C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20221215-49)
Bien de interés cultural –  Decreto 128/2022, de 7 de diciembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid el archivo personal de Vicente Aleixandre
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BOCM

JUEVES 15 DE DICIEMBRE DE 2022

B.O.C.M. Núm. 298

dicatorias manuscritas, de las más diversas personalidades, a Vicente Aleixandre: escritores
consagrados, noveles, amigos, editores españoles, hispanoamericanos, de diversas nacionalidades, representantes de diferentes generaciones de poetas. Tanto los títulos contenidos en
la biblioteca como las dedicatorias manuscritas reflejan una rica relación intelectual y de
amistad que desarrolló el autor a lo largo de su vida, así como de su papel central entre las
diferentes generaciones. Esas dedicatorias dan otro sentido al propio libro. Además, a través de estas obras extraemos información sobre las posibles influencias de su obra.
En cuanto a sus características materiales, son pocos los volúmenes encuadernados,
siendo en general publicaciones en rústica. Lo que no le quita valor pues muchos de estas
son primeras ediciones, con una cuidada impresión, estudiada tipografía, como es frecuente en las ediciones de poesía.
Por último, entre los objetos contenidos en el conjunto objeto de declaración se encuentra un retrato de grandes dimensiones de John Ulbrich; un grabado de Joan Miró con
dedicatoria a Vicente Aleixandre; el frac para la ceremonia de ingreso en la Real Academia
Española; sus gafas; o su capote. En el archivo, también existe una máscara mortuoria que
se encargó a la muerte del poeta.
B) Estado de conservación del bien y criterios básicos por los que deberán regirse
las futuras intervenciones
Tanto los manuscritos como los libros incluidos en el Archivo están instalados en contenedores de plástico inadecuados para su correcta conservación: son contenedores de grandes dimensiones en el caso de los libros y un poco más pequeños para los documentos. No
se utilizan cajas de PH neutro normalizadas para los documentos de archivo. Se ha podido
comprobar el uso de clips en algunos manuscritos, lo que es muy perjudicial para los documentos, ya que esos elementos pueden oxidar el papel.
La disposición de las unidades bibliográficas en los contenedores en general es poco
adecuada, provocando daños materiales que afectan a la estructura del volumen, del fascículo o del folleto.
En los impresos se detecta: suciedad acumulada por el tiempo; acidez, en bastantes volúmenes, debido al tipo de papel utilizado para su publicación. En algunos casos, se observan restos de humedad, bastantes cubiertas desprendidas, camisas rasgadas (deterioros propios del uso y el paso del tiempo). Junto a ellos, se incluyen libros en perfecto estado,
incluso intonsos.
Como conclusión, el estado de conservación general de los documentos es bueno,
pero son necesarias determinadas actuaciones preventivas para su correcta conservación.
Los criterios a aplicar en futuras intervenciones habrán de ser en todo caso los de mínima
intervención, diferenciación y reversibilidad, debiendo regirse, en cualquier caso, por lo
establecido en el artículo 20 de la Ley 3/2013, de 18 de junio, de Patrimonio Histórico de
la Comunidad de Madrid.
Como actuaciones para su conservación preventiva, se recomiendan las siguientes:
Se considera fundamental mantener la integridad física de los soportes y el texto en óptimas condiciones. Como recomendación general se ha de indicar que la primera actividad
de preservación consiste en evitar la degradación de los materiales.
Es necesario mantener todos los materiales en condiciones medioambientales de temperatura y humedad adecuadas. Muy especialmente los documentos se deben proteger de la
luz solar, sólo es aconsejable la luz artificial de baja intensidad. Los documentos deben estar libres de polvo y conservados en sus cajas de cartón.
También resulta importante controlar el fondo documental para evitar la reproducción
de microorganismos, pues estos producen manchas y pueden llevar a la desaparición del papel, o de insectos bibliófagos que se alimentan del papel. Así como la acidez del papel de
los impresos.
Se recomienda sustituir los contenedores de plástico por cajas de conservación permanente de ph neutro, y dentro de las cajas separar los documentos con camisas eliminando todos los
materiales plásticos, así como los clips y las grapas que pueden llegar a oxidar el papel.
Es conveniente, por último, adaptar el tamaño de las cajas al del material que contienen,
especialmente en los contenedores de impresos, para evitar el deterioro físico-mecánico producido por un inadecuado almacenamiento continuo.
Asimismo, sería necesario que el Archivo contara con una descripción normalizada
para facilitar las labores de cotejo y control de los bienes integrantes del mismo. Sería adecuada una organización con criterios archivísticos científicos y la adopción de reglas uniformes en la ordenación y contabilización de las obras y elementos que conforman el mismo.

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