Consejería De Cultura, Turismo, Jóvenes Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2024040041)
Decreto 27/2024, de 26 de marzo, por el que se declara Bien de Interés Cultural el yacimiento arqueológico "La Nava", del término municipal de Cabeza del Buey (Badajoz), con la categoría de Zona Arqueológica.
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NÚMERO 63
Martes 2 de abril de 2024

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C”) o la parte residencial (“ámbito B”).

a. Edificio del “ámbito A”.
Conforma un recinto de planta aproximadamente cuadrangular, de 14,60 x 15 m, con uno de sus muros
curvos, en el centro de la pared norte, cuya función no se ha podido determinar. Se accede a él, al menos, a
través de un vano lateral de un metro de anchura. Técnicamente se levanta con piedra mediana trabada con
un mortero “pobre” de cal, sobre cimentación de bloques de mayor tamaño. En su acabado pudo contar con
“crustae” de mármol, algunos de cuyos fragmentos se recuperaron en el proceso de excavación. El pavimento,
en cambio, debió ser de mosaico, conservado parcialmente en el ángulo sureste del interior de la estancia.
Muestra una decoración geométrica de círculos secantes, con teselas de color azul, verde y amarillo, en una
composición muy extendida en la musivaria romana bajo imperial.

b. Edificio del “ámbito B”
A unos 40 m del anterior se excavaron los restos de un nuevo edificio, a priori con una planta notablemente
más compleja, que integra un conjunto de habitaciones en torno a lo que parece ser un espacio abierto o
“peristilo” de una “domus” o el área residencial de la villa. Destaca una gran estancia, al norte, presidida por
un muro curvo, que se podría identificar como “triclinium”, por su ubicación respecto al patio, su amplitud y
la morfología absidada del fondo de la sala, propia de la arquitectura de las grandes casas romanas a partir del
siglo III.
Aunque no se excavó en su integridad, parece que esta gran estancia se abría hacia ese patio –“peristylum”-,
en cuyo centro podrían identificarse los restos de un hipotético estanque o “impluvium”, por su acabado con
mortero hidráulico – “opus signinum”- o profundidad -de 1,65 m-, sin que por el momento pueda
determinarse con seguridad su naturaleza, planta completa o los demás elementos que cabrían identificarse
en este tipo de estructuras domésticas. En torno a este estanque, como viene siendo habitual en estas, se
describe un espacio semiabierto, perimetral, pavimentado con cantos de río y teselas de cerámica de distintos
colores organizados en diferentes bandas.
Hacia el ángulo NO de este espacio (presumiblemente abierto) se ha determinado un conjunto de estancias,
de menor tamaño que la anterior, comunicadas entre sí y con este supuesto “peristylum”. Interesa resaltar
sobre todo los pavimentos en dos de ellas, sendos mosaicos con motivos geométricos. En una de las
habitaciones -“A”-, la decoración bícroma describe una ancha banda al O, decorada con cuadrados de
distintos tamaños, organizados en una composición diagonal, donde los pequeños se ubican en los ángulos de
los mayores. Insertos en ellos, se dibujan cruces o aspas que parecen reproducir motivos vegetales
sumamente estilizados. El pavimento de la habitación “B” presenta una variedad cromática y complejidad
mayor que el anterior, con dos composiciones distintas separadas por una cenefa blanca: una, de octógonos
sobre fondo azul que generan en sus ángulos pequeños cuadrados blancos oblicuos; la otra, de rombos y
cuadrados que encierran elementos vegetales sumamente esquematizados, triángulos y elipses entrelazadas
o “nudos de Salomón”.
Las paredes de estas estancias también debieron estar ornamentadas, empleando “crustae” de mármol,
constatadas en el zócalo conservado de los muros o los estratos de amortización excavados en el interior.

c. Termas del “ámbito C”
En el ámbito más occidental se ubican las construcciones más sobresalientes, monumentales y mejor