3. Otras disposiciones. . (2025/6-23)
Orden de 7 de enero de 2025, por la que se regulan diversas actividades dentro de la Zona Especial de Conservación Acantilados y Fondos Marinos de la Punta de La Mona.
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No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
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Número 6 - Viernes, 10 de enero de 2025
página 84/2
luz es el principal factor regulador, los sustratos rocosos del HIC 1170 se caracterizan por
una interesante comunidad coralígena dominada por el espectacular coral candelabro
(Dendrophyllia ramea), el cual presenta una de las formaciones más someras conocidas
en el mar Mediterráneo. Le acompañan una diversidad de suspensívoros coloniales
como Phyllangia mouchezii, Parazoanthus axinellae, Leptogorgia spp. o Eunicella spp.,
así como esponjas, briozoos, ascidias, algas coralinas incrustantes, etc.
Alimentándose sobre las diferentes comunidades bentónicas, se encuentran especies
como el erizo de púas largas (Centrostephanus longispinus), las caracolas (Charonia
lampas, Monoplex corrugatus y Monopex parthenopeus) o las estrellas de mar (Hacelia
attenuata y Ophidiaster ophidianus), entre otras.
En cuanto a la masa de agua, existe una variada y rica ictiofauna con especies
como los serránidos Anthias anthias y la cabrilla (Serranus cabrilla), el salmonete real
(Apogon imberbis), la castañuela (Chromis chromis), la julia o doncella (Coris julis), los
sargos (Diplodus sargus, D. vulgaris, D. cervinus), el pez verde (Thalassoma pavo), la
vieja (Parablennius pilicornis), la salpa (Sarpa salpa), la chucla (Spicara maena), etc. Por
debajo de los 30 m de profundidad, todavía se pueden ver, grandes serránidos como
el mero (Epinephelus marginatus) y el falso abadejo (Epinephelus costae) mientras que,
a cotas más cercanas a la superficie del mar, la pesca submarina ha ocasionado que,
prácticamente, estas especies desaparezcan.
Por último, el espacio, al igual que gran parte del litoral andaluz, forma parte de la zona
de campeo de especies de amplia distribución como el delfín mular (Tursiops truncatus),
la gaviota de Audouin (Larus audouinii), la pardela balear (Puffinus mauritanicus) o la
tortuga boba (Caretta caretta), todas ellas incluidas en el Listado de Especies Silvestres
en Régimen de Protección Especial.
En el ámbito terrestre, sus acantilados y roquedos litorales conforman ecosistemas
muy singulares con unas condiciones ambientales extremas, sin prácticamente suelo y
sometidos a fuertes insolaciones, vientos desecantes y aerosoles cargados de sal, que
hacen que las comunidades biológicas tengan que desarrollar mecanismos específicos
para sobrevivir. En estas condiciones se presenta una flora particular de carácter rupícola
y adaptadas a suelos subsalinos, que, de acuerdo a la terminología de los hábitats de
interés comunitario, se puede encuadrar en los tipos «1240 Acantilados con vegetación
de las costas mediterráneas con Limonium spp. endémicos» y «8210 Pendientes
rocosas calcícolas con vegetación casmofítica». Entre las principales especies de estos
hábitats, deben reseñarse Asteriscus maritimus, Crithmum maritimum y, especialmente,
las dos especies endémicas de pequeños sectores del litoral de la provincia de
Granada denominadas Limonium malacitanum y Rosmarinum tomentosus, ambas muy
amenazadas y catalogadas «en peligro de extinción».
El Plan de Gestión identifica una serie de presiones y amenazas que ponen en riesgo
la conservación del espacio en su conjunto y del HIC 1170 Arrecifes en particular, así como
la supervivencia de determinadas especies. Entre las presiones y amenazas identificadas
se reseñan como de importancia elevada la pesca profesional, la pesca deportiva, el
buceo y el esnórquel. El desarrollo, en mayor o menor medida, de estas actividades está
provocando una pérdida significativa de los elementos prioritarios de conservación de
la ZEC, y causando daños en gran parte de las comunidades de invertebrados. Todo
ello debido principalmente a los daños mecánicos producidos por el uso y la pérdida de
artes de pesca propios de la actividad pesquera profesional y recreativa, por el anclaje
y amarre de las embarcaciones deportivas y por el contacto de los buceadores con los
fondos y paredes de los acantilados. En este sentido, el seguimiento realizado en el
Programa de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz, que informa periódicamente
sobre las afecciones a la flora y fauna marina, coincide con las valoraciones de los
investigadores de la Universidad de Granada y de otras entidades, que manifiestan su
preocupación por el estado de deterioro detectado en las comunidades de invertebrados
y en las poblaciones de algunas especies ictícolas.
