III. Otras disposiciones. ADMINISTRACIÓN LOCAL. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2021-3981)
Resolución de 21 de diciembre de 2020, del Consejo Insular de Menorca, referente a la declaración como bien de interés cultural, con carácter de lugar de interés etnológico, de la zona de Punta Nati (Ciutadella).
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Sábado 13 de marzo de 2021
Sec. III. Pág. 29339
en el término de Ciutadella. No conocemos la fecha concreta de su construcción ni de su
primer uso, pero es muy probable que sea anterior a 1782.
Más desconocidas son las fechas de construcción de las casas de los predios de
Son Salomó, Torrenova, Torrevella y Son Triai, pero sería muy probable que se crearan
también durante el siglo XVII en una época cercana a las de ses Truqueries. Todos estos
predios cambiarán a partir del siglo XVIII y, sobre todo, a inicios del siglo XIX, momento
en que se construyen la gran mayoría de bienes etnológicos objeto de esta declaración y
cuando se empieza a configurar el paisaje actual del área de Punta Nati. Las causas de
este cambio paisajístico y de la construcción del patrimonio etnológico han sido ya
mencionadas anteriormente y se ha de incidir en la importancia del conde de Torre
Saura, que recibió su título nobiliario en 1817 y que propició la construcción de estos
edificios. Desde ese momento la historia del área de Punta Nati sigue el ritmo y la
cronología mencionada anteriormente, con una explotación agrícola y ganadera muy
intensa.
Durante la segunda mitad del siglo XIX el archiduque Luis Salvador visitó esta zona y
la define en su obra Die Balearen, donde dibuja también una barraca de ganado de la
finca de ses Truqueries.
No se conoce con exactitud a partir de qué momento se empiezan a construir los
elementos etnológicos de la zona de Punta Nati. A veces se ha dicho que pueden ser
una evolución natural de la técnica constructiva ciclópea del momento talayótico. Sin
embargo, el hecho de tener tanta similitud con otros lugares del Mediterráneo hace que
se tenga que pensar más en un fenómeno producto de la gestión ganadera,
fundamentalmente ovina, muy similar también a toda la cuenca mediterránea y como
respuesta al comercio de la lana.
En el caso que nos ocupa algunas de las construcciones en piedra seca, que son los
elementos etnológicos más destacables de la zona de Punta Nati, tienen inscrito el año
de construcción, bien en el dintel de la entrada o bien en el interior. Según Sastre (1989,
16), la barraca más antigua sería la denominada des Comte en el predio de ses
Troqueries (sic) que podría ser de 1798. El resto, se desarrollan durante todo el siglo
XIX; en concreto, en el predio de Son Salomó tenemos grabadas las fechas y el nombre
del paredador del puente de s'Aljub de 1838 y de la barraca de sa Tanca de sa Bassa
de 1857, construidos por Bartolomé Castillo. El archiduque Luis Salvador de Austria las
menciona en su recorrido por la isla de Menorca. Tanto Sastre como el Archiduque
explican que este tipo de construcciones están extendidas por toda la isla, aunque la
parte más monumental se encuentra en las fincas de la zona noroeste de Ciutadella.
También son del siglo XIX dos pozos de torno fechados por una baldosa grabada
empotrada en su arco, uno en Torrenova d’en Lozano de 1843 y otro en Torrevella d’en
Lozano de 1852.
A inicios del siglo XX todos los predios de esta área siguen en pleno funcionamiento
y explotación del territorio, pero entrarán en declive entre los años 60 y 70 con la
industrialización de la isla, el cambio hacia una economía terciaria, el turismo y el éxodo
del campo a la ciudad. En el siglo XXI estas fincas han perdido ya gran parte de la
importancia agrícola y ganadera. La mayoría todavía tienen un campesino que las
explote, pero muy lejos del número de trabajadores, tanto campesinos como
«missatges» y animales, que llegaron a tener durante el siglo XIX y primera mitad del
XX. Algunos de estos predios han incluso readaptado sus edificios para adaptarlos a
nuevos usos. El cambio social, económico y de usos de los últimos cincuenta años
continúa hoy en día pasando del sector primario y secundario hacia el terciario y esto ha
dejado sin uso estos elementos y, por tanto, ha afectado a su estado de conservación.
