I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE. Organización. (BOE-A-2021-16479)
Real Decreto 880/2021, de 11 de octubre, por el que se crea el Archivo Histórico de los Movimientos Sociales.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 244
Martes 12 de octubre de 2021
Sec. I. Pág. 124265
I. DISPOSICIONES GENERALES
MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE
Real Decreto 880/2021, de 11 de octubre, por el que se crea el Archivo
Histórico de los Movimientos Sociales.
Hasta mediados de la década de los años cincuenta y principios de los sesenta del
pasado siglo XX, ni los historiadores, ni otros especialistas de las Ciencias Sociales,
como los politólogos o los sociólogos, prestaban especial atención a los movimientos y
revueltas populares de carácter episódico, ni tampoco a las manifestaciones no
institucionalizadas de protesta, que a lo sumo se abordaban de manera accesoria desde
la perspectiva de la alteración del orden social establecido e incluso como expresión de
determinados tipos de delincuencia.
La publicación de una serie de estudios de historiadores anglosajones sobre las
multitudes, el ludismo, los motines de subsistencia o sobre las formas arcaicas de los
movimientos sociales en los siglos XIX y XX, los denominados «rebeldes primitivos»,
además de las aportaciones de la historiografía francesa sobre las revueltas campesinas
o el proceso revolucionario en Francia, abrieron nuevos campos de investigación, de
manera que el estudio de los movimientos populares y las nuevas formas de protesta
colectiva pasaron a ocupar cada vez más un lugar destacado, con las lógicas diferencias
en los enfoques, en las preocupaciones e intereses de historiadores, sociólogos y
politólogos. A la mayor visibilidad de las tensiones y conflictos latentes, que hasta
entonces habían tenido un carácter y dimensiones limitados, contribuyeron la mayor
cantidad de documentación, propaganda e información disponible sobre unas
manifestaciones sociales de protesta y de reivindicación de derechos, que iban
adquiriendo mayor proyección e interés general. A esos nuevos ámbitos de investigación
y estudio se añadió el interés por la historia de las mujeres, de los movimientos
feministas y por las nuevas corrientes del feminismo. Algún tiempo después, por el
pacifismo, los movimientos ecologistas y antinucleares y por los primeros conflictos en
los países del Este, caso de la revuelta húngara de 1956 y de la Primavera de Praga
de 1968, o por los sucesos del Mayo del 68 francés.
En España, a pesar del control informativo del aparato de la dictadura franquista y de
la censura, prohibición y persecución de las publicaciones y estudios internacionales
sobre los movimientos sociales, los ecos de las protestas de determinados grupos y
colectivos sociales de otros países llegaron a los círculos académicos, a los miembros de
las organizaciones políticas y sindicales clandestinas y opositoras al régimen y, aunque
con menor intensidad, también al mundo rural y a la parte de la sociedad española más
despolitizada, a través de los contactos familiares estivales de los emigrantes españoles
en los diferentes países de Europa que entraban en contacto con compatriotas exiliados
y opositores al régimen de Franco.
Las huelgas y movilizaciones de las zonas obreras y mineras por la mejora del nivel
de vida y la jornada laboral de ocho horas fueron las primeras cartas de presentación de
una organizaciones que estaban prácticamente desmanteladas, pero que contaban con
la existencia de redes clandestinas que les prestaban cobertura y permitían la creación
de comisiones sindicales para la toma de decisiones para las negociaciones colectivas a
través de los enlaces con la patronal que, a su vez, se fueron expandiendo dentro del
sindicato vertical oficial, consiguiendo atraer y compartir la estrategias con quienes
pretendían integrar en el sindicato vertical la doctrina social de la Iglesia. En estos
momentos, el movimiento obrero se convirtió en la principal fuerza por la recuperación de
la democracia, con el apoyo de los movimientos estudiantiles y del movimiento vecinal.
cve: BOE-A-2021-16479
Verificable en https://www.boe.es
16479
Núm. 244
Martes 12 de octubre de 2021
Sec. I. Pág. 124265
I. DISPOSICIONES GENERALES
MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE
Real Decreto 880/2021, de 11 de octubre, por el que se crea el Archivo
Histórico de los Movimientos Sociales.
Hasta mediados de la década de los años cincuenta y principios de los sesenta del
pasado siglo XX, ni los historiadores, ni otros especialistas de las Ciencias Sociales,
como los politólogos o los sociólogos, prestaban especial atención a los movimientos y
revueltas populares de carácter episódico, ni tampoco a las manifestaciones no
institucionalizadas de protesta, que a lo sumo se abordaban de manera accesoria desde
la perspectiva de la alteración del orden social establecido e incluso como expresión de
determinados tipos de delincuencia.
La publicación de una serie de estudios de historiadores anglosajones sobre las
multitudes, el ludismo, los motines de subsistencia o sobre las formas arcaicas de los
movimientos sociales en los siglos XIX y XX, los denominados «rebeldes primitivos»,
además de las aportaciones de la historiografía francesa sobre las revueltas campesinas
o el proceso revolucionario en Francia, abrieron nuevos campos de investigación, de
manera que el estudio de los movimientos populares y las nuevas formas de protesta
colectiva pasaron a ocupar cada vez más un lugar destacado, con las lógicas diferencias
en los enfoques, en las preocupaciones e intereses de historiadores, sociólogos y
politólogos. A la mayor visibilidad de las tensiones y conflictos latentes, que hasta
entonces habían tenido un carácter y dimensiones limitados, contribuyeron la mayor
cantidad de documentación, propaganda e información disponible sobre unas
manifestaciones sociales de protesta y de reivindicación de derechos, que iban
adquiriendo mayor proyección e interés general. A esos nuevos ámbitos de investigación
y estudio se añadió el interés por la historia de las mujeres, de los movimientos
feministas y por las nuevas corrientes del feminismo. Algún tiempo después, por el
pacifismo, los movimientos ecologistas y antinucleares y por los primeros conflictos en
los países del Este, caso de la revuelta húngara de 1956 y de la Primavera de Praga
de 1968, o por los sucesos del Mayo del 68 francés.
En España, a pesar del control informativo del aparato de la dictadura franquista y de
la censura, prohibición y persecución de las publicaciones y estudios internacionales
sobre los movimientos sociales, los ecos de las protestas de determinados grupos y
colectivos sociales de otros países llegaron a los círculos académicos, a los miembros de
las organizaciones políticas y sindicales clandestinas y opositoras al régimen y, aunque
con menor intensidad, también al mundo rural y a la parte de la sociedad española más
despolitizada, a través de los contactos familiares estivales de los emigrantes españoles
en los diferentes países de Europa que entraban en contacto con compatriotas exiliados
y opositores al régimen de Franco.
Las huelgas y movilizaciones de las zonas obreras y mineras por la mejora del nivel
de vida y la jornada laboral de ocho horas fueron las primeras cartas de presentación de
una organizaciones que estaban prácticamente desmanteladas, pero que contaban con
la existencia de redes clandestinas que les prestaban cobertura y permitían la creación
de comisiones sindicales para la toma de decisiones para las negociaciones colectivas a
través de los enlaces con la patronal que, a su vez, se fueron expandiendo dentro del
sindicato vertical oficial, consiguiendo atraer y compartir la estrategias con quienes
pretendían integrar en el sindicato vertical la doctrina social de la Iglesia. En estos
momentos, el movimiento obrero se convirtió en la principal fuerza por la recuperación de
la democracia, con el apoyo de los movimientos estudiantiles y del movimiento vecinal.
cve: BOE-A-2021-16479
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