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00313698
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
página 84/2
luz es el principal factor regulador, los sustratos rocosos del HIC 1170 se caracterizan por
una interesante comunidad coralígena dominada por el espectacular coral candelabro
(Dendrophyllia ramea), el cual presenta una de las formaciones más someras conocidas
en el mar Mediterráneo. Le acompañan una diversidad de suspensívoros coloniales
como Phyllangia mouchezii, Parazoanthus axinellae, Leptogorgia spp. o Eunicella spp.,
así como esponjas, briozoos, ascidias, algas coralinas incrustantes, etc.
Alimentándose sobre las diferentes comunidades bentónicas, se encuentran especies
como el erizo de púas largas (Centrostephanus longispinus), las caracolas (Charonia
lampas, Monoplex corrugatus y Monopex parthenopeus) o las estrellas de mar (Hacelia
attenuata y Ophidiaster ophidianus), entre otras.
En cuanto a la masa de agua, existe una variada y rica ictiofauna con especies
como los serránidos Anthias anthias y la cabrilla (Serranus cabrilla), el salmonete real
(Apogon imberbis), la castañuela (Chromis chromis), la julia o doncella (Coris julis), los
sargos (Diplodus sargus, D. vulgaris, D. cervinus), el pez verde (Thalassoma pavo), la
vieja (Parablennius pilicornis), la salpa (Sarpa salpa), la chucla (Spicara maena), etc. Por
debajo de los 30 m de profundidad, todavía se pueden ver, grandes serránidos como
el mero (Epinephelus marginatus) y el falso abadejo (Epinephelus costae) mientras que,
a cotas más cercanas a la superficie del mar, la pesca submarina ha ocasionado que,
prácticamente, estas especies desaparezcan.
Por último, el espacio, al igual que gran parte del litoral andaluz, forma parte de la zona
de campeo de especies de amplia distribución como el delfín mular (Tursiops truncatus),
la gaviota de Audouin (Larus audouinii), la pardela balear (Puffinus mauritanicus) o la
tortuga boba (Caretta caretta), todas ellas incluidas en el Listado de Especies Silvestres
en Régimen de Protección Especial.
En el ámbito terrestre, sus acantilados y roquedos litorales conforman ecosistemas
muy singulares con unas condiciones ambientales extremas, sin prácticamente suelo y
sometidos a fuertes insolaciones, vientos desecantes y aerosoles cargados de sal, que
hacen que las comunidades biológicas tengan que desarrollar mecanismos específicos
para sobrevivir. En estas condiciones se presenta una flora particular de carácter rupícola
y adaptadas a suelos subsalinos, que, de acuerdo a la terminología de los hábitats de
interés comunitario, se puede encuadrar en los tipos «1240 Acantilados con vegetación
de las costas mediterráneas con Limonium spp. endémicos» y «8210 Pendientes
rocosas calcícolas con vegetación casmofítica». Entre las principales especies de estos
hábitats, deben reseñarse Asteriscus maritimus, Crithmum maritimum y, especialmente,
las dos especies endémicas de pequeños sectores del litoral de la provincia de
Granada denominadas Limonium malacitanum y Rosmarinum tomentosus, ambas muy
amenazadas y catalogadas «en peligro de extinción».
El Plan de Gestión identifica una serie de presiones y amenazas que ponen en riesgo
la conservación del espacio en su conjunto y del HIC 1170 Arrecifes en particular, así como
la supervivencia de determinadas especies. Entre las presiones y amenazas identificadas
se reseñan como de importancia elevada la pesca profesional, la pesca deportiva, el
buceo y el esnórquel. El desarrollo, en mayor o menor medida, de estas actividades está
provocando una pérdida significativa de los elementos prioritarios de conservación de
la ZEC, y causando daños en gran parte de las comunidades de invertebrados. Todo
ello debido principalmente a los daños mecánicos producidos por el uso y la pérdida de
artes de pesca propios de la actividad pesquera profesional y recreativa, por el anclaje
y amarre de las embarcaciones deportivas y por el contacto de los buceadores con los
fondos y paredes de los acantilados. En este sentido, el seguimiento realizado en el
Programa de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz, que informa periódicamente
sobre las afecciones a la flora y fauna marina, coincide con las valoraciones de los
investigadores de la Universidad de Granada y de otras entidades, que manifiestan su
preocupación por el estado de deterioro detectado en las comunidades de invertebrados
y en las poblaciones de algunas especies ictícolas.
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00313698
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía