III. Otras disposiciones. COMUNIDAD DE CASTILLA Y LEÓN. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-5022)
Resolución de 9 de febrero de 2023, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, por la que se incoa procedimiento para la declaración del legado de Baltasar Lobo a la ciudad de Zamora, como bien de interés cultural con la categoría de colección de bienes muebles.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 47
Viernes 24 de febrero de 2023
Sec. III. Pág. 28451
Segundo.
Si durante la tramitación del procedimiento se demostrara que el bien no reúne de
forma singular y relevante las características del artículo 1.2 de la Ley 12/2002, de 11 de
julio, pero mereciera una especial consideración por su notable valor cultural y, por tanto,
susceptible de ser incluido en el Inventario de Bienes del Patrimonio Cultural de Castilla
y León, se continuará el expediente siguiendo los trámites previstos para su inclusión en
dicho Inventario, conservando los trámites realizados.
Valladolid, 9 de febrero de 2023.–El Director General de Patrimonio Cultural, Juan
Carlos Prieto Vielba.
ANEXO
Baltasar Lobo Casquero es uno de los grandes escultores españoles del siglo XX,
uno de los artistas más significativos dentro de los movimientos artísticos europeos
posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Nacido en 1920 en Cerecinos de Campos (Zamora), procedente de una familia
humilde, a los once años ingresa en la Escuela Cervantes de Benavente y más tarde,
en 1922, comienza a trabajar en el Taller de Arte de Ramón Núñez en Valladolid, donde
aprende el oficio íntimamente relacionado con la tradición de la madera policromada.
En 1923 asiste a clases de modelado en el Museo de Bellas Artes de Valladolid y son
continuas sus visitas al Museo de Escultura de esta ciudad.
En 1927 obtuvo una beca de estudio en la Academia de San Fernando en Madrid,
pero pronto abandona la Academia para centrarse en su trabajo de escultor de una
forma más libre, alejada del academicismo imperante. En esta época el artista comienza
a definir su personalidad política y artística, desarrolla su formación como escultor en los
talleres del Círculo de Bellas Artes y en las visitas al Museo del Prado y al Museo
Arqueológico Nacional, entrando en contacto con el movimiento anarquista y con
distintas instituciones artísticas como la Escuela de Vallecas, la Sociedad de Artistas
Ibéricos y la Residencia de Estudiantes.
Destaca su labor como ilustrador en publicaciones como «Campo Libre» «Mujeres
Libres» y en el semanario anarquista «Umbral», así como ilustraciones de novelas como
«No pasarán», de Upton Sinclair y en «Armas y Letras». También trabaja en obras de
Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Rosalía de Castro, Eduardo Pondal, Manuel
Curros Enríquez, Reyna Rivas y Francisco Pastor.
La exposición del Jardín Botánico en 1929 sobre «Españoles residentes en París»,
con obras de compatriotas como Picasso, Juan Miró o Juan Gris y escultores como
Pablo Gargallo, Manolo Hugué, Apelles Fenosa y otros artistas aún residentes en
España como Salvador Dalí, Alberto o Benjamín Palencia, marcó de forma evidente su
obra.
Durante la Guerra Civil se enrola en el ejército popular como miliciano de la cultura
instruyendo a los combatientes. En 1939, atraviesa la frontera y tras pasar por el
internamiento en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, se instala en París, en
el barrio de Montparnasse, donde se involucra plenamente en el ambiente vanguardista
del momento y donde pasaría el resto de su vida, hasta su muerte en 1993.
A su llegada a París, es acogido por Picasso, con el que mantendrá una íntima
relación de la que queda constancia en las obras «Picasso» y «Conversaciones con los
artistas españoles de la Escuela de París», escritas por Mercedes Guillén, su
compañera. En 1936, Lobo realizó un dibujo en el que retrataba los horrores de la
guerra, que muestra, salvando los diferentes estilos, un gran paralelismo con el
Guernica.
cve: BOE-A-2023-5022
Verificable en https://www.boe.es
El legado de Baltasar Lobo a la ciudad de Zamora
Núm. 47
Viernes 24 de febrero de 2023
Sec. III. Pág. 28451
Segundo.
