BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 9 de mayo de 2024

Sec. I. Pág. 52364

las Fuerzas Armadas y su entorno, imprescindible para su correcta ubicación en la
sociedad a la que sirve.
Con esta formación multidisciplinar, el oficial, desde su primer empleo como teniente,
puede ejercer los cometidos del Cuerpo General mediante su capacidad de desarrollar
acciones directivas, especialmente de mando, pero también de apoyo a este y acciones
de gestión, dentro del campo de actividad propio de su especialidad fundamental, tanto
en el ámbito de la estructura orgánica del Ejército de Tierra, como en la operativa de las
Fuerzas Armadas, en operaciones nacionales y multinacionales, además de las
ejecutivas correspondientes al desarrollo de sus cometidos.
En este sentido debe estar en condiciones de desempeñar tareas de planeamiento,
coordinación y control de las operaciones militares y aquellas relacionadas con funciones
técnicas, logísticas, administrativas y docentes.
Una formación dual del oficial, como líder de personas y gestor de las capacidades
asignadas, le permitirá evolucionar de la mera gestión eficiente a la trascendencia de la
implicación del subordinado en la definición y cumplimiento de los objetivos,
promoviendo la iniciativa disciplinada hacia el propósito del mando.
Las competencias del oficial deben estar sustentadas sobre conocimientos, valores
sólidos y juicio crítico. Será necesario aprovechar al máximo las oportunidades para que
los oficiales desarrollen sus destrezas en entornos de trabajo colaborativo, en equipos
conjuntos, combinados y multinacionales donde se integren especialistas, grandes
talentos, representantes de diversas organizaciones y otros actores con diversos
intereses y expectativas, a los que se demande suficiente capacidad para integrarse,
entenderse y trabajar en equipo.
Actuar en entornos complejos, con una mayor dispersión de las unidades y amplios
despliegues, exigirá gran iniciativa y mayor confianza en los subordinados. Para ello,
será necesario actuar con flexibilidad mental y capacidad de adaptación. La capacidad
de mando y liderazgo, sustentada en la ejemplaridad y el prestigio que deriva de la
competencia y capacidad para decidir, debe ser potenciada mediante el aprendizaje de
habilidades de comunicación e inteligencia emocional y con una mayor familiaridad
digital.
La formación intelectual integral y la preparación psicológica, la capacidad de
resolución de problemas complejos, la agilidad mental, el entrenamiento en la toma de
decisiones, la capacidad de gestión del estrés del grupo y el conocimiento del
comportamiento humano son algunas de las destrezas que es necesario potenciar en los
líderes en todos los escalones de mando de las futuras unidades tácticas. Para ello, de
forma transversal y continua durante la carrera, se debe desarrollar un pensamiento
crítico para el enfoque de los problemas de naturaleza militar y administrativa y un
conocimiento de la profesión basado en la lectura formativa del pensamiento militar y su
evolución, que le lleve a sentar las bases de una sólida educación académica para un
adecuado desarrollo de la carrera militar.
Específicamente, en relación con la respectiva especialidad fundamental del oficial
egresado, éste debe ser capaz de preparar para el combate la unidad de su mando
mediante la aplicación de los procedimientos de instrucción y adiestramiento propios de
aquélla, estando en condiciones de incorporar los aspectos del combate interarmas en
este nivel, así como, dentro del campo de actividad de su especialidad, planear,
organizar, dirigir y controlar la ejecución de los cometidos tácticos y logísticos de la
unidad de su mando enmarcada en una estructura operativa.
cve: BOE-A-2024-9320
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Núm. 113