La otra afectación sufrida es la implantación de usos ajenos a la gestión agrícola,
como es un basurero municipal, hoy en día amortizado, y una planta fotovoltaica en Son
Salomó; un aparcamiento en Torrevella d'en Lozano, y el uso residencial en el sur de
esta misma finca.
cve: BOE-A-2021-3981
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 62
Sábado 13 de marzo de 2021
Sec. III. Pág. 29339
en el término de Ciutadella. No conocemos la fecha concreta de su construcción ni de su
primer uso, pero es muy probable que sea anterior a 1782.
Más desconocidas son las fechas de construcción de las casas de los predios de
Son Salomó, Torrenova, Torrevella y Son Triai, pero sería muy probable que se crearan
también durante el siglo XVII en una época cercana a las de ses Truqueries. Todos estos
predios cambiarán a partir del siglo XVIII y, sobre todo, a inicios del siglo XIX, momento
en que se construyen la gran mayoría de bienes etnológicos objeto de esta declaración y
cuando se empieza a configurar el paisaje actual del área de Punta Nati. Las causas de
este cambio paisajístico y de la construcción del patrimonio etnológico han sido ya
mencionadas anteriormente y se ha de incidir en la importancia del conde de Torre
Saura, que recibió su título nobiliario en 1817 y que propició la construcción de estos
edificios. Desde ese momento la historia del área de Punta Nati sigue el ritmo y la
cronología mencionada anteriormente, con una explotación agrícola y ganadera muy
intensa.
Durante la segunda mitad del siglo XIX el archiduque Luis Salvador visitó esta zona y
la define en su obra Die Balearen, donde dibuja también una barraca de ganado de la
finca de ses Truqueries.
No se conoce con exactitud a partir de qué momento se empiezan a construir los
elementos etnológicos de la zona de Punta Nati. A veces se ha dicho que pueden ser
una evolución natural de la técnica constructiva ciclópea del momento talayótico. Sin
embargo, el hecho de tener tanta similitud con otros lugares del Mediterráneo hace que
se tenga que pensar más en un fenómeno producto de la gestión ganadera,
fundamentalmente ovina, muy similar también a toda la cuenca mediterránea y como
respuesta al comercio de la lana.
En el caso que nos ocupa algunas de las construcciones en piedra seca, que son los
elementos etnológicos más destacables de la zona de Punta Nati, tienen inscrito el año
de construcción, bien en el dintel de la entrada o bien en el interior. Según Sastre (1989,
16), la barraca más antigua sería la denominada des Comte en el predio de ses
Troqueries (sic) que podría ser de 1798. El resto, se desarrollan durante todo el siglo
XIX; en concreto, en el predio de Son Salomó tenemos grabadas las fechas y el nombre
del paredador del puente de s'Aljub de 1838 y de la barraca de sa Tanca de sa Bassa
de 1857, construidos por Bartolomé Castillo. El archiduque Luis Salvador de Austria las
menciona en su recorrido por la isla de Menorca. Tanto Sastre como el Archiduque
explican que este tipo de construcciones están extendidas por toda la isla, aunque la
parte más monumental se encuentra en las fincas de la zona noroeste de Ciutadella.
También son del siglo XIX dos pozos de torno fechados por una baldosa grabada
empotrada en su arco, uno en Torrenova d’en Lozano de 1843 y otro en Torrevella d’en
Lozano de 1852.
A inicios del siglo XX todos los predios de esta área siguen en pleno funcionamiento
y explotación del territorio, pero entrarán en declive entre los años 60 y 70 con la
industrialización de la isla, el cambio hacia una economía terciaria, el turismo y el éxodo
del campo a la ciudad. En el siglo XXI estas fincas han perdido ya gran parte de la
importancia agrícola y ganadera. La mayoría todavía tienen un campesino que las
explote, pero muy lejos del número de trabajadores, tanto campesinos como
«missatges» y animales, que llegaron a tener durante el siglo XIX y primera mitad del
XX. Algunos de estos predios han incluso readaptado sus edificios para adaptarlos a
nuevos usos. El cambio social, económico y de usos de los últimos cincuenta años
continúa hoy en día pasando del sector primario y secundario hacia el terciario y esto ha
dejado sin uso estos elementos y, por tanto, ha afectado a su estado de conservación.
La otra afectación sufrida es la implantación de usos ajenos a la gestión agrícola,
como es un basurero municipal, hoy en día amortizado, y una planta fotovoltaica en Son
Salomó; un aparcamiento en Torrevella d'en Lozano, y el uso residencial en el sur de
esta misma finca.
cve: BOE-A-2021-3981
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Núm. 62