Si durante la tramitación del procedimiento se demostrara que el bien no reúne de
forma singular y relevante las características del artículo 1.2 de la Ley 12/2002, de 11 de
julio, pero mereciera una especial consideración por su notable valor cultural y, por tanto,
susceptible de ser incluido en el Inventario de Bienes del Patrimonio Cultural de Castilla
y León, se continuará el expediente siguiendo los trámites previstos para su inclusión en
dicho Inventario, conservando los trámites realizados.
Valladolid, 9 de febrero de 2023.–El Director General de Patrimonio Cultural, Juan
Carlos Prieto Vielba.
ANEXO
Baltasar Lobo Casquero es uno de los grandes escultores españoles del siglo XX,
uno de los artistas más significativos dentro de los movimientos artísticos europeos
posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Nacido en 1920 en Cerecinos de Campos (Zamora), procedente de una familia
humilde, a los once años ingresa en la Escuela Cervantes de Benavente y más tarde,
en 1922, comienza a trabajar en el Taller de Arte de Ramón Núñez en Valladolid, donde
aprende el oficio íntimamente relacionado con la tradición de la madera policromada.
En 1923 asiste a clases de modelado en el Museo de Bellas Artes de Valladolid y son
continuas sus visitas al Museo de Escultura de esta ciudad.
En 1927 obtuvo una beca de estudio en la Academia de San Fernando en Madrid,
pero pronto abandona la Academia para centrarse en su trabajo de escultor de una
forma más libre, alejada del academicismo imperante. En esta época el artista comienza
a definir su personalidad política y artística, desarrolla su formación como escultor en los
talleres del Círculo de Bellas Artes y en las visitas al Museo del Prado y al Museo
Arqueológico Nacional, entrando en contacto con el movimiento anarquista y con
distintas instituciones artísticas como la Escuela de Vallecas, la Sociedad de Artistas
Ibéricos y la Residencia de Estudiantes.
Destaca su labor como ilustrador en publicaciones como «Campo Libre» «Mujeres
Libres» y en el semanario anarquista «Umbral», así como ilustraciones de novelas como
«No pasarán», de Upton Sinclair y en «Armas y Letras». También trabaja en obras de
Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Rosalía de Castro, Eduardo Pondal, Manuel
Curros Enríquez, Reyna Rivas y Francisco Pastor.
La exposición del Jardín Botánico en 1929 sobre «Españoles residentes en París»,
con obras de compatriotas como Picasso, Juan Miró o Juan Gris y escultores como
Pablo Gargallo, Manolo Hugué, Apelles Fenosa y otros artistas aún residentes en
España como Salvador Dalí, Alberto o Benjamín Palencia, marcó de forma evidente su
obra.
Durante la Guerra Civil se enrola en el ejército popular como miliciano de la cultura
instruyendo a los combatientes. En 1939, atraviesa la frontera y tras pasar por el
internamiento en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, se instala en París, en
el barrio de Montparnasse, donde se involucra plenamente en el ambiente vanguardista
del momento y donde pasaría el resto de su vida, hasta su muerte en 1993.
A su llegada a París, es acogido por Picasso, con el que mantendrá una íntima
relación de la que queda constancia en las obras «Picasso» y «Conversaciones con los
artistas españoles de la Escuela de París», escritas por Mercedes Guillén, su
compañera. En 1936, Lobo realizó un dibujo en el que retrataba los horrores de la
guerra, que muestra, salvando los diferentes estilos, un gran paralelismo con el
Guernica.
cve: BOE-A-2023-5022
Verificable en https://www.boe.es
El legado de Baltasar Lobo a la ciudad de Zamora