III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE POLÍTICA TERRITORIAL Y MEMORIA DEMOCRÁTICA. Lugares de memoria democrática. (BOE-A-2024-2828)
Resolución de 9 de febrero de 2024, de la Dirección General de Atención a las Víctimas y Promoción de la Memoria Democrática, por la que se publica el Acuerdo de incoación de declaración de lugar de memoria el éxodo, persecución y masacre de la población civil entre Málaga y Almería en febrero de 1937, conocido como "La Desbandá".
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 39

Miércoles 14 de febrero de 2024

Sec. III. Pág. 17968

Tercero.
Con arreglo al artículo 50.1 y 2 de la Ley de Memoria Democrática se relacionan las
siguientes circunstancias del indicado bien relevantes a efectos de este procedimiento:
1. Identificación del bien: éxodo, persecución y masacre de la población civil entre
Málaga y Almería en febrero de 1937.

cve: BOE-A-2024-2828
Verificable en https://www.boe.es

La marcha prosiguió hasta la capital almeriense, en donde los refugiados quedaron
instalados en las inmediaciones del puerto, el parque Nicolás Salmerón y todo el centro
histórico de la ciudad, siendo, una vez más, bombardeados por la aviación del ejército
sublevado. El Comité de Refugiados, el Gobierno Civil y el auxilio desinteresado de la
población almeriense ayudaron a los refugiados a instalarse en diferentes puntos de la
de la provincia de Almería, desde donde partirían hacia otros puntos del levante
mediterráneo en los días y semanas posteriores.
El éxodo de las víctimas de la masacre de Málaga-Almería no fue un hecho local y
particular de la guerra de España, sino que transcendió nuestras fronteras y fue objeto
de intensos debates humanitarios. Hasta Almería llegó la ayuda inglesa a través de la
financiación voluntaria para la instalación de un hospital de campaña para los heridos
que procedían de Málaga. La prensa francesa señala que «los cruceros rebeldes
Canarias, Baleares y Almirante Cervera han bombardeado el campo de aviación de
Motril, dejando numerosas víctimas entre la población civil. Los mismos cruceros
bombardearon la ruta del litoral, dejando en Torre del Mar numerosas víctimas». Añade
que esa misma noche «la aviación rebelde bombardeó la villa de Adra, destruyendo la
carretera y dejando 20 personas asesinadas y una treintena de heridos graves» (Diario
L`Humanité, 9 febrero 1937).
A medida que analizamos en profundidad los conflictos bélicos, en España o en
cualquier lugar del planeta, cobra cada vez más importancia la consideración específica
de los bombardeos contra la población civil como espacios de perpetración masiva
radicalmente incompatibles con la defensa de los derechos humanos. Necesariamente,
la memoria democrática tiene que visitar de manera constante estos espacios de terror, y
reconocer el sufrimiento de las víctimas, las que murieron, pero también las que
sobrevivieron y llevaron para siempre en su recuerdo escenas de pánico generalizado y
la tragedia colectiva.
El éxodo de las víctimas de la masacre de Málaga-Almería de febrero de 1937 se
enmarca dentro de los conflictos bélicos derivados del auge de los fascismos,
especialmente en Europa y, particularmente, en España. Además, el éxodo de la
población civil salida de Málaga lo convierte en la primera gran movilización bélica previa
a la Segunda Guerra Mundial. El ataque militar sobre la población civil hace de este
hecho una singularidad, al ser la primera vez que un conflicto bélico fija como objetivo
militar a la propia población civil, como así atestiguan los cuadernos de bitácora de los
cruceros Canarias y Baleares. Especial papel desempeñaron las mujeres en este éxodo,
pues fueron ellas las que reunieron a las familias y las protegieron de la dispersión
durante el éxodo, constituyendo el núcleo principal de resistencia frente al miedo y la
desesperación.
La declaración como Lugar de Memoria Democrática del éxodo de las víctimas de la
masacre de Málaga-Almería de febrero de 1937 debe transcender el propio espacio
físico de la llamada «carretera de la muerte», pues el hecho trágico de los bombardeos
sobre la población civil, y el terror producido en ella, se enmarca dentro de las
violaciones sistemáticas de las normas internacionales de derechos humanos y del
derecho internacional humanitario, que elevan la tragedia a categoría propia como Lugar
de Memoria Democrática. Hasta entonces, la población civil no había sido objetivo militar
en época de guerra, pero la masacre de los civiles que huyeron de Málaga a Almería
inauguró un episodio de violaciones de los derechos humanos agravadas y expandidas
durante la II Guerra Mundial.