III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE INDUSTRIA, COMERCIO Y TURISMO. Ayudas. (BOE-A-2021-11212)
Orden ICT/713/2021, de 29 de junio, por la que se establecen las bases reguladoras para la concesión de ayudas a proyectos de I+D+i en el ámbito de la industria conectada 4.0. (Activa_Financiación).
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 6 de julio de 2021
Sec. III. Pág. 80160
dichas variables. De hecho, el sector industrial, en el que convergen tecnología digital y
producción física de bienes, puede considerarse protagonista de la transformación
digital, al favorecer la modernización de los procesos industriales, los productos y los
modelos de negocio, afectando positivamente a la productividad, y ejerciendo un efecto
tractor sobre la tecnificación del resto de actividades productivas. Europa es líder
mundial en muchos sectores de fabricación y son muchas las empresas europeas que se
sitúan en la vanguardia de la digitalización y la automatización en sectores clave de la
industria.
Pero la digitalización de la industria abarca mucho más que la tecnología, y su
asimilación por parte de las pymes es lenta. En estos procesos, las empresas deben
asumir las inversiones iniciales que les permitan aprovechar las posibilidades que se
abren en este campo. Superar los esfuerzos que conllevarán la adquisición de nuevas
capacidades digitales, permitirá a las empresas interiorizar nuevos modelos y nuevos
procesos empresariales, lo que les permitirá estar preparadas y crecer en un entorno de
cambios disruptivos que afectarán, entre otros, a los procesos y ritmos de fabricación, a
la previsibilidad de la producción, la fragmentación y reorientación de las cadenas de
valor, a las relaciones entre la industria y los proveedores de conocimiento o al papel del
cliente en el proceso productivo.
La ciberseguridad, la economía del dato, la inteligencia artificial, la robótica
avanzada, el blockchain, la conectividad y otras tecnologías digitales habilitadoras son
vectores estratégicos para impulsar la segunda oleada de digitalización en España.
Esta adaptación a lo largo y ancho de las cadenas de valor será clave para fomentar
el crecimiento y la competitividad de las empresas y, globalmente, de toda la industria
europea.
Es, por lo tanto, preciso modernizar la industria de cara a la actual era digital, puesto
que la transformación digital está en el núcleo de la revolución industrial en curso.
Las Directrices de la Nueva Política Industrial 2030 determinan la necesidad de una
política industrial activa dirigida a contribuir a transformar nuestro modelo productivo y
considera como eje estratégico la digitalización de la industria, instando a orientar las
políticas públicas hacia la mayor penetración de la digitalización en el tejido industrial
nacional, especialmente las pymes; y que existan mecanismos para asegurar el óptimo
aprovechamiento del potencial de estas nuevas tecnologías.
Por su parte, la Agenda España Digital 2025, establece como séptimo eje acelerar
los procesos de digitalización del tejido productivo, fomentando la adopción intensiva de
tecnologías y servicios digitales y el empleo masivo de datos, especialmente en la pyme,
contribuyendo a mejorar su crecimiento e internacionalización, así como el impulso de
sus capacidades de innovación y de toma de decisiones basadas en datos.
Por todo lo explicado, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de la
Secretaría General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa orienta su acción a
la mejora de la competitividad a largo plazo del sector, es decir, a su función de
producción y, por tanto, de su productividad. Y para conseguir este objetivo, un eje
fundamental consiste en garantizar que existe un adecuado flujo de financiación a largo
plazo, estratégica y para el crecimiento de la empresa industrial.
Resulta por tanto necesario aprobar unas bases reguladoras, que impulsen
inversiones en digitalización que permitan potenciar el sector industrial en el contexto de
salida de la crisis sanitaria derivada del COVID-19, alineados con los objetivos de
reactivación de la economía general y el sector industrial en particular, y de la resiliencia
del sector productivo nacional.
Además, el impulso deberá ser coherente con el marco de la UE, apuntando a una
recuperación en clave ecológica, alineada con el Pacto Verde Europeo, sobre la base de
la neutralidad climática y la economía circular y sostenible, que abre oportunidades en
términos de modernización de la economía, atracción de inversiones, de una nueva
reindustrialización y de generación de empleo de calidad.
