III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2022-20336)
Decreto 134/2022, de 9 de noviembre, por el que se declara bien de interés cultural, las "Fiestas Patronales de San Antonio Abad", de la localidad de Peloche, Herrera del Duque (Badajoz), con categoría de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Sábado 3 de diciembre de 2022

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levantan el talón, manteniendo la punta del pie en el suelo. A continuación, hacen el
mismo movimiento hacia la derecha, empezando con el pie derecho. Y así
continuamente, con estos pasos, sin castañuelas, van trenzando giros, van cruzándose
con los danzantes de la otra fila…, hasta que la danza termina con un fuerte taconazo
que dan todos los danzantes a la vez.
Al terminar esta primera danza, o «danza baja», sin pérdida de tiempo, los danzantes
se colocan en sus manos las castañuelas y comienza la segunda parte, o «danza alta».
Ahora, al son de guitarras, cascabeles y castañuelas, dan un paso, por ejemplo, con el
pie izquierdo, y luego levantan el pie derecho en paralelo, dando un pequeño golpe al
aire, como si hicieran un paso de jota, con el fin de que suenen los cascabeles; pero
todo, aunque van marcando más cada paso de la danza, también de forma lenta y
reposada. De todas formas, esta es la parte de la danza que resulta más viva y alegre.
Esta segunda parte de la danza finaliza con lo que la gente denomina «el caracol»,
un movimiento largo y continuado, en el que el guía va rodeando uno por uno a los seis
danzantes; al terminar de rodear a todos, uno de los danzantes comienza a seguir al
guía; ahora los dos van rodeando de nuevo, uno por uno, a los otros cinco danzantes; al
terminar esta vuelta, otro danzante se une al guía y al compañero; y así hasta que todos
los danzantes van uno detrás de otro, en fila; entonces, comienza a deshacerse la fila y,
en cada vuelta, se va quedando un danzante en su sitio, hasta que todos vuelven a la
posición inicial.
Esta segunda parte de la danza, que termina dando una vuelta a la derecha y
seguidamente otra a la izquierda, es algo más larga que la primera. Puede durar unos
quince o veinte minutos. La danza en total dura unos 25 minutos.
Los pasos y giros de la danza tienen distintos significados, según la tradición popular.
Algunas personas dicen que los pasos reproducen las letras escritas en el libro abierto que
sostiene en su mano izquierda la imagen de San Antón (Sancti Anton ora pro nobis). Otros
creen, sin embargo, que la danza reproduce las letras del nombre de San Antón.
Esta segunda parte de la danza, más viva, es la única que se utiliza el día grande,
el 17 de enero, en la procesión que recorre el pueblo. Los danzantes van bailando,
siguiendo el paso de la procesión; de vez en cuando, en medio de una calle o en alguna
plazuela, la procesión se detiene, a veces aprovechan a rendir homenaje a los últimos
mayordomos, o a personas fallecidas y muy relacionadas con la festividad, y entonces
los danzantes bailan allí un trozo de la danza, trenzando algunos giros de la danza.
Después continúa la procesión y la marcha de los danzantes.
El 17 de enero, día de San Antón, por la mañana, los danzantes acuden muy
temprano a la casa del mayordomo, a comerse unas migas. Los dos «recaeros» tienen
que ir antes, para hacer la lumbre.
Después, los danzantes van llamando de puerta en puerta por todas las casas del
pueblo, ofreciendo una copa de anís y pidiendo limosna para el santo. Cuando recogen
el donativo (ya principalmente dinero), dicen: «Que el santo bendito se lo aumente».
En la plaza, el 16 por la tarde, se enciende la luminaria, una enorme hoguera que
suele estar encendida tres o cuatro días, hasta que se consume la leña, que han traído
los danzantes, con la ayuda de la gente del pueblo.
Una hora antes de los actos religiosos, cada danzante se marcha a su casa para
vestirse con la vestimenta típica. Una vez vestidos, acuden todos de nuevo a la casa del
Santo.
De allí salen danzando en busca del alcalde, que suele esperarlos en la puerta de su
casa. Allí, ante su puerta, los danzantes bailan un poco en honor del alcalde y le abren
paso: el alcalde pasa entre las dos filas y, encabezando la comitiva, se dirigen todos
hacia la casa donde les espera el cura. Se repite la acción de bailar delante del cura, de
abrirle paso para que se coloque a la cabeza de la comitiva, junto al alcalde, y luego se
dirigen todos hacia la iglesia.
En la puerta de la iglesia, mientras los tres danzantes de delante siguen danzando,
los cuatro de atrás sacan la imagen del santo y no lo sueltan hasta que los fieles no se
van a las andas. El alcalde entrega el bastón de mando al santo. Y comienza la

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