III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-12636)
Resolución de 28 de mayo de 2024, de la Consejería de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de la "Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción" de Malpartida de Cáceres (Cáceres), con la categoría de monumento.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 21 de junio de 2024
Sec. III. Pág. 72262
Los trabajos de construcción se iniciaron el 2 de julio de 1528, dirigidos por un grupo
de canteros de la familia Moreno. Prosiguieron y terminaron, en 1565, con la atribución
de Sebastián de Aguirre.
La iglesia parroquial de Malpartida de Cáceres, realizada en piedra de cantería, es
de una sola nave con 3 tramos cubiertos con bóveda de crucería y cabecera cuadrada
con testero plano. Sobre el plano sobresale la sacristía, que se encuentra en el muro sur,
la torre -en el lado norte entre la capilla mayor y la nave-, y la capilla bautismal, en el
mismo muro y unida al tramo de los pies.
En cuanto a las portadas, destaca la portada principal, tal vez el elemento más
significativo del conjunto, orientada al oeste con una rica estética renacentista propia del
segundo tercio del s. XVI y atribuida a Sebastián de Aguirre. Esta portada plateresca,
labrada con granito de la zona, se abre con un arco de medio punto, suavemente
moldurado hasta las jambas, y enmarcado por dos columnas jónicas que descansan sobre
podios tapando así unas retropilastras jónicas con fustes estriados; entre las volutas del
capitel asoman pequeñas cabezas de ángeles. En las enjutas, se emplazan las imágenes
de San Pedro (con las llaves) y San Pablo (con la espada) encuadrados en medallones,
los cuales son portados por ángeles. Esta parte de la portada se cierra con un friso corrido
totalmente decorado con ángeles sosteniendo un clípeo, en los que se alternan rostros
humanos con efigies de la muerte (esqueletos de medio cuerpo portando guadaña).
En el cuerpo superior, dos flameros delimitan el espacio, de los que salen dos
aletones que enmarcan el templete, sobre los que hay unas figuras reptantes. Las
enjutas formadas en estos aletones se cubren con medallones con jarras de azucenas
en alusión a la Virgen, la cual preside la hornacina avenerada del mencionado templete.
Este espacio es coronado por un entablamento de friso corrido decorado con cabezas de
angelotes, dentículos en la cornisa, rematándose con flameros entre los que se ubica un
óculo que ilumina el coro y sobre éste el Niño Jesús con la bola del mundo.
La portada sur o «puerta chica», la más primitiva, está ligeramente apuntada y
remarcada por dos pequeños baquetones con molduras góticas en basa y capitel, con la
entrecalle decorada con flores cuadrifolias.
En el muro norte se sitúa una pequeña capilla dedicada a la Virgen del Carmen,
realizada en 1899, según se indica en la reja, cuyo espacio albergó con anterioridad el
osario, el cual fue construido a principios del s. XVIII. Esta capilla, a la que se accede por
un vano acarpanelado y con rejería, se enmarca en una doble moldura apuntada
rematada por una cruz. En el interior, se alza la imagen de la Virgen del Carmen dentro
de una hornacina de madera acristalada, encuadrada en una moldura de arco apuntado,
y bajo esta un altar de piedra. A la derecha, una inscripción «Dona esta imagen y sufragó
la redificación de esta capilla D. Inés Mogollón y Mogollón (menor) en mayo del
MCMXLII» en alusión a un cuadro que hubo. El año de creación también se recoge en
una pequeña pila.
Por su parte, la torre campanario sobresale como suave acodo en el muro norte
entre la cabecera y el primer tramo de la nave, donde destaca únicamente la decoración
de bolas que marca la cámara poligonal que da acceso a las campanas. Se remata con
una cornisa de ladrillo y un chapitel. Por su ubicación, aparejo y elementos decorativos,
se infiere que se trata de una obra más antigua que el resto de la iglesia, quizás del
último cuarto del s. XV.
Del s. XVIII es la escalinata y el pretil que acoge la iglesia. Este muro está divido en
dos, siendo el superior constituido por una doble hilera de sillares de granito y el inferior
por mampostería. En el lado derecho, el pilar donde se inicia el muro conserva una
inscripción «año de 1759». En 1959, se realizaron unas obras en la iglesia, lo que
permitió que saliera a la luz una lápida romana en las escalinatas de acceso al templo.
Dicha lápida conserva la inscripción funeraria de una niña, Maila, de 13 años y se
conserva en la propiedad de la persona que la descubrió, Julio F. Ros. Una réplica de
esta se encuentra en la Oficina de Turismo.
