III. Otras disposiciones. ADMINISTRACIÓN LOCAL. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-157)
Resolución de 16 de diciembre de 2022, del Consejo Insular de Mallorca (Illes Balears), referente a la incoación del expediente de declaración como bien de interés cultural, con categoría de lugar de interés etnológico, del Monasterio de Santa María de la Trapa, en el término municipal de Andratx.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Miércoles 4 de enero de 2023

Sec. III. Pág. 1138

ilustres de la isla. La comunidad trapense, ya asentada en Aragón, no valoró el retorno a
Mallorca y desestimó la recuperación del valle. No obstante, la finca de la Trapa
dependió del abad de Santa Susanna hasta la donación formal a la Casa General de la
Misericordia, a finales de la década de los veinte del siglo XIX. Aunque haya algún
estudio que sostenga la tesis –más que discutible– de que la Trapa estuvo activa hasta
su exclaustración en 1835.
Se conserva un inventario de bienes, en relación a la cesión realizada a la Casa
General de la Misericordia, del año 1828. En este registro se hace referencia a los judíos
de la iglesia, a los muebles de la casa y al rebaño. Entre los objetos más preciados se
encontraba la Virgen de la Trapa –modelada en barro cocido– que en 1848 ya se
documenta en su ubicación actual, la iglesia de s'Arracó, aunque es muy posible que se
trasladara antes. Hay que citar aquí también el reloj que pasó a la parroquia de Andratx,
la campana del monasterio que se conserva en Son Fortuny y el bellasombra, un árbol
que plantaron los monjes al llegar al valle y que después de 200 años todavía se
mantiene en pie.
Es factible creer que, en aquel momento, las casas quedaron abandonadas
definitivamente, expuestas a la rapiña iniciada años atrás, aunque se mantuvo la
explotación agrícola. Antes de la presencia de los trapenses, el valle sólo suministraba
leña y carbón. La puesta en marcha de huertos y tierras de cultivo por parte de los
monjes dejaron un panorama muy diferente a 1825, cuando las tierras del valle de Sant
Josep y Can Farineta ofrecían grano, algarrobas, hortalizas, legumbres y aceitunas.
Los bienes transferidos a la Casa de General de La Misericordia, como consecuencia
de la desamortización de Mendizábal de 1835, pasaron a ser administrados por la
Diputación provincial. Años después, en 1853, la finca se subastó. El militar Segismund
Morey la adquirió y, posteriormente, la vendió a Gabriel Ros de la Calatrava. Los
diferentes propietarios convirtieron las casas del monasterio en casas de posesión, que
se mantuvieron en pie hasta la década de 1990. Según se desprende de la bibliografía
de finales del siglo XIX, estas construcciones eran recientes, visto que, en el momento
de la adquisición de la finca, ya sólo quedaban en pie algunos muros del antiguo
oratorio, con las ventanas. Los ruina de la iglesia –tres arcos dobles de medio punto y
una capilla con el altar mayor– se mantuvieron en pie hasta esta época. En cambio, ya
habían desaparecido las diferentes dependencias, como la herrería, la carpintería, el
telar y la bodega; y sólo quedaban en pie el molino de sangre y algunos establos.
En 1980, el GOB adquirió la finca de La Trapa mediante suscripción popular. A partir
de entonces, la organización ecologista ha llevado a cabo la gestión de la Trapa,
partiendo de un modelo de custodia del territorio, basado en la realización de proyectos
que buscan la conservación de un espacio natural mediante la implicación de los
sectores afectados, haciendo partícipe a la sociedad civil en la protección del medio
natural.
Entre los años 1997 y 2012 el GOB y el Consell de Mallorca firmaron un convenio
para la reconstrucción del conjunto arquitectónico con un proyecto de refugio de la «Ruta
de la piedra en seco» que también incluía la recuperación de los bancales y de la
explotación agrícola.
Actualmente la Trapa se dedica principalmente a la conservación de la naturaleza, la
investigación, el excursionismo y la educación ambiental. Un grupo de técnicos
voluntarios trabajan en el proyecto de reconversión del antiguo monasterio trapense en
un refugio de montaña siguiendo criterios de sostenibilidad, aplicación de sistemas
constructivos tradicionales, respecto al paisaje y transporte reducido.
Es importante destacar que la Ruta de piedra en seco –GR221– (aprobada en 1999),
itinerario senderista que recorre la Serra de Tramuntana, atraviesa totalmente la finca de
la Trapa desde Sant Elm, en el Coll de sa Gramola, lo que contribuye en gran medida al
tráfico de excursionistas para esta zona.
Es importante tener la cuenta los dos incendios importantes que sufrió la Trapa,
en 1994 y el año 2013, que modificaron su paisaje. Después del gran incendio de 1994,
donde se quemaron 1.500 hectáreas de bosques y garrigas incluyendo las 81 hectáreas

cve: BOE-A-2023-157
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