III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-20874)
Decreto 228/2023, de 30 de agosto, por el que se declara bien de interés cultural el "Cerro del Cabezo" de la localidad de Capilla (Badajoz), con la categoría de zona arqueológica.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 9 de octubre de 2023
Sec. III. Pág. 135038
ANEXO I
Caracterización y justificación de la declaración como bien de interés cultural
Ubicación
El llamado «Cerro del Cabezo», en el término municipal de Capilla (Badajoz),
conforma un promontorio, de perfil redondeado, de 390 m.s.n.m., con una altitud relativa
de aproximadamente 50 m. respecto de las tierras onduladas de su entorno. Se enclava
en medio de la llanura por la que discurre el curso alto del río Zújar, en este punto
embalsado por la Presa de la Serena. Desde aquí, el cerro posee un amplio control
visual sobre este valle y el del río Esteras, verdadero corredor natural E-O hacia la
Submeseta Sur, a través de la cuenca del Guadiana y la comarca minera de Almadén.
En la actualidad, el terreno se dedica a pastos y, en la base del cerro, a cereal de
secano, aprovechando las menores pendientes. En la parte superior, entre los
afloramientos rocosos o las catas arqueológicas abiertas a finales de la década de los
años 80 del siglo pasado, subsiste matorral de escobas, coscojas y algunas encinas de
escaso porte.
Fuentes históricas e intervenciones arqueológicas
Los antecedentes de las excavaciones en el Cerro del Cabezo de Capilla parten de
su identificación con la «Mirobriga» de Plinio (Nat. Hist. 3, 13-14), Ptolomeo (2, 4, 10) o
el Itinerario de Antonino (444,6) y del hallazgo de una escultura de ascendencia romana,
el «togado de Capilla» (Vázquez, 1948). En el cerro se acometieron dos campañas
arqueológicas, en 1987 y 1988, consistentes en sondeos en diferentes puntos de la cima
del cerro, por parte de profesores de la Universidad de Granada. En paralelo con este
proyecto se promovieron otros trabajos por parte del Área de Historia Antigua de la
Universidad de Extremadura, cuyo resultado aún permanece inédito.
En las excavaciones desarrolladas se documentaron las construcciones de mayor
relevancia arquitectónica y espacios domésticos. De entre los restos arqueológicos
destaca, sin duda, un gran edificio, de planta rectangular, –de 25 x 9 m–, aparecido en el
cuadrante sur de la meseta superior del cerro (Pastor et alii, 1992: 69), sobre el que se
constata un nivel de incendio, destrucción o abandono, con carbones, cenizas y
cerámica con signos de fuego y para el que se estima cronología tardorrepublicana o
muy a comienzos del Imperio (Pastor et alii, 1992: 58). Debió estar decorado con
pinturas en sus paredes y columnas, dotándolo de cierto carácter suntuario por el que se
ha propuesto un uso público y cometido religioso –templo– (Pastor et alii, 1992: 69-71).
Estas evidencias, junto al presumible carácter público y oficial de este edificio y los
materiales asociados, han permitido hasta ahora relacionar el enclave con la ciudad –
«oppidum»– de «Mirobriga», una de las poblaciones que Plinio reconoce en la
«Baeturia» de los túrdulos, región geográfica que se viene situando entre el Guadalquivir
y el Guadiana, coincidente aproximadamente con el que fuera «conventus cordubensis».
Parte de la epigrafía de la zona alude precisamente a «mirobrigenses», reforzando de
alguna forma aquella identificación toponímica.
«Mirobriga» se corresponde con una fundación romana «ex novo», relacionada con
objetivos militares y/o mineros; sin embargo, durante las excavaciones se han documentado
restos materiales de una cronología algo anterior -prerromana- y, sobre todo, del período
calcolítico, como cerámicas fabricadas a mano y útiles líticos pulimentados.
