III. Otras disposiciones. COMUNIDAD DE CASTILLA Y LEÓN. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2021-16345)
Acuerdo 103/2021, de 23 de septiembre, de la Junta de Castilla y León, por el que se declara el castro de la Mesa de Miranda y necrópolis de La Osera, en Chamartín (Ávila), bien de interés cultural con categoría de zona arqueológica.
4 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 7 de octubre de 2021
Sec. III. Pág. 122971
ANEXO
Castro de la Mesa de Miranda y necrópolis de La Osera
El castro de La Mesa de Miranda-necrópolis de la Osera, es un conjunto que se
localiza hacia el norte de la localidad de Chamartín, a 2,4 kilómetros del casco urbano en
Ávila. Está enclavado en la confluencia de los valles del arroyo Matapeces y el de
Rihondo, constituyendo entre ellos una horquilla fluvial que favorece, con el
encajamiento de los cauces, el carácter aislado por el norte, este y oeste del castro y
quedando como zona de más fácil acceso el sur.
El castro de la Mesa de Miranda pertenece al territorio del pueblo vetón marcado por
las fuentes clásicas y se relaciona con el foco constituido por los castros de Ulaca y Las
Cogotas.
El castro se compone de dos elementos arqueológicos: la zona de habitación
(Castillo Cimero y Castillo Bajero), constituida por tres recintos complementarios, y la
necrópolis (La Osera), que ocupa parte del tercer recinto y la zona exterior al castro por
el sur y sureste.
La zona de habitación se compone de tres recintos amurallados. Al primero, de 11,5
hectáreas, situado al norte de los demás, se le adosa por el sur el segundo recinto,
de 7,1 hectáreas, al cual, por el sur y por este, se le adosa el tercero de 10,5 hectáreas.
Entre todos componen un área de 29,1 hectáreas, a la que hay que sumar las 3,5
hectáreas de la necrópolis fuera del tercer recinto. En total, lo que se conoce del
yacimiento constituiría una superficie de 32,6 hectáreas.
Tradicionalmente se ha dado a los tres recintos una cronología sucesiva, pero este
aspecto no se ha constatado científicamente. Solo del tercer recinto hay constancia de
ser el último en construirse, previsiblemente cuando ya el primero y el segundo estaban
consolidados. Se entiende así porque está solamente trazado en su lado este, con
apenas dos hiladas de piedras, hecho que coincide con una acción similar en el cercano
castro de Ulaca (Solosancho), por lo que puede interpretarse como un hecho general
ligado a la trayectoria histórica de ambos relacionado con la conquista romana o, una
vez conquistados ambos, a la coyuntura generada por alguna de las dos guerras civiles
que tuvieron lugar a lo largo del siglo I a.C. en las que participaron activamente los
vetones.
Las investigaciones en el castro se llevaron a cabo principalmente entre 1932 y 1944,
en dos fases interrumpidas por la Guerra Civil Española. Las realizó Juan Cabré Aguiló
centrándose fundamentalmente en la necrópolis, de la que identificaron seis zonas,
excavando un total de 2.230 tumbas de incineración, fechadas desde finales del siglo V a
fínales del IV/principios del III a.C. Las excavaciones se realizaron, también, en algunas
zonas de la muralla de los tres recintos. Decenios después, entre 1999 y 2004, se han
llevado a cabo trabajos de investigación de menor envergadura, en los que se ha
excavado una construcción doméstica dentro del primer recinto.
La ocupación del castro y su necrópolis se enmarca principalmente en toda la
Segunda Edad del Hierro, entre los momentos finales del siglo VI y mediados del siglo II
a.C, quedando pendiente de ratificación si tras la conquista de la zona (155-133 a.C.) la
población del castro permaneció hasta las Guerras Sertorianas (82-72 a.C.) de la
primera guerra civil romana e incluso hasta la segunda (49-45 a.C.).
Extramuros, en el sector sureste, se ha reconocido un abrigo pintado con signo
pintado en ocre, de difícil interpretación, del que no se conoce si tiene relación con el
castro o es anterior.
En el castro y sus inmediaciones se han hallado al menos cinco esculturas
zoomorfas representativas del pueblo vetón, de las que se conservan tres: una completa
instalada en una plaza del casco urbano de Chamartín; otra, fragmentada, a la puerta del
aula arqueológica y un fragmento dentro del tercer recinto en el castro. Las demás se
encuentran desparecidas o representan fragmentos tan pequeños que son dudosas.
