III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-8471)
Decreto 42/2024, de 9 de abril, del Consell, para la declaración de bien de interés cultural, con la categoría de bien inmaterial, de la Festa de la Mare de Déu del Castell, de Cullera.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 26 de abril de 2024

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candidaturas BIC – organización de reuniones y charlas para compartir los trabajos de la
candidatura – documentación gráfica y audiovisual de las fiestas de abril de 2022.
Identificación de riesgos y diagnóstico: El creciente interés en las prácticas
entendidas como patrimonio inmaterial ha hecho que detengamos la mirada también en
aquellas cuestiones que pueden ser problemáticas y convertirse en riesgos durante y al
final de los procesos de patrimonialización de las expresiones comunitarias. Son muchos
los estudios y las indicaciones tanto de la institución más conocida en su gestión, la
UNESCO, como también de las instituciones estatales (IPCE, Instituto del Patrimonio
Cultural Español), mediante el plan nacional de salvaguardia, que se detienen a
identificar los riesgos a los que se enfrentan las prácticas culturales inmateriales. Entre
las problemáticas más importantes, está la falta de canales y oportunidades de
transmisión, la globalización y/o estandarización de las manifestaciones culturales y las
amenazas por la masificación, que se producen, principalmente, por el atractivo turístico
y mediático. Para empezar a identificar, anotamos, en primer lugar, que la falta de
consenso de la comunidad alrededor de la práctica cultural, en este caso, la fiesta, es
uno de los riesgos más importantes que hay que tener siempre en cuenta. Las fiestas
son un marco social de convivencia y su desarrollo debe ser, sin embargo, un proceso
con consenso, que defienda siempre el arraigo de las tradiciones y las posibilidades de
evolución. El gran riesgo asociado a los procesos festivos, en este caso, es su
mediatización y/o turistificación. Evidentemente, dentro de esta propuesta de declaración
BIC(I), se tiene en cuenta este riesgo, que se vincula directamente con cambios
propulsados para poder acoger a más público, derivado de un crecimiento turístico a raíz
del impulso mediático del gran público. El público objetivo al que se querría llegar es un
público cultural, sensible con las manifestaciones más singulares y representativas del
paisaje cultural inmaterial valenciano, sensible con los progresos en las recuperaciones
en las tradiciones, las manifestaciones sonoras, las danzas, etc., que se traslada de
localidad en localidad en busca de la singularidad, que respeta los tiempos y los
espacios de los portadores, de los protagonistas de las fiestas, sin intermediaciones,
fuera del interés puramente visual y experiencial. La declaración BIC(I) dará visibilidad a
la fiesta dentro de los círculos festivos y sociales que ya han sido protegidos y aquellos
que buscan metodologías de trabajo para recuperar patrimonios inmateriales locales. En
línea con este posible intervencionismo de agentes externos, también hay el riesgo de la
paralización o fosilización de las prácticas a consecuencia de propuestas y políticas
conservacionistas, tanto por parte de estos agentes externos como de los mismos
protagonistas de la fiesta, agentes actuales de la transmisión y salvaguardia. Las
prácticas inmateriales deben estar vivas y permitir, dentro de los valores y los
significados de las tradiciones, una evolución natural propiciada por los actores
principales y aceptada por el conjunto de la comunidad portadora, depositaria de los
valores patrimoniales. Hay que tener presente que las manifestaciones intangibles deben
huir de un posible tradicionalismo exagerado, que defiende la congelación de las
manifestaciones culturales inmateriales en nombre de la tradición. Continuando con esta
idea, el peligro de fosilización comporta el peligro de homogeneización, principalmente
pensando en las prácticas que están en proceso de recuperación. Si, en lugar de realizar
tareas de investigación y estudio de las variantes más locales de las manifestaciones
festivas, se tienen en cuenta los ejemplos que se puedan encontrar en otras localidades,
que hayan trabajado otras entidades festivas y que pueden suponer un modelo ejemplar,
se perderá la oportunidad de recuperar y vincular los elementos singulares con la
actualidad de la fiesta, tal como se entiende ahora. La autoría de las manifestaciones
culturales inmateriales también es uno de los riesgos a los que hay que prestar atención.
Las prácticas inmateriales se arriesgan a ser indebidamente apropiadas por agentes
externos, cuando las replican y cuando no se tiene en cuenta la comunidad portadora
como a los autores/autoras legítimos, es decir, cuando se ejerce un paternalismo exterior
que trata de tutorizar la comunidad portadora. El afán proteccionista exterior no debe
convertirse nunca en regulación y administración de los regímenes internos, que son
responsabilidad directa de las entidades y las instituciones portadoras de la tradición y

cve: BOE-A-2024-8471
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Núm. 102