III. Otras disposiciones. ADMINISTRACIÓN LOCAL. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2021-20627)
Resolución de 29 de noviembre de 2021, del Consejo Insular de Mallorca (Illes Balears), referente a la incoación del expediente de declaración como bien de interés cultural, con categoría de sitio etnológico, del monasterio de Santa María de La Trapa, en el término municipal de Andratx.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 298
Martes 14 de diciembre de 2021
Sec. III. Pág. 153305
reconstruido la bóveda de cañón de la antigua iglesia, se han instalado vigas como
umbrales o se han construido muros a modo de contrafuertes para garantizar la
estabilidad de las construcciones.
Dentro del conjunto edificado, podemos tener en cuenta también la llamada caseta
del Fraile del Pan, independiente del conjunto, que también se encuentra en la finca y
que ha sido restaurada y utilizada como observatorio ornitológico.
El molino.
Como parte del conjunto edificatorio, pero situado al otro lado del bancal, al norte, se
encuentra una pequeña construcción de dos niveles donde encontramos el molino de
sangre. Se trata del elemento mejor conservado, puesto que se rehabilitó hace unos
años. Adyacente al molino encontramos el círculo de la carbonera.
Aparte de las edificaciones, la finca de la Trapa se caracteriza por la articulación del
paisaje a través de la construcción de bancales, edificios auxiliares y un complejo
sistema de recogida de aguas procedente de la filtración. Los Trapenses llevaron a cabo
una gran transformación del valle sobre el que se asentaron, originalmente con un
relieve arisco, y que hizo posible el cultivo de la tierra y su propia subsistencia en una
tierra árida que originalmente no se podía cultivar.
El conjunto de bancales de la Trapa es el elemento principal de esta adaptación del
paisaje. El aterrazamiento es el sistema por el que, históricamente, se podía obtener
suelo fértil en terrenos inclinados. Los bancales actúan como muros de contención para
el suelo, escalonando la pendiente del ribazo y dando lugar a terrazas de cultivo donde
se puede cultivar la tierra. Con el abancalado del terreno, se evita también la erosión y
deslizamiento del terreno y favorece la filtración de agua de lluvia. La actividad agrícola
en la Trapa, por lo tanto, se articulaba sin excepción por medio de un extenso sistema de
bancales, integrados y transversales al canal, en un intento de adaptación estricta al
terreno y la curva de nivel, algo que a menudo se da a los bancales en la forma de una
U.
Aunque la datación de las obras escalonamiento del valle de Sant Josep no se puede
especificar con la precisión deseada, se acepta el año 1810, el del asentamiento de los
monjes trapenses en el valle, como la fecha en la que comienza a construir el sistema de
terrazas. El sistema probablemente se completó durante los cien años transcurridos
entre la partida de los monjes de la Trapa, en 1820, y en años posteriores, en los que el
lugar se estableció como casa de posesión.
El área de abancalado de la Trapa se puede dividir en dos zonas, situadas en el
canal de cala Sanutges y el valle de San José. Por otra parte, y a nivel constructivo, son
visibles diversas etapas de abancalado y de reparaciones en todo el conjunto. En
términos generales, podemos decir que hemos utilizado dos técnicas para ejecutar los
bancales, que corresponden a dos épocas diferentes, por un lado, la que utilizaron los
trapenses, que dio lugar a unos bancales menos elaborados, poco lucidos, hechos con
piedras calcáreas simplemente colocadas, y más tarde, en a finales del siglo XIX y
principios del XX, cuando el territorio se explotó como pequeña casa de posesión, se
ejecutaron unos bancales donde se utilizaron piedras escuadradas y talladas, colocadas
encajadas, técnica con la que se repararon los bancales originales y se construyeron los
nuevos bancales. En este tipo de bancales encajados, encontramos la singularidad que
el muro presenta pequeños orificios para encajar leños que se utilizaban para sostener
las vides. Esto parece indicar que la construcción de estos muros está íntimamente
ligada al cultivo.
Conjunto etnológico.
