III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2021-8029)
Resolución de 24 de marzo de 2021, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de "La Montería y la Rehala en Extremadura", con carácter de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 14 de mayo de 2021

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perreros días antes de la montería. El acceso a la mancha, la suelta de los perros, la
recogida de las reses, se hacía a lomos de caballerías o andando.
Con la introducción de los vehículos a motor los desplazamientos se simplificaron. La
comercialización de las monterías provocó un aumento de las rehalas sociales y de
propietarios. El rehalero mercantiliza su trabajo con el alquiler de sus servicios o la
contraprestación de un puesto de montería.
Aguado (2017) señala que la figura del rehalero en el contexto de la montería, tiene
una función delimitada e integrada en la estrategia de la cacería. Por otro lado, el trabajo
y la solidaridad entre perreros denota un vínculo colectivo basado en normas no escritas.
A partir de la década de los 90 del siglo XX, esta asociación encuentra vías de
institucionalización en asociaciones locales y, finalmente con la creación en el año 1996
de la Asociación Española de Rehalas.
– Composición de las recovas. Dentro de las recovas hay dos figuras
fundamentales: el perrero (podenquero) y el perro. La relación entre cazador y perro es
muy común en la caza menor, y en la caza mayor, la relación se establece entre el
rehalero y el perro de montería.
El perrero o podenquero es el guía de la rehala de la montería, mientras que el perro
es fundamental por su labor en la suelta y en la forma de echar la mancha. Según las
condiciones de cada perro, estos adoptarán una función y posición en el monte. En este
sentido, cabe distinguir entre el perro busca o primero, también llamado maestro, que
localiza y rastrea las reses; el perro medio o de acoso, normalmente más joven que el
anterior; y el perro de agarre, que proporciona seguridad en situaciones directas con las
reses. Los perros cumplen la función de localizar las reses, acosándolas y dirigiéndolas
hacia las posiciones de tiro. Las razas de perros relacionadas con las rehalas han sido
clasificadas por Castejón (2016). Las rehalas están sometidas a normativa referida a los
núcleos zoológicos, al transporte, al control sanitario, los seguros, etc.
Algunos rehaleros extremeños mantienen la costumbre de batir la mancha a caballo,
si bien, esta es una práctica cada vez menos extendida.
– Recovas, rehaleros y podenqueros en la montería. Ser rehalero, ser perrero,
también es ser cazador. Hay que distinguir entre la figura del rehalero, que es el dueño
de la rehala, y la del perrero o podenquero. El perrero es el encargado de dirigir a la
rehala en la montería. Este puede coincidir con la figura del rehalero, cuando es dueño
de los perros, o no. El perrero realiza el trabajo duro.
La montería no es posible sin el concurso de las rehalas. Rehaleros y monteros
forman parte indispensable de la modalidad. Con la introducción de las armas de fuego,
las dos figuras se separan, asimilando al cazador de puesto fijo con el montero, y al
cazador con perro como rehalero.
Los perreros se enfrentan a manchas de diferentes morfologías que tienen que leer
para actuar sobre ellas. Los accidentes geográficos, la vegetación, el tipo de mancha y la
adecuación de su trabajo al territorio, las pistas, los trastos, las querencias, las zonas de
encame, etc, las conoce el perrero, que dirigirá a sus perros hacia las zonas donde
posiblemente estén los animales.
La caza, la montería y la rehala han cambiado en las últimas décadas. La
importancia de la rehala o el hecho de ser uno más en la montería han cambiado a partir
de la comercialización cinegética. Todavía se mantiene esa consideración en muchas
ocasiones, sobre todo en las monterías organizadas por sociedades locales de
cazadores, peñas monteras y monterías de invitación, siendo menor en las cacerías
comerciales.
El trabajo de los perreros tiene su correlación en su forma de vestir y sus accesorios.
La imagen del podenquero la tenemos asociada a los zahones, la caracola y el cuchillo.
Las polainas se utilizan cuando la mancha es muy cerrada para proteger las piernas de
las zarzas, los espinos y las aulagas. Actualmente también se utilizan monos de trabajo
de colores vivos para ser vistos en la mancha. El cuchillo de remate lo llevan los
rehaleros y podenqueros durante la montería, si bien, también lo pueden portar los
cazadores y utilizarlos si entran en un agarre.

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