III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2022-20336)
Decreto 134/2022, de 9 de noviembre, por el que se declara bien de interés cultural, las "Fiestas Patronales de San Antonio Abad", de la localidad de Peloche, Herrera del Duque (Badajoz), con categoría de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Sábado 3 de diciembre de 2022

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La Hermandad de San Antón y las Fiestas: mayordomos y danzantes
Para empezar debemos destacar la existencia de la Hermandad de San Antón, tanto
más importante cuanto en ella se resuelven todos los preparativos que exige este ritual.
La hermandad cuenta con presidente, tesorero, secretario y hasta tres vocales, cargos
todos ellos electivos cada cuatro años.
Para organizar la fiesta de San Antón, la figura más relevante será la del
mayordomo, esto es la persona encargada de organizar todas las actividades que
rodean la fiesta. El mayordomo se ofrece por «manda» o promesa, y se lo comunica al
cura, quien lo apunta en un libro que tiene al efecto. Si algún año se ofrecen dos
personas, es mayordomo el primero que se lo haya dicho al cura. Y si algún año no se
ofrece nadie, es mayordomo uno de los miembros de la Hermandad, ya que entre las
responsabilidades que tienen se encuentra la de ofrecerse a ser mayordomo cuando
nadie se haya ofrecido a ello. En la elección de mayordomo no suele haber problemas;
pero alguna vez ha habido emigrantes que han intentado ser mayordomos cuando la
fiesta ha caído en fin de semana y, si ya había alguien apuntado, solo han podido hacerlo
llegando a un acuerdo con el mayordomo ya elegido. Como vemos, de entrada tenemos
una religiosidad popular que cristaliza en este ritual, con una de las prácticas más
comunes y extendidas, las promesas o mandas, que en esta localidad, se canalizan
entre otras formas, especialmente a través de un cargo ritual, el mayordomo, en virtud
del cual se agradece un favor recibido a través de un ejercicio que va a exigir las más de
las veces, mucho trabajo (preparar y vender los dulces, acompañar a los danzantes en la
novena, en la procesión, en la misa, organizar los convites…) y un importante
desembolso económico. Asimismo, es muy interesante destacar los protocolos muy
interiorizados que permiten que el ritual se desarrolle superando cualquier tipo de
problema que se pudiera generar tanto por la existencia de varios posibles mayordomos,
como por la ausencia de los mismos.
Cronológicamente, la fiesta tiene lugar entre el 16 y 18 de enero, sin embargo, la
preparación de la fiesta se inicia realmente el día de los Reyes Magos, el 6 de enero,
fecha en la que ya se sabe con seguridad quién va a ser el mayordomo. Este momento
será aprovechado por algunos jóvenes para ir a la casa del mayordomo y «brindarse»,
para ser danzantes. Lo harán por «manda», por agradecimiento o por compromiso con el
mayordomo. Antes eran solo jóvenes del pueblo; pero ya pueden ser también jóvenes
casados con chicas del pueblo.
Al mayordomo se le reconoce porque durante estos días lleva puesta una gorra o
boina, igual que los danzantes. Además, el día de San Antón también lleva un pañuelo
de colores al cuello.
El 7 de enero empiezan los ensayos de la danza. Antes se hacía en casa del
mayordomo, hoy día la Hermandad cuenta con la denominada Casa del Santo y es allí
donde se hacen los ensayos.
En la danza participan siete hombres: seis danzantes y el guía. Para la música, se
acompañan de uno o dos guitarristas. Cada danzante lleva además unas castañuelas,
para acompañar el ritmo de la segunda parte de la danza.
Como suele ocurrir en no pocas tradiciones, hay una regla no escrita que sólo
permite danzar a los hombres si bien, en el año 2015 ya participó una mujer, lo cual
demuestra que las tradiciones no son inmutables, como la cultura en las que se insertan,
generan cambios, que en último término permiten adaptarse a los tiempos y evolucionar
con ellos. Las reglas no son taxativas y es una cuestión de tiempo ver mujeres
danzantes. Hay mucha etnografía que atestigua este hecho, los auroros de Zarza Capilla
permitieron, llegado el momento, la entrada de mujeres y el Jarramplas de Piornal
(Cáceres), este año ha tenido a una mujer por protagonista. Seguramente, dogmatizar la
tradición, y sostener una férrea normativa, es la base para la desaparición de las
mismas.
Los seis danzantes forman dos filas de tres, separadas poco más de un metro. Entre
los dos primeros de delante marcha el guía.

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