Ministerio de Cultura. III. Otras disposiciones. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2025-12956)
Real Decreto 553/2025, de 24 de junio, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, el Palacio de Buenavista, en Madrid.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Miércoles 25 de junio de 2025
Sec. III. Pág. 84293
en cada uno de los pisos superiores y 14 en el entresuelo. En el centro se subraya el eje
medio con un orden tetrástilo coronado por frontón triangular de raigambre clásica. Se
alza sobre un zócalo de sillería sobre el que se levanta un cuerpo almohadillado de
mampostería, que alcanza la imposta que separa el cuerpo bajo del principal. Los
huecos fueron decorados con jambas y guardapolvos.
En la parte central de esta fachada principal se encuentra un frontón en cuyo
tímpano hubo un bajorrelieve de estuco, en cuyo espacio central se alojaba un reloj que
posiblemente vino a sustituir un escudo nobiliario. Con ocasión de las obras de reforma
acometidas en los años cuarenta del siglo XX se decidió sustituir esta decoración
escultórica, bastante dañada, por otra nueva. A tal efecto, se convocó concurso público
en 1941, resultando elegido el boceto presentado por Joaquín Martínez Friera. El
proyecto fue esculpido entre 1942 y 1944 por Aniceto Marinas.
A ambos lados de esta puerta principal, en sendas hornacinas, se alojan dos
esculturas de bronce de tamaño natural, realizadas en torno a 1980, que representan a
Rodrigo Díaz de Vivar y a Gonzalo Fernández de Córdoba. En otras cuatro hornacinas
ubicadas en los extremos del patio de armas se encuentra otro grupo de esculturas de
bronce en gran tamaño y de estética expresionista, realizadas en 1982 por Antonio
Colmeiro.
En su aspecto interior goza de cierta singularidad la escalera, de un solo tiro con
escalones y barandillas de mármol gris y decorada a ambos lados de su arranque por
dos pares de columnas de orden toscano.
En el interior del palacio, además, se distribuyen una serie de salas y salones
ricamente adornados según el uso que se les dio históricamente, con decoraciones
pictóricas en los techos de estilo pompeyano o neoclásico en toda su planta noble.
Destacan las carpinterías sobredoradas, aplicaciones de mármol, etc. En ellos, se
conserva una amplia colección de tapices, pinturas, esculturas y objetos de metalistería
integrados por los bienes pertenecientes al propio palacio, así como por otros
depositados por diversas instituciones.
Los jardines que anteceden la fachada principal del palacio están limitados en la
parte que se abre a la calle de Alcalá y a la plaza de Cibeles por una verja, proyectada
en 1870 terminada en 1873. Entre 1877 y 1878 fueron colocados los seis candelabros de
bronce que, diseñados por el brigadier José María Aparici, coronan los pilares que
configuran la triple entrada al recinto.
La verja de hierro forjado se apoya sobre un zócalo de granito y se interrumpe a
intervalos por unas pilastras que rematan en jarrones. El «trofeo» que figura sobre la
puerta principal de la verja fue fundido con el bronce de uno de los cañones capturados
en la guerra de África. Realizado en 1873, es obra del escultor toledano Eugenio Duque
y Duque.
A los lados de la escalera que enlaza el vano central con la puerta principal del
palacio hay dos sencillas fuentes con varias trazas de caliza de Campaspero y también
dos figuras femeninas, posiblemente del siglo XIX, que antes estaban talladas en piedra
y ahora se encuentran vaciadas en bronce para evitar su deterioro. Asimismo, sobre
pedestal de granito, ocupa lugar destacado una escultura que representa «El Valor»,
bajo la forma de un guerrero desnudo. La figura fue inicialmente tallada en piedra caliza
por el tarraconense José Alcoverro y Amorós, pero a la vista de la destrucción que venía
sufriendo la piedra, el sevillano Lorenzo Coullaut Valera fue encargado de rehacerla
en 1927; no obstante, hace unos años se hizo necesario sustituirla por el actual vaciado
en bronce para evitar su creciente deterioro.
