III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-3099)
Resolución de 2 de diciembre de 2022, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de la "Iglesia Parroquial de San Pedro", en la localidad de Gata (Cáceres), con la categoría de monumento.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 31
Lunes 6 de febrero de 2023
Sec. III. Pág. 17404
inscripción 1591 AS, (años). Entre 1606 y 1609 se agranda la sacristía y en 1708 se
realiza la capilla de la Soledad.
– Exterior:
La portada situada a los pies es muy simple, en forma de arco de medio punto
recorrido por elementales boceles que aún mantienen una concepción gótica.
Por su parte, las portadas que se abren en los muros laterales exhiben arcos
apuntados también góticos, dotados de sus correspondientes arquivoltas y
baquetoncillos embellecidos con capiteles y basas del mismo estilo. Pero estas dos
portadas, de pura estirpe ojival, se timbran con magníficas ventanitas cuadrangulares,
tapiadas posteriormente a modo de celosías, en las que brilla la estética renacentista,
aunque mezclada todavía con los temas góticos en una fusión de perfecta armonía:
pometeados, elementos vegetales y grutescos. La más interesante es la ventana
septentrional que, como la del sur, está formada por una flor tetrapétala y calada
enmarcada por bolas y por fantásticos motivos renacentistas: candelieri, cuernos de la
abundancia sobre los que se aprecian aves, vegetales, carátulas y una cabeza de
guerrero con casco inscrita en una venera. Encima de este vano se dispone un escudo,
coronado, de Felipe II; debió de cobijarlo un alfiz, hoy roto en el travesaño superior, y lo
flanquean relieves de sendos «salvajes», es decir, individuos con todo el cuerpo cubierto
de vello que actúan a modo de tenantes del blasón. Un busto de san Pedro, con las
llaves pontificias en su mano, se yergue sobre el referido escudo. Los mencionados
«salvajes» apoyan en repisas y todo el conjunto descansa en un friso embellecido con
dragones de cuellos entrelazados, perros y otros animales difícilmente identificables. El
cve: BOE-A-2023-3099
Verificable en https://www.boe.es
La iglesia parroquial de Gata se muestra al exterior como un edificio de extraordinaria
solidez y formas rotundas, fabricado enteramente con excelente sillería granítica. Este
aspecto robusto se genera en parte por el engrosamiento de los contrafuertes del tramo
de los pies.
El testero del ábside es plano, siendo la capilla mayor, de planta cuadrangular, más
estrecha y baja que la nave que se abre a poniente, según la orientación tradicional de
las iglesias cristianas. Presenta este ábside dos impostas decorativas, una a media
altura y otra en la cornisa, adornadas ambas con gruesos pometeados de estirpe
hispano-flamenca y con vegetales acantos clásicos. Dicha cornisa del tejado y sus bolas
ornamentales bordean todo el templo, salvo el imafronte occidental, donde se
interrumpe, siendo un eficaz indicador del lugar donde se paralizaron las obras una vez
concluida la capilla mayor. En los tramos más modernos desaparecen estas bolas y la
cornisa se compone de simples filetes en gradual vuelo. Los remates verticales adoptan
forma de pináculos cilíndricos con bolas incrustadas y coronación superior cónica de
arcos concéntricos.
Robustos contrafuertes berroqueños contrarrestan el empuje de las bóvedas góticas
interiores del templo. En el tramo de la cabecera se organizan estos refuerzos en dos
cuerpos separados por una imposta cóncava con bolas, rematando en talud desde el
que arranca un pequeño cuerpo prismático antes de alcanzar la cornisa. Por su parte, los
contrafuertes de los pies han sufrido sustanciales modificaciones, engrosándose
notablemente los correspondientes al arco separación de las naves, e incluyendo unos
enormes cuerpos prismáticos de poca altura para contrarrestar los empujes del coro.
Los muros, con piezas bien cortadas, aunque de labra desigual, varían su grosor;
desde la capilla mayor, la más sólida con 1,19 m de espesor, hasta la parte de los pies
con 1 m, pasando por los cerramientos del primer tramo de nave que apenas
sobrepasan los 0,90 m. Estas variaciones, vinculadas a distintos momentos
constructivos, no se evidencian claramente en el exterior, donde existe cierta
homogeneidad estilística. En estos muros, aparejados a soga y tizón, a pesar de la gran
superficie ofrecida, sólo hemos podido localizar dos marcas de cantero, ambas en la
puerta sur.
