III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-2764)
Resolución de 22 de noviembre de 2023, de la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte, por la que se incoa expediente para complementar la declaración de bien de interés cultural, con la categoría de bien inmaterial, de la «Romeria de les Canyes de Castelló», con la que se incorpora la Procesión de las Gaiatas y su simbolismo como seña identitaria de la ciudad de Castelló de la Plana.
23 páginas totales
Página
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 13 de febrero de 2024

Sec. III. Pág. 17259

Cuando se llega al convento de los carmelitas, se inicia una traca al mismo tiempo que
los maceros se retiran y la romería se encamina hacia el Primer Molino o molino de Paco
el Barón, en el camino de los Molinos. En este molino el sacristán se quita la capa pluvial
y se continúa por el camino de los Molinos hasta llegar al Caminàs, que nos lleva a la
ermita de San Roque de Canet, donde se retoman las letanías a los santos y empiezan a
sonar las tracas con los tiros de la guarda rural. Los cantores entonan después el O vere
Deus, bajo la invocación de san Roque, y una vez en el interior se entonan los cánticos
Omnes Sancti, Sanctae Dei, intercedite pro nobis. Y, después de que el obispo rece las
plegarias, la reliquia se sitúa en el altar.
Mientras tanto, los romeros almuerzan en San Roque, a la vez que se voltea la
campana. De este almuerzo nace la famosa expresión «figa i doset», que consiste en un
buñuelo de higo con un trago de vino u otro licor. Será a las 11.00 horas cuando los
romeros, habiendo descansado y comido, continúen su camino hacia la ermita de la
Magdalena.
Cuando la romería llega al cruce de la carretera nacional y el Caminàs, se continúa
hasta la ermita de la Magdalena bordeando el camino del Seminario Mater Dei. Desde el
puente de la autopista, se empiezan a cantar nuevamente las letanías de los santos, a la
vez que el sacristán se coloca la capa morada, cantando la O vere Deus, y continúan así
hasta llegar a la puerta de la ermita. Los guardas rurales disparan salvas y la traca
empieza en el momento que la reliquia entra al templo, a la vez que empieza una
mascletada a los pies de la colina.
Dentro de la ermita se celebra una misa en valenciano después de colocar la reliquia
en un lugar visible, la misa de la Magdalena, cantada por la colla de cantores y que
finaliza con los gozos en loor de la santa. Después de la celebración eucarística, se
come por los alrededores del templo, en la falda del pequeño montículo de la
Magdalena. Y, después de comer, es costumbre subir a voltear la campana de la ermita
de la Magdalena, situada en el antiguo torreón que se erige a manera de torre de la
ermita. Los romeros van accediendo al eremitorio, rodeado de los puestos del porrat,
donde también se venden los famosos rollos, elaborados con agua, harina, aceite,
levadura y semillas. También destacan los rollos oficiales repartidos por el Ayuntamiento,
cuyo origen se encuentra en el reparto de pan a los pobres. Después se hace una visita
a la famosa piedra de la Sangre de los Moros: es el momento de iniciar la tornada. A
modo de curiosidad, los miembros de la colla El Pixaví han instaurado la tradición
llamada «a la una a l’era», en la que se bailan danzas tradicionales.
Cabe mencionar que hoy en día en la Consueta o ritual de la romería, publicada por
primera vez en 1991, está determinado el protocolo de la Romeria de les Canyes.
3.2 La tornada: retorno de los romeros a la ciudad, y fin de la romería en las
mismas puertas donde empieza, en la concatedral de Santa María. Este retorno de la
romería es más intimista y conserva más puro el espíritu de procesión. Consta de tres
momentos especiales: la bajada de los romeros de la Magdalena a la basílica del Lledó,
la salida del Lledó hacia el Forn del Pla y, finalmente, el desfile de la procesión que
recorrerá las principales calles de la ciudad.
La vuelta no siempre se realizó, puesto que es la parte más débil de la romería a
causa del cariz intimista y religioso que rodea esta bajada a la llanura, entre otras
causas. Ya en 1881 se intentaría cambiar el día de la romería para poder acudir a la
corrida de toros. En 1941, finalmente, se pierde la costumbre de la bajada a pie por el
Caminàs a la basílica del Lledó para ir a la plaza de toros. Será en 1989 cuando se
volverá a recuperar la vuelta a pie siguiendo el antiguo camino hasta llegar al Lledó, que
supone la revitalización de la bajada a pie o en carros guarnecidos y la recuperación de
las tradiciones.
Hacia las 15.00 horas empiezan a prepararse para emprender la vuelta.
Primeramente, se sitúan la Junta de Fiestas, la colla de los cantores y las autoridades
oficiales ante la roca conocida como de la Sangre de los Moros, donde se realiza un acto
muy íntimo en recuerdo de los que allí murieron llamado Homenaje a la Sangre de los
Moros. Esta ceremonia se realiza desde el año 1990, con discursos, interpretación de la

cve: BOE-A-2024-2764
Verificable en https://www.boe.es

Núm. 38