III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE SANIDAD. Medicamentos. (BOE-A-2024-17079)
Resolución de 9 de agosto de 2024, de la Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud, por la que se valida la Guía para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las/los enfermeras/os: infección de tracto urinario inferior no complicada en mujeres adultas.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 19 de agosto de 2024
Sec. III. Pág. 106688
elaboración conjunta, acordados con las organizaciones colegiales de médicos y
enfermeros y validados por la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación
del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad»3.
Asimismo, el Real Decreto 1718/2010, de 17 de diciembre, sobre receta médica y
órdenes de dispensación, regula expresamente la orden de dispensación enfermera, en
virtud de la cual, como se ha dicho, las/los enfermeras/os pueden indicar o autorizar la
dispensación de medicamentos (refrendado por el Tribunal Supremo mediante Sentencia
de 3 de mayo de 2013)4.
Por tanto, los contenidos descritos en esta guía pretenden ser una ayuda a los/las
profesionales para mejorar los resultados en salud de las personas que atienden, a través
de una atención sanitaria integral, segura, colaborativa, de calidad, basada en la evidencia
y centrada en la persona. A tal efecto, los criterios para la selección de la guía a
desarrollar han sido la incidencia o prevalencia de las situaciones clínicas que abordan, la
garantía de seguridad clínica en la aplicación de las guías y el valor añadido que pueda
aportar un abordaje, precoz, equitativo y colaborativo de los síntomas y situaciones de
salud a los que estas guías se refieren. Asimismo, se ha tenido en cuenta la existencia
de guías y/o protocolos elaborados y desarrollados previamente por las CC.AA.
La aplicación de esta guía en la práctica asistencial ha de suponer, además, la
optimización de las competencias profesionales de las/los enfermeras/os y el desarrollo
de actuaciones de valor consistentes en:
– Educar a la persona y/o al cuidador/a en el manejo del tratamiento farmacológico y
de los cuidados asociados.
– Establecer estrategias para mejorar la adherencia terapéutica a la medicación a través
del seguimiento y control del tratamiento y monitorización de los resultados en salud.
– Detectar e informar de efectos adversos relacionados con el tratamiento
farmacológico.
– Realizar un seguimiento con el objetivo de prevenir la aparición de complicaciones
asociadas al tratamiento y a la propia patología.
– Facilitar la accesibilidad para las actuaciones relacionadas con la medicación
evitando o reduciendo citas innecesarias o demoras para el inicio, modificación o
interrupción de tratamientos.
– Reducir la variabilidad en la práctica clínica, adecuando y actualizando esta guía y
los protocolos que se deriven de la misma en base a las últimas evidencias disponibles.
– Maximizar la eficiencia y efectividad de la atención sanitaria y los tratamientos que
se derivan de la misma.
Las infecciones del tracto urinario (ITU) incluyen la cistitis, que se define como la
infección de la vejiga/tracto urinario inferior, y la pielonefritis, como la infección del riñón o
tracto urinario superior. La patogenia de la ITU comienza con la colonización del introito
vaginal o el meato uretral por uropatógenos, seguida de la ascensión a través de la uretra
hacia la vejiga. La pielonefritis se desarrolla cuando los patógenos ascienden a los riñones
a través de los uréteres5-7. La infección del tracto urinario es una de las causas más
frecuentes de consulta en Atención Primaria8, 9. Cada año aproximadamente un 5 % de
mujeres consultan a su médico por polaquiuria y disuria9. Afecta al 50 % de las mujeres al
menos una vez en su vida y su incidencia aumenta con la edad, la comorbilidad y la
institucionalización10-13. En cuanto a su etiología, más del 95 % son monomicrobianas,
siendo Escherichia coli el microorganismo implicado en el 70-80 % de los casos14-15.
Los síntomas y signos de cistitis incluyen disuria, polaquiuria y urgencia urinaria, dolor
suprapúbico y hematuria16-20, en ausencia de prurito, irritación del área genital o flujo
vaginal anormal21-23. La ITU complicada es la que afecta a personas con riesgo de
colonización del parénquima renal, aunque inicialmente los síntomas no sean alarmantes.