En los años 90, se acometieron mejoras en las cubiertas, con una estructura nueva,
así como el tejado, además de la limpieza de los nidos de cigüeñas.
cve: BOE-A-2024-12636
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 150
Viernes 21 de junio de 2024
Sec. III. Pág. 72262
Los trabajos de construcción se iniciaron el 2 de julio de 1528, dirigidos por un grupo
de canteros de la familia Moreno. Prosiguieron y terminaron, en 1565, con la atribución
de Sebastián de Aguirre.
La iglesia parroquial de Malpartida de Cáceres, realizada en piedra de cantería, es
de una sola nave con 3 tramos cubiertos con bóveda de crucería y cabecera cuadrada
con testero plano. Sobre el plano sobresale la sacristía, que se encuentra en el muro sur,
la torre -en el lado norte entre la capilla mayor y la nave-, y la capilla bautismal, en el
mismo muro y unida al tramo de los pies.
En cuanto a las portadas, destaca la portada principal, tal vez el elemento más
significativo del conjunto, orientada al oeste con una rica estética renacentista propia del
segundo tercio del s. XVI y atribuida a Sebastián de Aguirre. Esta portada plateresca,
labrada con granito de la zona, se abre con un arco de medio punto, suavemente
moldurado hasta las jambas, y enmarcado por dos columnas jónicas que descansan sobre
podios tapando así unas retropilastras jónicas con fustes estriados; entre las volutas del
capitel asoman pequeñas cabezas de ángeles. En las enjutas, se emplazan las imágenes
de San Pedro (con las llaves) y San Pablo (con la espada) encuadrados en medallones,
los cuales son portados por ángeles. Esta parte de la portada se cierra con un friso corrido
totalmente decorado con ángeles sosteniendo un clípeo, en los que se alternan rostros
humanos con efigies de la muerte (esqueletos de medio cuerpo portando guadaña).
En el cuerpo superior, dos flameros delimitan el espacio, de los que salen dos
aletones que enmarcan el templete, sobre los que hay unas figuras reptantes. Las
enjutas formadas en estos aletones se cubren con medallones con jarras de azucenas
en alusión a la Virgen, la cual preside la hornacina avenerada del mencionado templete.
Este espacio es coronado por un entablamento de friso corrido decorado con cabezas de
angelotes, dentículos en la cornisa, rematándose con flameros entre los que se ubica un
óculo que ilumina el coro y sobre éste el Niño Jesús con la bola del mundo.
La portada sur o «puerta chica», la más primitiva, está ligeramente apuntada y
remarcada por dos pequeños baquetones con molduras góticas en basa y capitel, con la
entrecalle decorada con flores cuadrifolias.
En el muro norte se sitúa una pequeña capilla dedicada a la Virgen del Carmen,
realizada en 1899, según se indica en la reja, cuyo espacio albergó con anterioridad el
osario, el cual fue construido a principios del s. XVIII. Esta capilla, a la que se accede por
un vano acarpanelado y con rejería, se enmarca en una doble moldura apuntada
rematada por una cruz. En el interior, se alza la imagen de la Virgen del Carmen dentro
de una hornacina de madera acristalada, encuadrada en una moldura de arco apuntado,
y bajo esta un altar de piedra. A la derecha, una inscripción «Dona esta imagen y sufragó
la redificación de esta capilla D. Inés Mogollón y Mogollón (menor) en mayo del
MCMXLII» en alusión a un cuadro que hubo. El año de creación también se recoge en
una pequeña pila.
Por su parte, la torre campanario sobresale como suave acodo en el muro norte
entre la cabecera y el primer tramo de la nave, donde destaca únicamente la decoración
de bolas que marca la cámara poligonal que da acceso a las campanas. Se remata con
una cornisa de ladrillo y un chapitel. Por su ubicación, aparejo y elementos decorativos,
se infiere que se trata de una obra más antigua que el resto de la iglesia, quizás del
último cuarto del s. XV.
Del s. XVIII es la escalinata y el pretil que acoge la iglesia. Este muro está divido en
dos, siendo el superior constituido por una doble hilera de sillares de granito y el inferior
por mampostería. En el lado derecho, el pilar donde se inicia el muro conserva una
inscripción «año de 1759». En 1959, se realizaron unas obras en la iglesia, lo que
permitió que saliera a la luz una lápida romana en las escalinatas de acceso al templo.
Dicha lápida conserva la inscripción funeraria de una niña, Maila, de 13 años y se
conserva en la propiedad de la persona que la descubrió, Julio F. Ros. Una réplica de
esta se encuentra en la Oficina de Turismo.
En los años 90, se acometieron mejoras en las cubiertas, con una estructura nueva,
así como el tejado, además de la limpieza de los nidos de cigüeñas.
cve: BOE-A-2024-12636
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Núm. 150