I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE EDUCACIÓN, FORMACIÓN PROFESIONAL Y DEPORTES. Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria. Bachillerato. Currículo. (BOE-A-2024-6716)
Resolución de 3 de abril de 2024, de la Secretaría de Estado de Educación, por la que se publican los currículos de la enseñanza de Religión Evangélica correspondientes a Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 5 de abril de 2024

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permita, al alumnado, afianzar la fe y valores cristianos que adquiere. Lógicamente, todo
en un clima de libertad y convivencia, en el que no se pretende tanto que el mensaje sea
aceptado, como que sea aprendido. No se pretende imponer externamente virtudes,
creencias o modos de comportarse, pero sí esperar que fluyan en el alumnado a partir
de convicciones suficientemente profundas.
La enseñanza religiosa evangélica se plantea simultáneamente como un espacio de
aprendizaje de la convivencia, tanto en los grupos de edad que se constituyen para
impartir la materia, como en el conjunto del centro y del grupo clase donde se convive
con diferentes compañeros y compañeras y otras maneras de ver el mundo. Para ello el
profesorado, además de con su actitud y ejemplo, cuenta con la posibilidad de trabajar
en agrupamientos diversos concebidos con flexibilidad para dar respuesta a objetivos
distintos de aprendizaje. De igual modo, el profesorado ha de reflexionar sobre la gestión
del tiempo, al proponer al alumnado las tareas propias del área, a fin de que estas le
permitan trabajar de manera adecuada, tanto cuando está aproximándose por primera
vez a las propuestas como cuando está revisando su trabajo. El profesorado debe, en
definitiva, gestionar el tiempo y los espacios de manera que facilite el trabajo activo y
responsable del alumnado.
Es pertinente plantear la relevancia de los recursos didácticos entre las decisiones
metodológicas a adoptar, ya que está en la propia identidad de la enseñanza religiosa
evangélica el uso prioritario de la Biblia como recurso básico e imprescindible. No
obstante, se incluirán en el proceso de enseñanza y aprendizaje otros materiales,
impresos, digitales o de otro tipo, que se incorporan como medios para estimular el
estudio de la Biblia. El profesorado de enseñanza religiosa evangélica participa en la
producción de estos materiales, en su difusión e intercambio en foros específicos
creados en el marco de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España,
que tienen su importancia por ser un espacio de crecimiento profesional que facilita la
formación e innovación permanente de quienes imparten la materia.
En cuanto a estrategias metodológicas propiamente dichas, no se identifica la
enseñanza religiosa evangélica con un único método universalmente aplicado, sino que
es el profesorado el que debe adoptar decisiones concretas de cómo trabajar y orientar
el trabajo, en cada caso, para alcanzar los fines previstos, con las máximas cotas
posibles de calidad, de acuerdo con el contexto en que se ubica. En cualquier caso, al
adoptar estas decisiones metodológicas, debe tenerse en cuenta la importancia de
estimular la motivación del alumnado, potenciar su autoestima y su autonomía,
desarrollar estrategias de trabajo compartido y potenciar la comunicación con las
familias; implementando su metodología según los principios del Diseño Universal para
el Aprendizaje (DUA).
Por último, la evaluación de la enseñanza religiosa evangélica es preferentemente
cualitativa, entendiéndose como la descripción de los aprendizajes logrados por el
alumnado y debe diferenciarse de la calificación o informe que es pertinente dar al finalizar
cada unidad de tiempo previsto para ello (trimestral, anual o al finalizar la etapa) para evitar
reducirla a ella. Es necesario destacar que la evaluación de la enseñanza religiosa
evangélica, de acuerdo con el resto de la etapa, será continua, y tendrá como referente los
criterios de evaluación establecidos en cada uno de los cursos, y a través de los cuales se
evaluará el logro de los aprendizajes descritos en estos criterios, al mismo tiempo que se
evalúa el grado de desarrollo de las competencias vinculadas a los mismos.
La evaluación atenderá a las características personales de cada alumno o alumna, a
fin de facilitar la individualización necesaria para garantizar el éxito de todo el alumnado.
La evaluación tiene que referenciar el nivel de adquisición de las competencias
específicas, que están directamente conectadas con los descriptores operativos. Hay
que matizar la diferencia de evaluación entre los referentes conceptuales,
procedimentales y actitudinales; debido a que en el ámbito de las actitudes y en el marco
de esta materia, tal y como ha sido concebida en el contexto del sistema educativo, la
respuesta del alumnado es, y debe ser voluntaria, sin afectar su decisión a la
ponderación de la calificación. Aunque los referentes actitudinales pueden, y deben ser

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Núm. 84