Junto al paisaje abancalado se localizan una serie de elementos etnológicos usados
para la explotación del campo. Buena parte de este conjunto etnológico lo forman los
cve: BOE-A-2021-20627
Verificable en https://www.boe.es
Conjunto abancalado.
Núm. 298
Martes 14 de diciembre de 2021
Sec. III. Pág. 153305
reconstruido la bóveda de cañón de la antigua iglesia, se han instalado vigas como
umbrales o se han construido muros a modo de contrafuertes para garantizar la
estabilidad de las construcciones.
Dentro del conjunto edificado, podemos tener en cuenta también la llamada caseta
del Fraile del Pan, independiente del conjunto, que también se encuentra en la finca y
que ha sido restaurada y utilizada como observatorio ornitológico.
El molino.
Como parte del conjunto edificatorio, pero situado al otro lado del bancal, al norte, se
encuentra una pequeña construcción de dos niveles donde encontramos el molino de
sangre. Se trata del elemento mejor conservado, puesto que se rehabilitó hace unos
años. Adyacente al molino encontramos el círculo de la carbonera.
Aparte de las edificaciones, la finca de la Trapa se caracteriza por la articulación del
paisaje a través de la construcción de bancales, edificios auxiliares y un complejo
sistema de recogida de aguas procedente de la filtración. Los Trapenses llevaron a cabo
una gran transformación del valle sobre el que se asentaron, originalmente con un
relieve arisco, y que hizo posible el cultivo de la tierra y su propia subsistencia en una
tierra árida que originalmente no se podía cultivar.
El conjunto de bancales de la Trapa es el elemento principal de esta adaptación del
paisaje. El aterrazamiento es el sistema por el que, históricamente, se podía obtener
suelo fértil en terrenos inclinados. Los bancales actúan como muros de contención para
el suelo, escalonando la pendiente del ribazo y dando lugar a terrazas de cultivo donde
se puede cultivar la tierra. Con el abancalado del terreno, se evita también la erosión y
deslizamiento del terreno y favorece la filtración de agua de lluvia. La actividad agrícola
en la Trapa, por lo tanto, se articulaba sin excepción por medio de un extenso sistema de
bancales, integrados y transversales al canal, en un intento de adaptación estricta al
terreno y la curva de nivel, algo que a menudo se da a los bancales en la forma de una
U.
Aunque la datación de las obras escalonamiento del valle de Sant Josep no se puede
especificar con la precisión deseada, se acepta el año 1810, el del asentamiento de los
monjes trapenses en el valle, como la fecha en la que comienza a construir el sistema de
terrazas. El sistema probablemente se completó durante los cien años transcurridos
entre la partida de los monjes de la Trapa, en 1820, y en años posteriores, en los que el
lugar se estableció como casa de posesión.
El área de abancalado de la Trapa se puede dividir en dos zonas, situadas en el
canal de cala Sanutges y el valle de San José. Por otra parte, y a nivel constructivo, son
visibles diversas etapas de abancalado y de reparaciones en todo el conjunto. En
términos generales, podemos decir que hemos utilizado dos técnicas para ejecutar los
bancales, que corresponden a dos épocas diferentes, por un lado, la que utilizaron los
trapenses, que dio lugar a unos bancales menos elaborados, poco lucidos, hechos con
piedras calcáreas simplemente colocadas, y más tarde, en a finales del siglo XIX y
principios del XX, cuando el territorio se explotó como pequeña casa de posesión, se
ejecutaron unos bancales donde se utilizaron piedras escuadradas y talladas, colocadas
encajadas, técnica con la que se repararon los bancales originales y se construyeron los
nuevos bancales. En este tipo de bancales encajados, encontramos la singularidad que
el muro presenta pequeños orificios para encajar leños que se utilizaban para sostener
las vides. Esto parece indicar que la construcción de estos muros está íntimamente
ligada al cultivo.
Conjunto etnológico.
Junto al paisaje abancalado se localizan una serie de elementos etnológicos usados
para la explotación del campo. Buena parte de este conjunto etnológico lo forman los
cve: BOE-A-2021-20627
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Conjunto abancalado.