron, en sus propios
términos, según su horizonte de experiencias y expectativas, y no conforme a conceptos
cve: BOE-A-2024-20163
Verificable en https://www.boe.es
PREÁMBULO
Núm. 242
Lunes 7 de octubre de 2024
Sec. I. Pág. 123306
I. DISPOSICIONES GENERALES
COMUNITAT VALENCIANA
20163
Ley 5/2024, de 26 de julio, de Concordia de la Comunitat Valenciana.
Sea notorio y manifiesto a todos los ciudadanos y todas las ciudadanas que Les
Corts han aprobado y yo, de acuerdo con lo establecido por la Constitución y el Estatuto
de Autonomía, en nombre del Rey, promulgo la siguiente ley:
La presente ley se erige como un testimonio de compromiso para honrar y proteger
la historia de España desde el año 1931 hasta la actualidad, un periodo que ha sido
testigo de profundas transformaciones políticas, sociales y culturales que han marcado el
devenir y la identidad de nuestro pueblo.
Durante estos ya casi cien años, España ha vivido profundas crisis, pero sobre todo
una convulsa Segunda República, una Guerra Civil, una dictadura y el azote del
terrorismo etarra e islámico.
Ante catástrofes de tales magnitudes, cuyas consecuencias humanas, materiales y
emocionales han marcado a nuestra sociedad, solo una actitud decidida y generosa en pro
de la reconciliación puede ayudar a restañar heridas y a restaurar el equilibrio perdido.
La Guerra Civil llevó hasta el paroxismo las dinámicas de enfrentamiento de años
anteriores. Por toda España se extendieron los asesinatos masivos, las represalias
socioeconómicas, los atropellos de derechos fundamentales y los desplazamientos
forzosos de población.
Los daños del conflicto no solo fueron humanos, sino también materiales. Numerosos
pueblos y ciudades fueron devastados. La economía del país se contrajo drásticamente
y hubo que esperar varias décadas hasta recuperar los niveles de prosperidad
alcanzados en los años treinta. Iglesias, museos, edificios civiles, universidades o
archivos históricos fueron destruidos o saqueados.
Un pasado tan complejo y lleno de aristas requiere aproximaciones plurales,
desapasionadas y generosas. Nunca ha habido un relato consensuado sobre la Segunda
República, la Guerra Civil y el franquismo. Ni entre los historiadores, que aún sostienen
encarnizados debates teóricos, metodológicos e interpretativos sobre los principales procesos
sociales y políticos de la época, ni entre los ciudadanos, cada uno con su particular e
inexpugnable acervo de recuerdos y relatos heredados de padres, abuelos y bisabuelos.
La Guerra Civil nos debe enseñar que no importa el bando, ni el origen, ni las
creencias, el sufrimiento y la muerte fue la misma para todos. Las víctimas fueron y son
víctimas con independencia del lugar donde cayesen, y es obligación de los poderes
públicos que sobre el respeto a la dignidad humana y sobre la base de la promoción de
la convivencia y de la valoración del estado constitucional que disfrutamos y excluyendo
la confrontación partidista, nos recuerde con una visión objetiva cuáles fueron nuestros
errores para no volver a repetirlos jamás.
Las nuevas generaciones, que no vivieron, ni siquiera remotamente, ninguno de los
eventos del enfrentamiento que se produjo entre hermanos, ni de sus antecedentes o
derivados, han recibido en muchas ocasiones una visión sesgada de ese conflicto cuya
única finalidad es alimentar una división partidista en la sociedad.
Una sociedad democrática y plural debe hacer un esfuerzo por reconocer la
complejidad y dureza de su pasado traumático, con el ánimo de comprender las razones
que guiaron a los españoles de entonces a actuar como actuaron, en sus propios
términos, según su horizonte de experiencias y expectativas, y no conforme a conceptos
cve: BOE-A-2024-20163
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PREÁMBULO