Inmediatamente situada al sur de los recintos, incluyéndose parcialmente en el
tercero de aquellos, sobre una explanada muy bien definida, se localiza la necrópolis de
cve: BOE-A-2021-16345
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 240
Jueves 7 de octubre de 2021
Sec. III. Pág. 122971
ANEXO
Castro de la Mesa de Miranda y necrópolis de La Osera
El castro de La Mesa de Miranda-necrópolis de la Osera, es un conjunto que se
localiza hacia el norte de la localidad de Chamartín, a 2,4 kilómetros del casco urbano en
Ávila. Está enclavado en la confluencia de los valles del arroyo Matapeces y el de
Rihondo, constituyendo entre ellos una horquilla fluvial que favorece, con el
encajamiento de los cauces, el carácter aislado por el norte, este y oeste del castro y
quedando como zona de más fácil acceso el sur.
El castro de la Mesa de Miranda pertenece al territorio del pueblo vetón marcado por
las fuentes clásicas y se relaciona con el foco constituido por los castros de Ulaca y Las
Cogotas.
El castro se compone de dos elementos arqueológicos: la zona de habitación
(Castillo Cimero y Castillo Bajero), constituida por tres recintos complementarios, y la
necrópolis (La Osera), que ocupa parte del tercer recinto y la zona exterior al castro por
el sur y sureste.
La zona de habitación se compone de tres recintos amurallados. Al primero, de 11,5
hectáreas, situado al norte de los demás, se le adosa por el sur el segundo recinto,
de 7,1 hectáreas, al cual, por el sur y por este, se le adosa el tercero de 10,5 hectáreas.
Entre todos componen un área de 29,1 hectáreas, a la que hay que sumar las 3,5
hectáreas de la necrópolis fuera del tercer recinto. En total, lo que se conoce del
yacimiento constituiría una superficie de 32,6 hectáreas.
Tradicionalmente se ha dado a los tres recintos una cronología sucesiva, pero este
aspecto no se ha constatado científicamente. Solo del tercer recinto hay constancia de
ser el último en construirse, previsiblemente cuando ya el primero y el segundo estaban
consolidados. Se entiende así porque está solamente trazado en su lado este, con
apenas dos hiladas de piedras, hecho que coincide con una acción similar en el cercano
castro de Ulaca (Solosancho), por lo que puede interpretarse como un hecho general
ligado a la trayectoria histórica de ambos relacionado con la conquista romana o, una
vez conquistados ambos, a la coyuntura generada por alguna de las dos guerras civiles
que tuvieron lugar a lo largo del siglo I a.C. en las que participaron activamente los
vetones.
Las investigaciones en el castro se llevaron a cabo principalmente entre 1932 y 1944,
en dos fases interrumpidas por la Guerra Civil Española. Las realizó Juan Cabré Aguiló
centrándose fundamentalmente en la necrópolis, de la que identificaron seis zonas,
excavando un total de 2.230 tumbas de incineración, fechadas desde finales del siglo V a
fínales del IV/principios del III a.C. Las excavaciones se realizaron, también, en algunas
zonas de la muralla de los tres recintos. Decenios después, entre 1999 y 2004, se han
llevado a cabo trabajos de investigación de menor envergadura, en los que se ha
excavado una construcción doméstica dentro del primer recinto.
La ocupación del castro y su necrópolis se enmarca principalmente en toda la
Segunda Edad del Hierro, entre los momentos finales del siglo VI y mediados del siglo II
a.C, quedando pendiente de ratificación si tras la conquista de la zona (155-133 a.C.) la
población del castro permaneció hasta las Guerras Sertorianas (82-72 a.C.) de la
primera guerra civil romana e incluso hasta la segunda (49-45 a.C.).
Extramuros, en el sector sureste, se ha reconocido un abrigo pintado con signo
pintado en ocre, de difícil interpretación, del que no se conoce si tiene relación con el
castro o es anterior.
En el castro y sus inmediaciones se han hallado al menos cinco esculturas
zoomorfas representativas del pueblo vetón, de las que se conservan tres: una completa
instalada en una plaza del casco urbano de Chamartín; otra, fragmentada, a la puerta del
aula arqueológica y un fragmento dentro del tercer recinto en el castro. Las demás se
encuentran desparecidas o representan fragmentos tan pequeños que son dudosas.
Inmediatamente situada al sur de los recintos, incluyéndose parcialmente en el
tercero de aquellos, sobre una explanada muy bien definida, se localiza la necrópolis de
cve: BOE-A-2021-16345
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 240