C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20230414-25)
Bien de interés cultural –  Decreto 32/2023, de 5 de abril, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid la pintura titulada “La Providencia presidiendo las virtudes y las facultades del hombre”, atribuida a Francisco Bayeu y Subías
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BOCM

VIERNES 14 DE ABRIL DE 2023

B.O.C.M. Núm. 88

ANEXO
DESCRIPCIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LOS VALORES DEL BIEN
QUE MOTIVAN SU DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS CULTURAL
A) Descripción del bien objeto de la declaración
Denominación: La Providencia presidiendo las virtudes y las facultades del hombre.
Autor: Francisco Bayeu y Subías. Atribuido.
Escuela: española.
Época: siglo XVIII.
Clase del bien: pintura.
Técnica: pintura al óleo.
Materia: óleo sobre lienzo.
Medidas: 75,5 × 66,5 cm.
Estado de conservación: bueno.
La obra La Providencia presidiendo las virtudes y las facultades del hombre es una
pintura al óleo sobre lienzo atribuida a Francisco Bayeu.
Francisco Bayeu y Subías (Zaragoza 1734-Madrid, 1795) inició su aprendizaje en su
ciudad natal, en el taller del pintor de origen flamenco Juan Andrés Merklein. A los quince
años ya se formaba en el estudio de José Luzán —pintor zaragozano que gozaba de gran
prestigio—, a cuyas clases de dibujo asistió entre los años 1749 y 1753. En su formación
artística fue importante la influencia de Antonio González Velázquez, que acudió a Zaragoza en 1952, procedente de Italia, para decorar la cúpula de la capilla de la Virgen en el
Templo de Nuestra Señora del Pilar. A través de González Velázquez, Francisco Bayeu conoció y aprendió la forma de pintar del italiano Corrado Giaquinto ya que este había dejado en González Velázquez una fuerte impronta en su estilo.
En 1758 Francisco Bayeu se traslada brevemente a Madrid con una pensión de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, que dejó a los dos meses por desavenencias con su tutor, precisamente su maestro González Velázquez, regresando a su ciudad natal de Zaragoza, donde realizó varios encargos para iglesias y conventos, entre ellos
la cartuja de Aula Dei.
Años más tarde, en 1763, Bayeu vuelve a Madrid a instancias del pintor Antón
Raphael Mengs —pintor del rey Carlos III—, quien solicita su colaboración, y la de otros
pintores, para la decoración del nuevo Palacio Real, siguiendo los programas iconográficos
establecidos.
Gracias a Mengs, que le proporcionó encargos reales, Bayeu llevó a cabo tareas pictóricas en otros Reales Sitios, entre ellos el Palacio de Aranjuez y el Palacio del Pardo, llegando a obtener el nombramiento de pintor de cámara en 1767. Se inició así su vinculación
con la monarquía española, durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, años en los que
desarrolló una amplia labor como pintor de frescos, moviéndose estilísticamente entre el
barroco italianizante tardío y la línea academicista que propugnaba Mengs.
Su actividad pictórica fue constante, siendo continuos los encargos y compaginando
su trabajo en la Corte con otros trabajos. En Zaragoza colaboraría en la decoración pictórica de la Santa Capilla de la Basílica del Pilar; como responsable de las tareas artísticas de
la Fábrica de Tapices de Santa Bárbara llevó a cabo modelos de cartones y la supervisión de
trabajos de la Fábrica; entre 1776 y 1787 realizaría para el claustro de la Catedral de Toledo
un importante trabajo, constituido por once escenas religiosas; en 1785 el rey Carlos III le
encomendó la tarea de restaurar los cuadros de la Colección Real.
Bayeu fue uno de los pintores más significativos del siglo XVIII, y desempeñó un importante papel, especialmente en la corte de Carlos III. Fue pintor de cámara y director de
pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y director artístico, junto a
Mariano Salvador Maella, de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.
La obra objeto de declaración es un boceto que lleva por título La Providencia presidiendo las virtudes y las facultades del hombre. Se trata de un trabajo previo o boceto de
preparación —con algún cambio respecto al trabajo final—, para la decoración al fresco de
la bóveda de una de las estancias del nuevo Palacio Real. La estancia formaba parte del
cuarto o habitaciones privadas del infante don Luis de Borbón, situado en el ángulo noroccidental del Palacio.

BOCM-20230414-25

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