I. Disposiciones generales. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE ARAGÓN. Cultura de la paz. (BOE-A-2023-9170)
Ley 8/2023, de 9 de marzo, de Cultura de la Paz en Aragón.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 89
Viernes 14 de abril de 2023
Sec. I. Pág. 53151
I. DISPOSICIONES GENERALES
COMUNIDAD AUTÓNOMA DE ARAGÓN
9170
Ley 8/2023, de 9 de marzo, de Cultura de la Paz en Aragón.
En nombre del Rey y como Presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón,
promulgo esta ley, aprobada por las Cortes de Aragón, y ordeno su publicación en el
«Boletín Oficial de Aragón» y en el «Boletín Oficial del Estado», todo ello de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 45 del Estatuto de Autonomía de Aragón.
La Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas 53/243, de 13 de
septiembre de 1999, estableció un programa de acción, líneas estratégicas y medidas a
adoptar para promover una cultura de la paz desde muchos ámbitos, con especial
relevancia del educativo. Posteriormente el año 2000 se proclamó como Año
Internacional de la Cultura de Paz, y el período 2000-2010 como Decenio internacional
de una cultura de paz y no violencia.
En 2015, Naciones Unidas propuso asimismo una agenda común para la humanidad,
los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con el fin de poner fin a la pobreza,
proteger el planeta y garantizar que, para el 2030, todas las personas disfruten de paz y
prosperidad. Entre los ODS, el número 16 es el que está estrechamente relacionado con
la cultura de paz, al responder al reto de «Promover sociedades justas, pacíficas e
inclusivas», la base sin la que se convierte en imposible llevar a cabo el resto de los
objetivos.
La Unesco lidera también un movimiento mundial que tiene como objetivo promover
valores, actitudes y comportamientos, en todos los niveles de la sociedad, para evitar la
violencia y encontrar soluciones pacíficas a los conflictos.
En el ámbito internacional, en consecuencia, son numerosos los compromisos
relacionados con la cultura de paz adquiridos por España como miembro de estas
organizaciones internacionales, compromisos que implican que las comunidades e
instituciones del país, en todos sus niveles, deben trabajar en el objetivo primordial de
«preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra».
En el comienzo del siglo XXI, la era de la confrontación parecía haber llegado a su
fin, se reforzaba la sensibilidad internacional en estos ámbitos y la globalización
mostraba de forma cada vez más clara la interdependencia de la humanidad ante
problemas y soluciones, pero finalmente no se han cumplido tan esperanzadoras
expectativas. Nuevos e inesperados desafíos cuestionan la convivencia en paz, por lo
que urge reforzar en la ciudadanía la idea de que la paz, como necesidad humana
básica, es posible, lo que exige al mismo tiempo construir estructuras y apoyos
institucionales que favorezcan su implantación.
En la línea de la Resolución 53/243, la paz no es solo la ausencia de guerra –en lo
que sería un estado de paz mínima, necesaria e importante, pero no suficiente–, sino la
ausencia de violencia, de toda violencia: la directa o física, la estructural o injusticia
social, y la cultural o simbólica.
La paz es una cultura, algo que no supone la inexistencia de conflictos, sino la
negación de las vías violentas para abordarlos, la garantía de un proceso pacífico
dedicado a evitarlos y solucionarlos. Está vinculada a los derechos humanos, a la
democracia, a la justicia social y a un desarrollo respetuoso con la naturaleza; se
construye en escenarios macro y micro; tiene carácter procesual, e implica asumir el
conjunto de valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que hacen posible el
respeto, el diálogo, la mediación, la negociación y el consenso para convivir a nivel local,
cve: BOE-A-2023-9170
Verificable en https://www.boe.es
PREÁMBULO
Núm. 89
Viernes 14 de abril de 2023
Sec. I. Pág. 53151
I. DISPOSICIONES GENERALES
COMUNIDAD AUTÓNOMA DE ARAGÓN
9170
Ley 8/2023, de 9 de marzo, de Cultura de la Paz en Aragón.
En nombre del Rey y como Presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón,
promulgo esta ley, aprobada por las Cortes de Aragón, y ordeno su publicación en el
«Boletín Oficial de Aragón» y en el «Boletín Oficial del Estado», todo ello de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 45 del Estatuto de Autonomía de Aragón.
La Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas 53/243, de 13 de
septiembre de 1999, estableció un programa de acción, líneas estratégicas y medidas a
adoptar para promover una cultura de la paz desde muchos ámbitos, con especial
relevancia del educativo. Posteriormente el año 2000 se proclamó como Año
Internacional de la Cultura de Paz, y el período 2000-2010 como Decenio internacional
de una cultura de paz y no violencia.
En 2015, Naciones Unidas propuso asimismo una agenda común para la humanidad,
los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con el fin de poner fin a la pobreza,
proteger el planeta y garantizar que, para el 2030, todas las personas disfruten de paz y
prosperidad. Entre los ODS, el número 16 es el que está estrechamente relacionado con
la cultura de paz, al responder al reto de «Promover sociedades justas, pacíficas e
inclusivas», la base sin la que se convierte en imposible llevar a cabo el resto de los
objetivos.
La Unesco lidera también un movimiento mundial que tiene como objetivo promover
valores, actitudes y comportamientos, en todos los niveles de la sociedad, para evitar la
violencia y encontrar soluciones pacíficas a los conflictos.
En el ámbito internacional, en consecuencia, son numerosos los compromisos
relacionados con la cultura de paz adquiridos por España como miembro de estas
organizaciones internacionales, compromisos que implican que las comunidades e
instituciones del país, en todos sus niveles, deben trabajar en el objetivo primordial de
«preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra».
En el comienzo del siglo XXI, la era de la confrontación parecía haber llegado a su
fin, se reforzaba la sensibilidad internacional en estos ámbitos y la globalización
mostraba de forma cada vez más clara la interdependencia de la humanidad ante
problemas y soluciones, pero finalmente no se han cumplido tan esperanzadoras
expectativas. Nuevos e inesperados desafíos cuestionan la convivencia en paz, por lo
que urge reforzar en la ciudadanía la idea de que la paz, como necesidad humana
básica, es posible, lo que exige al mismo tiempo construir estructuras y apoyos
institucionales que favorezcan su implantación.
En la línea de la Resolución 53/243, la paz no es solo la ausencia de guerra –en lo
que sería un estado de paz mínima, necesaria e importante, pero no suficiente–, sino la
ausencia de violencia, de toda violencia: la directa o física, la estructural o injusticia
social, y la cultural o simbólica.
La paz es una cultura, algo que no supone la inexistencia de conflictos, sino la
negación de las vías violentas para abordarlos, la garantía de un proceso pacífico
dedicado a evitarlos y solucionarlos. Está vinculada a los derechos humanos, a la
democracia, a la justicia social y a un desarrollo respetuoso con la naturaleza; se
construye en escenarios macro y micro; tiene carácter procesual, e implica asumir el
conjunto de valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que hacen posible el
respeto, el diálogo, la mediación, la negociación y el consenso para convivir a nivel local,
cve: BOE-A-2023-9170
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