C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20240506-38)
Bien de interés cultural –  Decreto 48/2024, de 30 de abril, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento “El Rebollar”, en el Boalo (Madrid)
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BOCM
B.O.C.M. Núm. 107

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 6 DE MAYO DE 2024

Pág. 103

ANEXO
A) DESCRIPCIÓN DEL BIEN OBJETO DE LA DECLARACIÓN
1. Identificación y localización del objeto de la declaración
El bien inmueble objeto de declaración, el yacimiento arqueológico de El Rebollar, se
encuentra ubicado en un terreno municipal a 1,5 km al sureste de la localidad de El Boalo,
en el noroeste de la Comunidad de Madrid. En él se han localizado tres construcciones, entre las que destaca un edificio visigodo de uso religioso; así como numerosas tumbas.
El cerrillo sobre el que se encuentra el yacimiento, se eleva a una cota máxima de 1000
metros y está situado entre dos de los principales dominios geológicos de la Península Ibérica: el Sistema Central y la Cuenca del Tajo, más concretamente, en las estribaciones centrales del Sistema Central. En una zona estratégica de comunicación, junto a la Cañada Real
Segoviana.
Las tres parcelas catastrales en las que localizan los restos arqueológicos (parcelas 7, 8 y 9 de la manzana 33745 del catastro urbano) son de titularidad pública, y ocupan
una extensión de 1.949 metros cuadrados. Corresponden a las referencias catastrales
3374507VL2037N0001LW, 3374508VL2037N0001TW y 3374509VL2037N0001FW.

Las investigaciones realizadas a partir del traspaso de competencias en materia de arqueología a la Comunidad de Madrid han permitido la identificación y estudio de importantes necrópolis de época visigoda, así como de numerosos núcleos de hábitat de esta cronología.
Según estudios de Rafael Barroso, Jorge Morín et al., el estatus del territorio de la Comunidad de Madrid como importante centro de comunicaciones en la antigüedad tardía ha
influido directamente en la presencia de los visigodos en la zona ya desde las primeras invasiones del siglo V. Las estructuras romanas cercanas a las vías de comunicación se reaprovecharon (en diversos casos con la ubicación de necrópolis), y paulatinamente con el
asentamiento de los visigodos en la península se fueron configurando núcleos de poblamiento en los cursos bajos de los ríos Jarama, Henares, Manzanares, así como en las orillas
del Tajo y el Tajuña. En ellos se fueron configurando núcleos de explotación agrícola y ganadera vinculados a la ruralización del territorio, mientras en las zonas de sierra se establecieron asentamientos vinculados a la explotación ganadera y al control de los pasos que comunicaban las dos mesetas.
El único núcleo urbano de entidad fue Complutum, que sufrió las consecuencias de ese
proceso de ruralización, sobre todo a partir del siglo VI.
Entre las evidencias arqueológicas de esa presencia destacan los núcleos de poblamiento de Navalvillar y Navalahija, en Colmenar Viejo; La Cabilda en Hoyo de Manzanares, lugares de culto religioso como la iglesia de Santa María de la Aldea de Valcamino, en
El Berrueco; o necrópolis como el Camino de los Afligidos en Alcalá de Henares o la de
los Remedios en Colmenar Viejo, Cacera de las ranas en Aranjuez, Tinto Juan de la Cruz
en Pinto el Cerro de la Gavia en Madrid o una de gran extensión descubierta recientemente en Vicálvaro (Madrid). La mayoría de estos enclaves se abandonaron a mediados del siglo VIII sin rastro de violencia, y solo algunos mantuvieron ocupación altomedieval e incluso posterior.
Las primeras noticias del yacimiento de El Rebollar se remontan a 1953, cuando el propietario del terreno denominado “Peña Sacra”, Carlos de Miguel localiza una tumba. En 1967 la
Administración insta a la realización de un informe del hallazgo, en el que se constató la existencia de tres tumbas de tapadas con una cubierta de granito de adscripción cronológica visigoda.
Una actuación arqueológica parcial de 1998, dirigida por Manuel Castro Priego y Lauro Olmo Enciso, delimitó mediante sondeos mecánicos y manuales la zona que debía conservarse para su futuro estudio. Se localizaron ocho tumbas, catalogando la necrópolis
como altomedieval o de época visigoda, y también restos de muros que sugerían la existencia de un edificio. Tras esta intervención se estableció una reserva como zona verde en la
parcelación urbanística realizada, que abarca las tres parcelas catastrales en las que se han
identificado y excavado hasta el momento todos los restos arqueológicos.
A raíz de la prospección arqueológica realizada por la asociación cultural “Equipo A
de Arqueología” en el año 2012, para levantar los planos de los restos de asentamientos y

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2. Contexto histórico e historiográfico