Finalmente, en el patio de asamblea del palacio se alza sobre un pedestal de piedra
una figura de bronce de un guerrero hispano antiguo, con espada corta, escudo y casco,
realizada en 1977 por el escultor Morante.
cve: BOE-A-2025-12956
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 152
Miércoles 25 de junio de 2025
Sec. III. Pág. 84293
en cada uno de los pisos superiores y 14 en el entresuelo. En el centro se subraya el eje
medio con un orden tetrástilo coronado por frontón triangular de raigambre clásica. Se
alza sobre un zócalo de sillería sobre el que se levanta un cuerpo almohadillado de
mampostería, que alcanza la imposta que separa el cuerpo bajo del principal. Los
huecos fueron decorados con jambas y guardapolvos.
En la parte central de esta fachada principal se encuentra un frontón en cuyo
tímpano hubo un bajorrelieve de estuco, en cuyo espacio central se alojaba un reloj que
posiblemente vino a sustituir un escudo nobiliario. Con ocasión de las obras de reforma
acometidas en los años cuarenta del siglo XX se decidió sustituir esta decoración
escultórica, bastante dañada, por otra nueva. A tal efecto, se convocó concurso público
en 1941, resultando elegido el boceto presentado por Joaquín Martínez Friera. El
proyecto fue esculpido entre 1942 y 1944 por Aniceto Marinas.
A ambos lados de esta puerta principal, en sendas hornacinas, se alojan dos
esculturas de bronce de tamaño natural, realizadas en torno a 1980, que representan a
Rodrigo Díaz de Vivar y a Gonzalo Fernández de Córdoba. En otras cuatro hornacinas
ubicadas en los extremos del patio de armas se encuentra otro grupo de esculturas de
bronce en gran tamaño y de estética expresionista, realizadas en 1982 por Antonio
Colmeiro.
En su aspecto interior goza de cierta singularidad la escalera, de un solo tiro con
escalones y barandillas de mármol gris y decorada a ambos lados de su arranque por
dos pares de columnas de orden toscano.
En el interior del palacio, además, se distribuyen una serie de salas y salones
ricamente adornados según el uso que se les dio históricamente, con decoraciones
pictóricas en los techos de estilo pompeyano o neoclásico en toda su planta noble.
Destacan las carpinterías sobredoradas, aplicaciones de mármol, etc. En ellos, se
conserva una amplia colección de tapices, pinturas, esculturas y objetos de metalistería
integrados por los bienes pertenecientes al propio palacio, así como por otros
depositados por diversas instituciones.
Los jardines que anteceden la fachada principal del palacio están limitados en la
parte que se abre a la calle de Alcalá y a la plaza de Cibeles por una verja, proyectada
en 1870 terminada en 1873. Entre 1877 y 1878 fueron colocados los seis candelabros de
bronce que, diseñados por el brigadier José María Aparici, coronan los pilares que
configuran la triple entrada al recinto.
La verja de hierro forjado se apoya sobre un zócalo de granito y se interrumpe a
intervalos por unas pilastras que rematan en jarrones. El «trofeo» que figura sobre la
puerta principal de la verja fue fundido con el bronce de uno de los cañones capturados
en la guerra de África. Realizado en 1873, es obra del escultor toledano Eugenio Duque
y Duque.
A los lados de la escalera que enlaza el vano central con la puerta principal del
palacio hay dos sencillas fuentes con varias trazas de caliza de Campaspero y también
dos figuras femeninas, posiblemente del siglo XIX, que antes estaban talladas en piedra
y ahora se encuentran vaciadas en bronce para evitar su deterioro. Asimismo, sobre
pedestal de granito, ocupa lugar destacado una escultura que representa «El Valor»,
bajo la forma de un guerrero desnudo. La figura fue inicialmente tallada en piedra caliza
por el tarraconense José Alcoverro y Amorós, pero a la vista de la destrucción que venía
sufriendo la piedra, el sevillano Lorenzo Coullaut Valera fue encargado de rehacerla
en 1927; no obstante, hace unos años se hizo necesario sustituirla por el actual vaciado
en bronce para evitar su creciente deterioro.
Finalmente, en el patio de asamblea del palacio se alza sobre un pedestal de piedra
una figura de bronce de un guerrero hispano antiguo, con espada corta, escudo y casco,
realizada en 1977 por el escultor Morante.
cve: BOE-A-2025-12956
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Núm. 152