III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE LA RIOJA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-4070)
Resolución 25/2023, de 21 de noviembre, de la Dirección General de Cultura, de la Consejería de Cultura, Turismo, Deporte y Juventud, por la que se incoa expediente para la declaración de bien de interés cultural con la categoría de monumento de ingeniería del aprovechamiento hidroeléctrico del salto de La Retorna y su entorno de protección.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 1 de marzo de 2024

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Estructuras, o los acueductos y presa de arco gravedad del salto de la Retorna, en el río
Najerilla, encargo de Hidroeléctrica de Recajo, todo ello en 1944. Otro ejemplo,
probablemente más conocido dada la repercusión mediática que genera el fútbol, fue el
Estadio de San Mamés en 1952, con una cubierta constituida por un arco metálico con
tirante inferior, del que colgaba una cubierta plana, la cual estaba prevista inicialmente
como una cubierta de hormigón armado. Esta fue uno de las pocas estructuras metálicas
que hizo, pero una de las más importantes. Pese a que cuando fundó su propia oficina
de proyectos había cumplido ya 59 años y que gran parte de su obra ya estaba hecha,
fue para entonces cuando realizó alguna de sus mejores muestras, como la presa de
bóveda de Quentar, de 140 metros de altura, el viaducto de Iznájar o el puente de
Castejón en Navarra.
En 1949, habiendo finalizado la sanción que le fue impuesta, y con la intención de
proyectar y construir más puentes de los que hasta el momento realizaba en sus otras
actividades, accedió a la Jefatura de Puentes y Estructuras del Ministerio de Obras
Públicas. Allí estuvo hasta el 1963 cuando lo dejó parcialmente para permanecer
únicamente como asesor, ya que le solicitaban dedicación exclusiva. Allí llego a
proyectar más de una treintena de puentes, dirigiendo la construcción de la mayoría de
ellos. Tal era su interés por formar parte de este ciclo completo que nunca llegó a ser
primer jefe, ya que le privaba de ambas actividades quedando delegado a la información
de los mismos. Entre sus obras destaca el puente de Mérida sobre el Guadiana,
en 1959.
Pese a que fue la actividad que más tarde inició, con 53 años, ser profesor en la
Escuela de Caminos era una de las mayores aspiraciones que tuvo en su vida. Para él,
ser catedrático era el culmen a su carrera. Superada la oposición pertinente en 1961,
consiguió el puesto de profesor de Puentes de Fábrica. Haciendo honor a su posición
pionera en todos los ámbitos, instauró un sistema de enseñanza mucho más abierto,
totalmente distinto al presente hasta la época y ejerció hasta 1975 como profesor. Aparte
de esto, fue profesor varios años en la escuela de Restauración, dio un sinfín de
conferencias en centros de diversa índole, y fue partícipe de innumerables congresos
tanto nacionales como internacionales.
Para Carlos, sus investigaciones y publicaciones sobre historia de la ingeniería
nunca fueron un trabajo al margen o una afición, sino todo lo contrario, una parte clave
de su actividad profesional. Como muestra de ello basta con saber que en 1944 se
licenció en Filosofía y Letras en la especialidad de Historia. Se centró especialmente en
la ingeniería romana, y aprovechaba para hacer muchos de estos trabajos en paralelo
con las obras que estaba construyendo. Esto le llevó a realizar proyectos de
restauración, la mayoría de puentes, destacando la restauración del acueducto de
Segovia o el puente sobre el río Pisuergas, en Simancas.
Toda su vida la dedicó a reflexionar sobre qué era la ingeniería y el hacer de los
ingenieros. Uno de los momentos más importantes en ese aspecto fue la intervención en
la Noche del Gallo con Federico García Lorca, a sus 23 años. Dedicó también mucho
tiempo a estudiar la filosofía, siendo lector asiduo de la filosofía griega clásica, asistió a
cursos de Ortega y Gasset y fue alumno de Xavier Zubiri, cuya filosofía fue la base de su
pensamiento. Por otro lado, invirtió mucho tiempo en escribir libros y artículos, así como
colaboró en libros de varios autores, especialmente en temas técnicos.
Los últimos años de su vida, además de terminar la carrera de derecho en 1973
con 68 años, los dedicó a su oficina, como asesor de la empresa Huarte y Cía., y a sus
publicaciones. También fue a lo largo de ellos cuando se hizo reconocimiento público a
su trayectoria profesional. Se realizaron distintas exposiciones en todo el país sobre su
vida y obra y en 1975 fue elegido académico de la Real Academia de Bellas Artes,
leyendo su discurso de ingreso en la institución en 1976. Ese mismo año, fue nombrado
Miembro de Honor de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y
en 1978, medalla de la Federación Internacional del Pretensado, en el congreso
internacional de la FIP en Londres, siendo la primera recibida por un ingeniero español.

cve: BOE-A-2024-4070
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Núm. 54