De acuerdo a la Guía terapéutica antimicrobiana del SNS24, hablamos de ITU complicada
en los siguientes grupos de pacientes: embarazadas, personas con anomalías anatómicas
o funcionales, manipulación urológica reciente, sondados, ancianos, diabéticos, pacientes
con insuficiencia renal crónica, sospecha de etiología por microorganismos multirresistentes,
cve: BOE-A-2024-17079
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 200
Lunes 19 de agosto de 2024
Sec. III. Pág. 106688
elaboración conjunta, acordados con las organizaciones colegiales de médicos y
enfermeros y validados por la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación
del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad»3.
Asimismo, el Real Decreto 1718/2010, de 17 de diciembre, sobre receta médica y
órdenes de dispensación, regula expresamente la orden de dispensación enfermera, en
virtud de la cual, como se ha dicho, las/los enfermeras/os pueden indicar o autorizar la
dispensación de medicamentos (refrendado por el Tribunal Supremo mediante Sentencia
de 3 de mayo de 2013)4.
Por tanto, los contenidos descritos en esta guía pretenden ser una ayuda a los/las
profesionales para mejorar los resultados en salud de las personas que atienden, a través
de una atención sanitaria integral, segura, colaborativa, de calidad, basada en la evidencia
y centrada en la persona. A tal efecto, los criterios para la selección de la guía a
desarrollar han sido la incidencia o prevalencia de las situaciones clínicas que abordan, la
garantía de seguridad clínica en la aplicación de las guías y el valor añadido que pueda
aportar un abordaje, precoz, equitativo y colaborativo de los síntomas y situaciones de
salud a los que estas guías se refieren. Asimismo, se ha tenido en cuenta la existencia
de guías y/o protocolos elaborados y desarrollados previamente por las CC.AA.
La aplicación de esta guía en la práctica asistencial ha de suponer, además, la
optimización de las competencias profesionales de las/los enfermeras/os y el desarrollo
de actuaciones de valor consistentes en:
– Educar a la persona y/o al cuidador/a en el manejo del tratamiento farmacológico y
de los cuidados asociados.
– Establecer estrategias para mejorar la adherencia terapéutica a la medicación a través
del seguimiento y control del tratamiento y monitorización de los resultados en salud.
– Detectar e informar de efectos adversos relacionados con el tratamiento
farmacológico.
– Realizar un seguimiento con el objetivo de prevenir la aparición de complicaciones
asociadas al tratamiento y a la propia patología.
– Facilitar la accesibilidad para las actuaciones relacionadas con la medicación
evitando o reduciendo citas innecesarias o demoras para el inicio, modificación o
interrupción de tratamientos.
– Reducir la variabilidad en la práctica clínica, adecuando y actualizando esta guía y
los protocolos que se deriven de la misma en base a las últimas evidencias disponibles.
– Maximizar la eficiencia y efectividad de la atención sanitaria y los tratamientos que
se derivan de la misma.
Las infecciones del tracto urinario (ITU) incluyen la cistitis, que se define como la
infección de la vejiga/tracto urinario inferior, y la pielonefritis, como la infección del riñón o
tracto urinario superior. La patogenia de la ITU comienza con la colonización del introito
vaginal o el meato uretral por uropatógenos, seguida de la ascensión a través de la uretra
hacia la vejiga. La pielonefritis se desarrolla cuando los patógenos ascienden a los riñones
a través de los uréteres5-7. La infección del tracto urinario es una de las causas más
frecuentes de consulta en Atención Primaria8, 9. Cada año aproximadamente un 5 % de
mujeres consultan a su médico por polaquiuria y disuria9. Afecta al 50 % de las mujeres al
menos una vez en su vida y su incidencia aumenta con la edad, la comorbilidad y la
institucionalización10-13. En cuanto a su etiología, más del 95 % son monomicrobianas,
siendo Escherichia coli el microorganismo implicado en el 70-80 % de los casos14-15.
Los síntomas y signos de cistitis incluyen disuria, polaquiuria y urgencia urinaria, dolor
suprapúbico y hematuria16-20, en ausencia de prurito, irritación del área genital o flujo
vaginal anormal21-23. La ITU complicada es la que afecta a personas con riesgo de
colonización del parénquima renal, aunque inicialmente los síntomas no sean alarmantes.
De acuerdo a la Guía terapéutica antimicrobiana del SNS24, hablamos de ITU complicada
en los siguientes grupos de pacientes: embarazadas, personas con anomalías anatómicas
o funcionales, manipulación urológica reciente, sondados, ancianos, diabéticos, pacientes
con insuficiencia renal crónica, sospecha de etiología por microorganismos multirresistentes,
cve: BOE-A-2024-17079
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 200