Descripción del área arqueológica
Fruto de las excavaciones diversos sectores del cerro, se ha constatado la presencia
de un hábitat planificado, de conformación urbana, con un planteamiento regular, en el
que las construcciones se disponen ortogonalmente, en función de ejes orientados
grosso modo con los puntos cardinales.
cve: BOE-A-2023-20874
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 241
Lunes 9 de octubre de 2023
Sec. III. Pág. 135038
ANEXO I
Caracterización y justificación de la declaración como bien de interés cultural
Ubicación
El llamado «Cerro del Cabezo», en el término municipal de Capilla (Badajoz),
conforma un promontorio, de perfil redondeado, de 390 m.s.n.m., con una altitud relativa
de aproximadamente 50 m. respecto de las tierras onduladas de su entorno. Se enclava
en medio de la llanura por la que discurre el curso alto del río Zújar, en este punto
embalsado por la Presa de la Serena. Desde aquí, el cerro posee un amplio control
visual sobre este valle y el del río Esteras, verdadero corredor natural E-O hacia la
Submeseta Sur, a través de la cuenca del Guadiana y la comarca minera de Almadén.
En la actualidad, el terreno se dedica a pastos y, en la base del cerro, a cereal de
secano, aprovechando las menores pendientes. En la parte superior, entre los
afloramientos rocosos o las catas arqueológicas abiertas a finales de la década de los
años 80 del siglo pasado, subsiste matorral de escobas, coscojas y algunas encinas de
escaso porte.
Fuentes históricas e intervenciones arqueológicas
Los antecedentes de las excavaciones en el Cerro del Cabezo de Capilla parten de
su identificación con la «Mirobriga» de Plinio (Nat. Hist. 3, 13-14), Ptolomeo (2, 4, 10) o
el Itinerario de Antonino (444,6) y del hallazgo de una escultura de ascendencia romana,
el «togado de Capilla» (Vázquez, 1948). En el cerro se acometieron dos campañas
arqueológicas, en 1987 y 1988, consistentes en sondeos en diferentes puntos de la cima
del cerro, por parte de profesores de la Universidad de Granada. En paralelo con este
proyecto se promovieron otros trabajos por parte del Área de Historia Antigua de la
Universidad de Extremadura, cuyo resultado aún permanece inédito.
En las excavaciones desarrolladas se documentaron las construcciones de mayor
relevancia arquitectónica y espacios domésticos. De entre los restos arqueológicos
destaca, sin duda, un gran edificio, de planta rectangular, –de 25 x 9 m–, aparecido en el
cuadrante sur de la meseta superior del cerro (Pastor et alii, 1992: 69), sobre el que se
constata un nivel de incendio, destrucción o abandono, con carbones, cenizas y
cerámica con signos de fuego y para el que se estima cronología tardorrepublicana o
muy a comienzos del Imperio (Pastor et alii, 1992: 58). Debió estar decorado con
pinturas en sus paredes y columnas, dotándolo de cierto carácter suntuario por el que se
ha propuesto un uso público y cometido religioso –templo– (Pastor et alii, 1992: 69-71).
Estas evidencias, junto al presumible carácter público y oficial de este edificio y los
materiales asociados, han permitido hasta ahora relacionar el enclave con la ciudad –
«oppidum»– de «Mirobriga», una de las poblaciones que Plinio reconoce en la
«Baeturia» de los túrdulos, región geográfica que se viene situando entre el Guadalquivir
y el Guadiana, coincidente aproximadamente con el que fuera «conventus cordubensis».
Parte de la epigrafía de la zona alude precisamente a «mirobrigenses», reforzando de
alguna forma aquella identificación toponímica.
«Mirobriga» se corresponde con una fundación romana «ex novo», relacionada con
objetivos militares y/o mineros; sin embargo, durante las excavaciones se han documentado
restos materiales de una cronología algo anterior -prerromana- y, sobre todo, del período
calcolítico, como cerámicas fabricadas a mano y útiles líticos pulimentados.
Descripción del área arqueológica
Fruto de las excavaciones diversos sectores del cerro, se ha constatado la presencia
de un hábitat planificado, de conformación urbana, con un planteamiento regular, en el
que las construcciones se disponen ortogonalmente, en función de ejes orientados
grosso modo con los puntos cardinales.
cve: BOE-A-2023-20874
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 241