Consejería De Cultura, Turismo Y Deportes. Bienes De Interés Cultural. (2022040220)
Decreto 147/2022, de 7 de diciembre, por el que se declara Bien de Interés Cultural la localidad de Alcántara (Cáceres), con la categoría de Sitio Histórico.
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NÚMERO 237
Martes 13 de diciembre de 2022

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El robusto aspecto de todos estos muros y torres debió ser asombroso en su época.
Dos eran las puertas que comunicaban la Villa Vieja y la fortaleza con el arrabal, la de
Jartín y la denominada de la Villa. La primera constituía el paso natural entre la villa y el
arrabal. La puerta, embutida en los bajos de la torre de Santiago, se cegó con el tiempo
por la apertura de una nueva plaza y una nueva comunicación entre el arrabal y el puente.
Respecto a la puerta de la Villa, la que permitía el paso entre el castillo y el arrabal, ésta
estaba ubicada entre las torres del Homenaje y de la Harina (hoy calle de la Muralla, cercana a la plaza de San Pedro), viniendo a coincidir con el eje de la calle Zapatería. Pero la
Villa Vieja tenía al menos dos puertas más, la denominada Puerta Nueva, que se abría en
el lienzo sur, seguramente bajo la torre del mismo nombre; y, la Puerta del Puente, muy
próxima al templo de San Julián, y que constituye un punto estratégico de primer orden.
Existía además un pequeño postigo o “portillo” cercano a la torre de Hernán Botello y a la
Puerta Nueva.
El recinto abaluartado.
El recinto abaluartado que envuelve todo el casco urbano presenta el trazado clásico de
este tipo de fortificaciones, configuradas por lienzos o cortinas rectilíneas que enlazan
baluartes, revellines y reductos de trazado poligonal. Sus muros son de mampostería de
pizarra, ataludados en sus caras exteriores, generalmente reforzados con sillería de granito en los ángulos.
Alcántara era un punto estratégico en los enfrentamientos bélicos de frontera, por lo que
necesitaba de un proyecto de fortificación adecuado a la estrategia militar del siglo XVII.
Interesa ahora proteger la villa moderna que se había extendido hacia el oriente, extramuros de la antigua muralla, por lo que se va a construir un amplio recinto abaluartado
diseñado para la guerra moderna.
A comienzos del siglo XVII, el recinto ocupa ya una superficie similar a la actual, así parece manifestarlo la existencia de la Puerta de la Concepción, emplazada en el extremo
más oriental del recinto, que habría sido construida o reformada en 1611, como consta en
una de las inscripciones que la decoran. Esta puerta aparece reflejada en los planos de los
siglos XVIII y XIX, precedida de distintos recursos defensivos como imponía la técnica de
fortificación desde el siglo XVII.
Con el recrecimiento efectuado a mediados del siglo XVII, el espacio murado alcanzará
más de 40 ha, unas dimensiones que indican la importancia de este enclave militar, en la
guerra de Restauración entre España y Portugal.