III. Otras disposiciones. CONSEJO DE SEGURIDAD NUCLEAR. Convenios. (BOE-A-2021-21210)
Resolución de 14 de diciembre de 2021, del Consejo de Seguridad Nuclear, por la que se publica el Convenio con el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, O.A., M.P., y Tecnatom, SA, para la investigación, el desarrollo y la innovación hacia un protocolo nacional para la evaluación del I-131 en situaciones de emergencia.
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No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Miércoles 22 de diciembre de 2021
Sec. III. Pág. 159258
Este otro método consistió en realizar medidas directas de los niveles de radiación
(tasas de dosis) en contacto con el tiroides empleando para ello detectores portátiles de
niveles de radiación (radiámetros convencionales) calibrados al efecto, que son capaces
de dar una lectura de tasa de dosis de forma casi instantánea.
Este tipo de detectores son mucho más frecuentes y conocidos que los de estado
sólido, están mucho más distribuidos por el país y pueden ser utilizados por personal no
necesariamente técnico con una formación inicial rápida y sencilla. La única
característica limitante que poseen (característica que puede ser considerada como una
virtud) es que solo son capaces de detectar actividades en tiroides por encima de las
decenas de miles de Bequerelios. Esto era lo que pretendían las autoridades japonesas:
ser capaces de hacer un cribado rápido entre afectados de interés médico, aquellos con
actividades en tiroides por encima de los miles de Bq, y aquellos otros por debajo para
los que la medida cuantitativa no constituía ya una prioridad de actuación.
Para poder relacionar medidas directas de tasas de dosis con actividad de I-131 en
tiroides, hizo falta una «calibración de estos equipos».
Idealmente la curva de calibración debería ser igual para todos ellos, lo cual sería
cierto si la medida no se hubiera hecho en contacto con el cuello, pero en este caso
entran en juego consideraciones de geometría, ya que la distancia entre glándula y
sensor de radiación del detector no es igual en todos los equipos disponibles ni para
todos los grupos de edad.
La calibración se puede hacer de dos maneras:
1. Simulando el contenido de I-131 en tiroides de varios miles de Bq para cada uno
de los grupos de edades correspondientes (Ej.: 100.000Bq).
2. Rellenando el volumen de la glándula, según cada grupo de edad, con una
solución de concentración constante, por ejemplo, del orden de 10.000-20.000 Bq/cc de
Ba-133 y Cs-137.
Si se opta por la primera opción, actividad constante, es evidente que, conforme el
grupo de edad sea menor, la concentración va a ser mayor, dado que el volumen disminuye
al disminuir la edad, por lo que la mayor tasa de dosis la proporcionará el grupo de menor
edad. Puesto que la gráfica que se muestra aquí es la inversa de lo indicado en el texto,
kBq/µSv/h, la forma de la gráfica es coherente con las hipótesis de partida.
Si por el contrario, se opta por utilizar una concentración constante, el grupo de
menor edad es el que contendrá una menor actividad, pero la tasa de dosis que se mida
no va a ir aumentando en la misma proporción que aumente la actividad, también por
consideraciones puramente geométricas, con lo que de nuevo la curva que se obtenga
será coherente con el experimento.
En teoría, para cada equipo individual se obtendría una curva quizás algo diferente entre
unos y otros, pero si la diferencia no fuera elevada, se podría hacer una curva común que
fuera igual para cualquier detector de radiación, teniendo en cuenta los errores del método.
El resultado de estas medidas rápidas en Fukushima fue lo que permitió a las
autoridades japonesas identificar los «grupos de riesgo» en la población, e iniciar
inmediatamente un seguimiento epidemiológico y de exámenes médicos periódicos para
poder detectar en el futuro las primeras fases del cáncer de tiroides, e iniciar
seguidamente un tratamiento con vistas a su curación.
