III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CATALUÑA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2022-17413)
Acuerdo GOV/192/2022, de 27 de septiembre, por el que se declara bien cultural de interés nacional, en la categoría de zona arqueológica, el conjunto arqueológico de Boades, y en la categoría de monumento histórico y zona arqueológica, y de delimitación de su entorno de protección, la Torre del Breny, en el término municipal de Castellgalí (Bages).
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 24 de octubre de 2022
Sec. III. Pág. 145613
camino paralelo al río Llobregat, lugar habitual donde se sitúan los monumentos
funerarios en época romana. Su proximidad a la villa de Boades y al sepulcro turriforme
del Breny supone la existencia de un conjunto patrimonial muy destacado que permite
apreciar el funcionamiento de una explotación agrícola romana en todas sus facetas.
La exedra es una construcción de forma semicircular o absidal. La edificación
presenta una ventana de dimensiones considerables, coronada con un arco de medio
punto hecho con tejas o ladrillos de tierra cocida. La mayoría de villas de cierta entidad
presentan cámaras de estas características, con un marcado talante señorial, utilizadas
como salas de conversación (exedra), de recepción (oecus), o de comedor (triclinium),
siempre relacionadas con espacios importantes de la villa. Este elemento arquitectónico
es la evidencia más clara de la importancia de la villa romana de Boades, al menos de su
última fase (siglos III-IV d. C.). Se trata de un espacio destacado dentro de la pars
urbana de las villas y el hecho de que todavía se conserve en pie una parte la hace única
y un caso excepcional, como mínimo en el contexto catalán, hasta el punto de
considerarla en ocasiones una construcción de cronología posterior.
Los silos ibéricos de Boades o de Cal Roc fueron localizados en un campo de cultivo
de cereales próximo a los hornos romanos de Boades, al oeste de Cal Roc. Se pudo
recuperar un conjunto cerámico de los siglos II y I a. C. aproximadamente, que
pertenecía probablemente a la limpieza de un vertedero doméstico. Su presencia hace
pensar en un establecimiento previo a la fundación de la villa, ya fuera para la
explotación de los recursos del entorno o para el control de un lugar estratégico como es
el área de Boades, un nudo o cruce de caminos. Los silos son una gran fuente de
información que permite entender la fase previa a la construcción de la villa.
Los hornos romanos de Boades se encuentran al norte del núcleo de la villa romana
y son de cerámica para producciones comunes. El primer horno es una estructura
circular, de un diámetro de 1,68 metros, hecho con ladrillo y argamasa y una boca
o praefurnium con un arco de medio punto realizado con tejas. Al ser destruida la parrilla
y el elemento que la sostenía, no es posible saber si era un modelo con pilastra central o
de arcos. El segundo horno es de planta casi cuadrada, de 6 por 5,75 metros, con 18
pilastras, de tejas de tierra cocida, que sostenían 6 pares de arcos, desaparecidos, pero
apreciables, que soportaban el emparrillado superior. No se ha localizado la escombrera
ni se conoce la extensión de la zona de producción de los hornos. Como en el caso de
los silos, la presencia de una zona artesanal, como son los hornos, es de gran
importancia para conocer varios momentos y zonas de la explotación de los recursos por
parte de íberos y romanos.
Los restos conservados del conjunto arqueológico de Boades y el mausoleo de la
Torre del Breny destacan, pues, por los siguientes valores patrimoniales:
– Singularidad: los dos mausoleos y la exedra son elementos singulares dentro del
contexto catalán. En el caso de los monumentos funerarios, existen no más de una
decena de paralelos en Cataluña, y la cabecera de la sala de la pars urbana de la villa es
única.
– Excepcionalidad: la monumentalidad de los tres elementos arquitectónicos se ve
reforzada por su buen estado de conservación, con unas alturas de las estructuras
preservadas que permiten apreciar la volumetría original.
– Capacidad discursiva: los restos arquitectónicos y arqueológicos descritos se
deben entender como un conjunto articulado a lo largo de un punto de control
estratégico, un nudo o un cruce de caminos hacia el norte y el interior peninsular, en la
confluencia de los ríos Llobregat y Cardener. Estos restos explican una secuencia de
ocupación territorial ejemplar en época romana, en la cual existe un centro productor o
villa que conserva tanto el hábitat agrícola como el residencial «aristocrático», asociado
a un ámbito funerario dispuesto a lo largo de un camino o vía, del cual los restos más
visibles son los dos sepulcros monumentales documentados.
cve: BOE-A-2022-17413
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 255
Lunes 24 de octubre de 2022
Sec. III. Pág. 145613
camino paralelo al río Llobregat, lugar habitual donde se sitúan los monumentos
funerarios en época romana. Su proximidad a la villa de Boades y al sepulcro turriforme
del Breny supone la existencia de un conjunto patrimonial muy destacado que permite
apreciar el funcionamiento de una explotación agrícola romana en todas sus facetas.
La exedra es una construcción de forma semicircular o absidal. La edificación
presenta una ventana de dimensiones considerables, coronada con un arco de medio
punto hecho con tejas o ladrillos de tierra cocida. La mayoría de villas de cierta entidad
presentan cámaras de estas características, con un marcado talante señorial, utilizadas
como salas de conversación (exedra), de recepción (oecus), o de comedor (triclinium),
siempre relacionadas con espacios importantes de la villa. Este elemento arquitectónico
es la evidencia más clara de la importancia de la villa romana de Boades, al menos de su
última fase (siglos III-IV d. C.). Se trata de un espacio destacado dentro de la pars
urbana de las villas y el hecho de que todavía se conserve en pie una parte la hace única
y un caso excepcional, como mínimo en el contexto catalán, hasta el punto de
considerarla en ocasiones una construcción de cronología posterior.
Los silos ibéricos de Boades o de Cal Roc fueron localizados en un campo de cultivo
de cereales próximo a los hornos romanos de Boades, al oeste de Cal Roc. Se pudo
recuperar un conjunto cerámico de los siglos II y I a. C. aproximadamente, que
pertenecía probablemente a la limpieza de un vertedero doméstico. Su presencia hace
pensar en un establecimiento previo a la fundación de la villa, ya fuera para la
explotación de los recursos del entorno o para el control de un lugar estratégico como es
el área de Boades, un nudo o cruce de caminos. Los silos son una gran fuente de
información que permite entender la fase previa a la construcción de la villa.
Los hornos romanos de Boades se encuentran al norte del núcleo de la villa romana
y son de cerámica para producciones comunes. El primer horno es una estructura
circular, de un diámetro de 1,68 metros, hecho con ladrillo y argamasa y una boca
o praefurnium con un arco de medio punto realizado con tejas. Al ser destruida la parrilla
y el elemento que la sostenía, no es posible saber si era un modelo con pilastra central o
de arcos. El segundo horno es de planta casi cuadrada, de 6 por 5,75 metros, con 18
pilastras, de tejas de tierra cocida, que sostenían 6 pares de arcos, desaparecidos, pero
apreciables, que soportaban el emparrillado superior. No se ha localizado la escombrera
ni se conoce la extensión de la zona de producción de los hornos. Como en el caso de
los silos, la presencia de una zona artesanal, como son los hornos, es de gran
importancia para conocer varios momentos y zonas de la explotación de los recursos por
parte de íberos y romanos.
Los restos conservados del conjunto arqueológico de Boades y el mausoleo de la
Torre del Breny destacan, pues, por los siguientes valores patrimoniales:
– Singularidad: los dos mausoleos y la exedra son elementos singulares dentro del
contexto catalán. En el caso de los monumentos funerarios, existen no más de una
decena de paralelos en Cataluña, y la cabecera de la sala de la pars urbana de la villa es
única.
– Excepcionalidad: la monumentalidad de los tres elementos arquitectónicos se ve
reforzada por su buen estado de conservación, con unas alturas de las estructuras
preservadas que permiten apreciar la volumetría original.
– Capacidad discursiva: los restos arquitectónicos y arqueológicos descritos se
deben entender como un conjunto articulado a lo largo de un punto de control
estratégico, un nudo o un cruce de caminos hacia el norte y el interior peninsular, en la
confluencia de los ríos Llobregat y Cardener. Estos restos explican una secuencia de
ocupación territorial ejemplar en época romana, en la cual existe un centro productor o
villa que conserva tanto el hábitat agrícola como el residencial «aristocrático», asociado
a un ámbito funerario dispuesto a lo largo de un camino o vía, del cual los restos más
visibles son los dos sepulcros monumentales documentados.
cve: BOE-A-2022-17413
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 255