BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 29 de agosto de 2024

Sec. III. Pág. 109460

Objetivos y temática del encuentro.
La Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno UE-CELAC que tuvo lugar en Bruselas
los días 17 y 18 de julio de 2023, bajo la presidencia española del Consejo de la Unión
Europea, se basó en una asociación estratégica birregional basada en la Declaración y
el Plan de Acción adoptados en la Primera Cumbre que se llevó a cabo en Río de
Janeiro en junio de 1999. Estas cumbres son los principales foros de diálogo y
cooperación entre Europa y los Estados de América Latina y el Caribe, que contribuyen a
fortalecer las relaciones entre ambas regiones. La Cumbre de 2023 tuvo la peculiaridad
de que consiguió volver a poner en marcha un proceso bloqueado desde el año 2015 y
permitió acordar cómo hacer frente juntos a los grandes desafíos globales a los que se
enfrenta actualmente la humanidad, algunos de ellos especialmente relevantes.
La cumbre tuvo como objetivo reforzar aún más la asociación birregional de la UE y
los países de la CELAC en torno a prioridades compartidas como las transiciones digital
y verde, la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, la salud, la
seguridad alimentaria, la migración, la seguridad y la gobernanza o la lucha contra el
crimen transnacional, y fue «una oportunidad histórica para continuar fomentando y
perfeccionando nuestra relación multilateral», en palabras del palabras del Presidente
del Gobierno de España, quien también señaló la importancia de reforzar el vínculo entre
ambos lados del Atlántico y defender juntos valores compartidos «como la democracia,
el multilateralismo, el orden internacional basado en reglas, el estado de derecho y la
justicia social».
La cumbre marcó una hoja de ruta, pero el mundo avanza a una velocidad vertiginosa.
No olvidemos los grandes desafíos recientes para la humanidad a los que tuvimos que
hacer frente juntos, y donde el multilateralismo jugó un papel esencial para su éxito, como
fue la pandemia del Covid-19, que, además de una gran pérdida de vidas humanas ha
dejado secuelas sociales y económicas de índole catastrófico a las que aún estamos
haciendo frente; la experiencia del unilateralismo y proteccionismo fomentada en ese
momento por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. A ello se le suma
la creciente dependencia de China; la invasión de Rusia que está produciendo tremendos
efectos negativos en nuestras economías, inestabilidad e incertidumbre a todos los
niveles, acrecentados hoy también por la guerra que estalló entre Isael y Hamás en la
Franja de Gaza tras el ataque terrorista de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023.
Ello ha llevado a acelerar el proceso de desarrollo de una «Autonomía Estratégica», ya
iniciado con la pandemia, como una de las prioridades europeas. El desarrollo de dicha
estrategia no tendría sentido si no somos capaces de cooperar con socios internacionales
fiables, y donde América Latina y el Caribe pueden jugar un papel esencial.
En el contexto anteriormente citado, el valor estratégico de América Latina y el
Caribe ha aumentado para la Unión Europea en el último año por diferentes motivos,
como su peso en las resoluciones de Naciones Unidas en un contexto de conflicto
internacional debido a la guerra en Ucrania; su importancia económica al contar con
importantes materias primas claves para la UE como son el litio o el hidrógeno verde,
siendo capaz de exportar energía a la UE; o su potencial mundial en términos de
biodiversidad, energías renovables, producción agrícola y materias primas estratégicas,
como señaló recientemente el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos
Exteriores y Política de Seguridad. La Unión Europea tiene la capacidad tecnológica y de
inversión, pero necesita alianzas con socios fiables.
Al mismo tiempo, es necesario avanzar en aquellos acuerdos de cooperación que
refuercen los intereses geopolíticos de ambas regiones, como el Acuerdo de Asociación
UE-Mercosur, pendiente de ser firmado a pesar del acuerdo alcanzado en junio de 2019,
y también hay que trabajar en pulir las diferencias entre la UE y algunos países de AL
relativas a la definición y protección de la democracia y los derechos humanos.
A pesar de las diferencias existentes y las visiones geopolíticas divergentes entre
ambas regiones, es imperativo dar soluciones a aquellos temas globales que nos afectan a
todos, y que contribuyan a la agenda de trabajo ya marcada de 2023 a 2025, pero mirando
a los acontecimientos más recientes, y sobre todo al futuro de dichas relaciones, que sin

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Núm. 209