¿Qué se entiende por «grupos de riesgo»? Aquellas personas susceptibles de recibir
una dosis interna comprometida elevada como consecuencia de la incorporación de
radionucleidos. En Fukushima se estableció una clasificación de los grupos de riesgo
cve: BOE-A-2021-21210
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 305
Miércoles 22 de diciembre de 2021
Sec. III. Pág. 159258
Este otro método consistió en realizar medidas directas de los niveles de radiación
(tasas de dosis) en contacto con el tiroides empleando para ello detectores portátiles de
niveles de radiación (radiámetros convencionales) calibrados al efecto, que son capaces
de dar una lectura de tasa de dosis de forma casi instantánea.
Este tipo de detectores son mucho más frecuentes y conocidos que los de estado
sólido, están mucho más distribuidos por el país y pueden ser utilizados por personal no
necesariamente técnico con una formación inicial rápida y sencilla. La única
característica limitante que poseen (característica que puede ser considerada como una
virtud) es que solo son capaces de detectar actividades en tiroides por encima de las
decenas de miles de Bequerelios. Esto era lo que pretendían las autoridades japonesas:
ser capaces de hacer un cribado rápido entre afectados de interés médico, aquellos con
actividades en tiroides por encima de los miles de Bq, y aquellos otros por debajo para
los que la medida cuantitativa no constituía ya una prioridad de actuación.
Para poder relacionar medidas directas de tasas de dosis con actividad de I-131 en
tiroides, hizo falta una «calibración de estos equipos».
Idealmente la curva de calibración debería ser igual para todos ellos, lo cual sería
cierto si la medida no se hubiera hecho en contacto con el cuello, pero en este caso
entran en juego consideraciones de geometría, ya que la distancia entre glándula y
sensor de radiación del detector no es igual en todos los equipos disponibles ni para
todos los grupos de edad.
La calibración se puede hacer de dos maneras:
1. Simulando el contenido de I-131 en tiroides de varios miles de Bq para cada uno
de los grupos de edades correspondientes (Ej.: 100.000Bq).
2. Rellenando el volumen de la glándula, según cada grupo de edad, con una
solución de concentración constante, por ejemplo, del orden de 10.000-20.000 Bq/cc de
Ba-133 y Cs-137.
Si se opta por la primera opción, actividad constante, es evidente que, conforme el
grupo de edad sea menor, la concentración va a ser mayor, dado que el volumen disminuye
al disminuir la edad, por lo que la mayor tasa de dosis la proporcionará el grupo de menor
edad. Puesto que la gráfica que se muestra aquí es la inversa de lo indicado en el texto,
kBq/µSv/h, la forma de la gráfica es coherente con las hipótesis de partida.
Si por el contrario, se opta por utilizar una concentración constante, el grupo de
menor edad es el que contendrá una menor actividad, pero la tasa de dosis que se mida
no va a ir aumentando en la misma proporción que aumente la actividad, también por
consideraciones puramente geométricas, con lo que de nuevo la curva que se obtenga
será coherente con el experimento.
En teoría, para cada equipo individual se obtendría una curva quizás algo diferente entre
unos y otros, pero si la diferencia no fuera elevada, se podría hacer una curva común que
fuera igual para cualquier detector de radiación, teniendo en cuenta los errores del método.
El resultado de estas medidas rápidas en Fukushima fue lo que permitió a las
autoridades japonesas identificar los «grupos de riesgo» en la población, e iniciar
inmediatamente un seguimiento epidemiológico y de exámenes médicos periódicos para
poder detectar en el futuro las primeras fases del cáncer de tiroides, e iniciar
seguidamente un tratamiento con vistas a su curación.
¿Qué se entiende por «grupos de riesgo»? Aquellas personas susceptibles de recibir
una dosis interna comprometida elevada como consecuencia de la incorporación de
radionucleidos. En Fukushima se estableció una clasificación de los grupos de riesgo
cve: BOE-A-2021-21210
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 305