Y para ello, resulta fundamental el apoyo gubernamental a proyectos que promuevan
esta transformación, complementando así los esfuerzos empresariales en este ámbito de
cve: BOE-A-2021-11212
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 160
Martes 6 de julio de 2021
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dichas variables. De hecho, el sector industrial, en el que convergen tecnología digital y
producción física de bienes, puede considerarse protagonista de la transformación
digital, al favorecer la modernización de los procesos industriales, los productos y los
modelos de negocio, afectando positivamente a la productividad, y ejerciendo un efecto
tractor sobre la tecnificación del resto de actividades productivas. Europa es líder
mundial en muchos sectores de fabricación y son muchas las empresas europeas que se
sitúan en la vanguardia de la digitalización y la automatización en sectores clave de la
industria.
Pero la digitalización de la industria abarca mucho más que la tecnología, y su
asimilación por parte de las pymes es lenta. En estos procesos, las empresas deben
asumir las inversiones iniciales que les permitan aprovechar las posibilidades que se
abren en este campo. Superar los esfuerzos que conllevarán la adquisición de nuevas
capacidades digitales, permitirá a las empresas interiorizar nuevos modelos y nuevos
procesos empresariales, lo que les permitirá estar preparadas y crecer en un entorno de
cambios disruptivos que afectarán, entre otros, a los procesos y ritmos de fabricación, a
la previsibilidad de la producción, la fragmentación y reorientación de las cadenas de
valor, a las relaciones entre la industria y los proveedores de conocimiento o al papel del
cliente en el proceso productivo.
La ciberseguridad, la economía del dato, la inteligencia artificial, la robótica
avanzada, el blockchain, la conectividad y otras tecnologías digitales habilitadoras son
vectores estratégicos para impulsar la segunda oleada de digitalización en España.
Esta adaptación a lo largo y ancho de las cadenas de valor será clave para fomentar
el crecimiento y la competitividad de las empresas y, globalmente, de toda la industria
europea.
Es, por lo tanto, preciso modernizar la industria de cara a la actual era digital, puesto
que la transformación digital está en el núcleo de la revolución industrial en curso.
Las Directrices de la Nueva Política Industrial 2030 determinan la necesidad de una
política industrial activa dirigida a contribuir a transformar nuestro modelo productivo y
considera como eje estratégico la digitalización de la industria, instando a orientar las
políticas públicas hacia la mayor penetración de la digitalización en el tejido industrial
nacional, especialmente las pymes; y que existan mecanismos para asegurar el óptimo
aprovechamiento del potencial de estas nuevas tecnologías.
Por su parte, la Agenda España Digital 2025, establece como séptimo eje acelerar
los procesos de digitalización del tejido productivo, fomentando la adopción intensiva de
tecnologías y servicios digitales y el empleo masivo de datos, especialmente en la pyme,
contribuyendo a mejorar su crecimiento e internacionalización, así como el impulso de
sus capacidades de innovación y de toma de decisiones basadas en datos.
Por todo lo explicado, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de la
Secretaría General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa orienta su acción a
la mejora de la competitividad a largo plazo del sector, es decir, a su función de
producción y, por tanto, de su productividad. Y para conseguir este objetivo, un eje
fundamental consiste en garantizar que existe un adecuado flujo de financiación a largo
plazo, estratégica y para el crecimiento de la empresa industrial.
Resulta por tanto necesario aprobar unas bases reguladoras, que impulsen
inversiones en digitalización que permitan potenciar el sector industrial en el contexto de
salida de la crisis sanitaria derivada del COVID-19, alineados con los objetivos de
reactivación de la economía general y el sector industrial en particular, y de la resiliencia
del sector productivo nacional.
Además, el impulso deberá ser coherente con el marco de la UE, apuntando a una
recuperación en clave ecológica, alineada con el Pacto Verde Europeo, sobre la base de
la neutralidad climática y la economía circular y sostenible, que abre oportunidades en
términos de modernización de la economía, atracción de inversiones, de una nueva
reindustrialización y de generación de empleo de calidad.
Y para ello, resulta fundamental el apoyo gubernamental a proyectos que promuevan
esta transformación, complementando así los esfuerzos empresariales en este ámbito de
cve: BOE-A-2021-11212
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