El edificio tiene tres accesos, todos de sencillo trazado:
Núm. 31
Lunes 6 de febrero de 2023
Sec. III. Pág. 17404
inscripción 1591 AS, (años). Entre 1606 y 1609 se agranda la sacristía y en 1708 se
realiza la capilla de la Soledad.
– Exterior:
La portada situada a los pies es muy simple, en forma de arco de medio punto
recorrido por elementales boceles que aún mantienen una concepción gótica.
Por su parte, las portadas que se abren en los muros laterales exhiben arcos
apuntados también góticos, dotados de sus correspondientes arquivoltas y
baquetoncillos embellecidos con capiteles y basas del mismo estilo. Pero estas dos
portadas, de pura estirpe ojival, se timbran con magníficas ventanitas cuadrangulares,
tapiadas posteriormente a modo de celosías, en las que brilla la estética renacentista,
aunque mezclada todavía con los temas góticos en una fusión de perfecta armonía:
pometeados, elementos vegetales y grutescos. La más interesante es la ventana
septentrional que, como la del sur, está formada por una flor tetrapétala y calada
enmarcada por bolas y por fantásticos motivos renacentistas: candelieri, cuernos de la
abundancia sobre los que se aprecian aves, vegetales, carátulas y una cabeza de
guerrero con casco inscrita en una venera. Encima de este vano se dispone un escudo,
coronado, de Felipe II; debió de cobijarlo un alfiz, hoy roto en el travesaño superior, y lo
flanquean relieves de sendos «salvajes», es decir, individuos con todo el cuerpo cubierto
de vello que actúan a modo de tenantes del blasón. Un busto de san Pedro, con las
llaves pontificias en su mano, se yergue sobre el referido escudo. Los mencionados
«salvajes» apoyan en repisas y todo el conjunto descansa en un friso embellecido con
dragones de cuellos entrelazados, perros y otros animales difícilmente identificables. El
cve: BOE-A-2023-3099
Verificable en https://www.boe.es
La iglesia parroquial de Gata se muestra al exterior como un edificio de extraordinaria
solidez y formas rotundas, fabricado enteramente con excelente sillería granítica. Este
aspecto robusto se genera en parte por el engrosamiento de los contrafuertes del tramo
de los pies.
El testero del ábside es plano, siendo la capilla mayor, de planta cuadrangular, más
estrecha y baja que la nave que se abre a poniente, según la orientación tradicional de
las iglesias cristianas. Presenta este ábside dos impostas decorativas, una a media
altura y otra en la cornisa, adornadas ambas con gruesos pometeados de estirpe
hispano-flamenca y con vegetales acantos clásicos. Dicha cornisa del tejado y sus bolas
ornamentales bordean todo el templo, salvo el imafronte occidental, donde se
interrumpe, siendo un eficaz indicador del lugar donde se paralizaron las obras una vez
concluida la capilla mayor. En los tramos más modernos desaparecen estas bolas y la
cornisa se compone de simples filetes en gradual vuelo. Los remates verticales adoptan
forma de pináculos cilíndricos con bolas incrustadas y coronación superior cónica de
arcos concéntricos.
Robustos contrafuertes berroqueños contrarrestan el empuje de las bóvedas góticas
interiores del templo. En el tramo de la cabecera se organizan estos refuerzos en dos
cuerpos separados por una imposta cóncava con bolas, rematando en talud desde el
que arranca un pequeño cuerpo prismático antes de alcanzar la cornisa. Por su parte, los
contrafuertes de los pies han sufrido sustanciales modificaciones, engrosándose
notablemente los correspondientes al arco separación de las naves, e incluyendo unos
enormes cuerpos prismáticos de poca altura para contrarrestar los empujes del coro.
Los muros, con piezas bien cortadas, aunque de labra desigual, varían su grosor;
desde la capilla mayor, la más sólida con 1,19 m de espesor, hasta la parte de los pies
con 1 m, pasando por los cerramientos del primer tramo de nave que apenas
sobrepasan los 0,90 m. Estas variaciones, vinculadas a distintos momentos
constructivos, no se evidencian claramente en el exterior, donde existe cierta
homogeneidad estilística. En estos muros, aparejados a soga y tizón, a pesar de la gran
superficie ofrecida, sólo hemos podido localizar dos marcas de cantero, ambas en la
puerta sur.
El edificio tiene tres accesos, todos de sencillo trazado: