III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-3103)
Resolución de 22 de diciembre de 2022, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de "La Cetrería en Extremadura" con carácter de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 6 de febrero de 2023

Sec. III. Pág. 17500

Las aplicaciones de la cetrería moderna
En el pasado la cetrería tradicional era practicada por personas que disponían de los
recursos para mantener equipos de halconeros y el tiempo en terreno necesarios para la
caza y el entrenamiento, lo cual restringía esta modalidad de caza a los adinerados.
Hoy, la cetrería ha dejado de ser un símbolo de condición social. La cetrería
tradicional se ha transformado en moderna, donde el cetrero es propietario de las aves
que vuela, siendo él mismo quien las cuida y mantiene, da tiempo de caza día a día, por
lo tanto, ya no forman parte del equipo de una persona con alto poder adquisitivo. De
este modo, la cetrería se practica como actividad artística o de ocio. Sin embargo, con el
paso del tiempo ha ido derivando a otras finalidades diferentes a la función cinegética.
Estas se exponen a continuación.
Control de fauna en las inmediaciones de aeropuertos
La función es minimizar mediante la cetrería, tanto los riesgos de colisión entre aves
y aeronaves como los de ingesta de aves por los compresores de los motores de acción.
Con las técnicas de cetrería, las rapaces se adiestran debidamente para desarrollar
movimientos controlados en un territorio concreto, como es el área de movimiento de los
aviones. Gracias a ello y a la tendencia natural de las rapaces, dirigen su ataque hacia
los ejemplares más fáciles de capturar dentro de un bando de pájaros, hecho que
dispersa el resto del bando. Con ello, se combate directamente la presencia de las aves
en el campo de vuelo; o al menos se hace tan incómoda su estancia que optan por
desplazarse momentáneamente a otro lugar.
El halcón peregrino (Falco peregrinus) y el azor (Accipiter gentilis) son las aves
rapaces utilizadas con más frecuencia (Erickson, 1990). En España, la red de
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), tiene un 65,8% (datos del año 2008)
de sus instalaciones donde opera el Servicio de Control de Fauna (SCF). El SCF es la
entidad encargada de acosar las especies aviares silvestres mediante rapaces,
complementar las funciones de vigilancia y comunicarse con instituciones y organismos
relacionados con la gestión del medio natural. Para ello utilizan los conductos
encaminados a la identificación de restos, recogida de ejemplares heridos, realización de
necropsias y otros análisis que permitan averiguar causas de mortandad o la detección
de factores de riesgo para las poblaciones silvestres. (Zugasti, 2008) Siendo este
método muy efectivo (Garber, 1997).
– Control biológico de fauna invasora o plagas.
Se entrenan aves para ahuyentar o cazar especies de aves, mamíferos y reptiles
consideradas plaga, fauna invasora o fauna no deseada en zonas urbanas, cultivos
(como viñedos, montes frutales), plantas de procesamiento, campos de golf, jardines
botánicos, etc. (Sawyer, 2005, Freedman, 2004). Este método de control parece tener
resultados positivos, aunque los expertos destacan que su efectividad varía con las
especies de aves rapaces y la situación. La fauna a controlar, en este caso, se compone
por aves plaga: (palomas, gaviotas, urracas) y mamíferos invasores (conejos de
compañía, cuya presencia resulta de los abandonos domésticos).
– Conservación y reintroducción de aves rapaces al hábitat natural.
Mediante técnicas cetreras, se entrenan a las rapaces que se encuentran en centros
de recuperación de fauna para que recuperen su forma física y se preparen para volar
como lo harían en estado natural una vez liberadas. En los pollos de rapaces que no se
encuentran en estado salvaje, también se emplea una técnica cetrera llamada «hacking»
(Sherrod, 1982). Esta consiste en suministrar alimentos en un nido artificial. Esta técnica
cetrera se ha convertido en un eficiente método de conservación ya que permite reponer
las poblaciones de rapaces (Cade, 2000), modificar el comportamiento de anidación y la

cve: BOE-A-2023-3103
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Núm. 31