III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CANTABRIA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2022-22675)
Resolución de 28 de noviembre de 2022, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica, de la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deportes, de incoación de procedimiento para la declaración de la Torre del Reloj, en el término municipal de Limpias, como bien de interés local, con la categoría de monumento.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 27 de diciembre de 2022

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En origen, la colina en que se halla la torre estaba libre de vegetación, lo que
permitía su visión desde todo el entorno de Limpias. Hoy día, sin embargo, el crecimiento
de la vegetación (bosque de eucalipto y roble), impide la panorámica de 360° como tuvo
tiempo atrás.
Su situación dominante sobre el territorio ha llevado a especular sobre la posible
existencia en el lugar de algún tipo de edificación previa que sirvió de torre de vigilancia y
comunicación. También se ha supuesto su uso como faro para guiar a los barcos que
navegaban por la ría hasta el muelle del puerto del Rivero de Limpias para la carga y
descarga de distintas mercancías, entre ellas el hierro procedente de las ferrerías,
carbón de Soba y Carranza o productos de alimentación: castañas, maíz, trigo, etc, pero
ninguno de estos usos ha quedado claramente constatado, como sí lo está la relevante
significación de la Torre para los habitantes de la localidad.
La construcción de la Torre que se ve hoy en día fue financiada por Manuel Eguilior y
Llaguno (1842-1931), oriundo de Limpias, quien ocupó altos cargos en la Administración
del Estado. Fue abogado, Gobernador del Banco de España y político vinculado al
partido liberal de Sagasta. Como político fue diputado en las Cortes (1881-1898),
senador vitalicio desde 1898 y Ministro de Hacienda (1890-1902) y de Instrucción
Pública y Bellas Artes (1905). Recibió el título de Conde de Albox en 1905 debido a su
participación en la reparación de los daños que las inundaciones provocaron en la
localidad almeriense de Albox.
La figura del conde representa el ascenso de la burguesía de la Restauración y su
bonanza económica repercutió favorablemente en su villa natal. Allí construyó su
vivienda, el Palacio del Castañal, hoy Parador Nacional y la Escuela Nacional de Primera
Enseñanza, construidas en 1912, hoy escuela infantil Conde de Albox. También sufragó
la adquisición de un órgano para la iglesia parroquial de San Pedro, las obras para la
traída de aguas, la canalización y alcantarillado para el saneamiento de viales y la
ordenación de espacios públicos dedicados al esparcimiento y paseo. Otra de sus obras
importantes fue la citada Torre. Según contaban en el municipio, el Conde fue la primera
persona del lugar que tuvo reloj, por lo que los vecinos del pueblo le preguntaban
constantemente la hora. El conde, cansado de que le preguntasen la hora con tanta
frecuencia, ordenó levantar esta Torre en el alto del Cotero, consecuencia de lo cual, las
campanadas que marcaban las horas podían oírse tanto en Limpias como en Ampuero,
Carasa y Colindres y servían a los labradores y jornaleros para conocer el horario.
La Torre se levantó a mediados del s. XIX, existiendo constancia documental en el
año 1844, cuando la escasez de dinero para finalizar las obras hizo necesario buscar
aportaciones económicas entre los vecinos. El reloj fue encargado a D. Francisco Solana
y al tenerlo listo sin haberse terminado la obra de la torre se acordó «que se coloque en
la torre de la iglesia para provarlo mientras se hace en la torre de lloreto la obra
necesaria…». Debido a su ubicación, en un lugar elevado y expuesto a las
inclemencias meteorológicas, la fábrica y el reloj quedaron en numerosas ocasiones
arruinadas por el agua y las tormentas. Es por este hecho que hay documentadas
reparaciones en los años 1862,1871 y 1898, tanto de la torre como del reloj «porque se
creía una necesidad imperiosa para el vecindario».
Estos problemas van a continuar a lo largo del s. XX. En 1919 parece que la Torre
estaba en ruinas y que un rayo había estropeado el sistema de reloj y campanas. Esta
situación debió prolongarse pues quedaba documentado que «debido a los temporales y
chispas eléctricas que habían caído sobre el reloj, quedando completamente destrozado,
tanto la maquinaria como el edificio, la mayoría de los vecinos, que son jornaleros, se
encontraban sin saber la hora». Con este motivo, en el año 1923 está documentado un
proyecto de restauración firmado por el arquitecto Leoncio Solana para recuperar la
construcción. En él se planteaba las escaleras y tillado de los pisos, así como la
aplicación de lechadas de cal en los muros y una nueva cubierta de zinc.
La construcción que hoy se contempla tiene planta cuadrada, con muros de
mampostería y sillares en esquinales y vanos. En total alcanza una altura de 12,20
metros, dividida en tres cuerpos, separados por una línea de imposta que van

cve: BOE-A-2022-22675
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Núm. 310