III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-8471)
Decreto 42/2024, de 9 de abril, del Consell, para la declaración de bien de interés cultural, con la categoría de bien inmaterial, de la Festa de la Mare de Déu del Castell, de Cullera.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 26 de abril de 2024

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Pujà: Como punto final a los actos litúrgicos y rituales de las fiestas mayores de
Cullera, tiene lugar la Pujà, la comitiva que llevará la imagen de la Mare de Déu de vuelta
a su santuario. A la hora indicada, y por última vez, el trono de la Mare de Déu bajará, y,
en manos del custodio, será dada al clero y pasada a las andas, grandes, elegidas.
Como siempre, el órgano y la rueda de campanas suenan entre los aplausos y vítores.
El séquito tiene la orden siguiente:– SCUDAMM de cornetas y tambores, – cruz
mayor levantada, – pueblo, – Milicia y Custodia, – andas de la Virgen María con las
cuatro partes del mundo, portada por el conjunto de portadores, de todos los grupos, –
clero, presidido por el cura de los Santos Juanes, – camareras, con acompañantes, –
tauleters, con acompañantes, – Junta del Patronato, – corporación municipal, presidida
por el alcalde/alcaldesa, con la Policía Local y ordenanzas, – banda de música, con
musa.
El itinerario empieza en el patio de la Iglesia, plaza de la Mare de Déu, jardines del
Mercado, calle Calvari y curvas del Castillo. Al cruzar el mercado, en los jardines, la
Virgen María es cambiada de las andas grandes a unas pequeñas para iniciar el camino
de subida al santuario. La llegada de la Mare de Déu al santuario se hace entre el vuelo
de campanas y los últimos vítores, aplausos y emociones del pueblo de Cullera, que la
ha esperado arriba. Al entrar al santuario, con las andas en alto, suena la marcha real, y,
de nuevo, es recibida por la rueda de campanas. El custodio saca la imagen y el cura la
deposita en el altar mayor, donde empieza un besamanos. Desde el altar, será el
custodio quien guarde la imagen peregrina, y, entonces, se volverá a descubrir la imagen
original en su camarín. Las autoridades y el séquito bajan, y se dispara el último castillo
de fuegos artificiales, con el que se dan por concluidas las Fiestas Mayores de Cullera.
Entrada de bandas: Según los diversos estudios, basados en las partes de danzas
rituales y programas de fiestas antiguos, hemos comentado anteriormente la cabalgata
de danzas que se hacía el día de la Baixà a mediodía (la Degollà), y el día de San
Vicente también a mediodía. Estas cabalgatas ya no se celebran (aunque sí que se
mantienen ciertas o algunas danzas, pero no insertadas en ningún séquito u organizadas
en cabalgata, en dos momentos: el día de la Baixà a mediodía, y mientras dura la
procesión que baja del santuario al mercado), y, en lugar de esto, el día de San Vicente y
el último domingo de las fiestas se hace un desfile-entrada de las dos bandas sinfónicas
de la ciudad. Es un acto de unión fraterna en esta villa centenaria. La música es unión,
hermandad y tradición. Y tanto es así que, a raíz del arraigo musical del pueblo, se
generó su certamen de bandas, el segundo más antiguo del Estado español. También
hay otra entrada/desfile, el último sábado de fiestas, de diferentes bandas de cornetas y
tambores por las calles de la villa, hasta los jardines del Mercado, donde se desarrolla un
certamen. Estos dos desfiles suponen la evolución de aquellas cabalgatas con las
danzas rituales como protagonistas, y no hacen más que reforzar los vínculos sociales
entre las diferentes entidades musicales y el público.
Cabalgata, disfraces: Igual que la existencia de los desfiles de bandas, destacamos
la celebración de una gran cabalgata de disfraces, herencia de aquella cabalgata
alegórica de las danzas rituales que se hacía de nuevo el jueves de la semana festiva,
con la participación otros elementos, como por ejemplo carrozas, grupos, etc. Esta
repetición se debería al interés del pueblo por las danzas, que solo podían disfrutar en
contadas ocasiones. Y, de manera más popular, la dotan de otros elementos que invitan
a la participación de más personas, que no tenían por qué formar parte de las danzas.
Así, aparecen las carrozas o los bailes, que hacen más participativa una cabalgata con
un aire menos ritualizado, incluso con reconocimientos o premios por parte de las
autoridades. Esta cabalgata se deja de celebrar y se hace unas décadas cuando el
mundo fallero decide tomar el relevo. Este hecho permite que se desarrolle una
cabalgata con grupos formados por miembros del asociacionismo fallero, y que tenga
una organización estética y musical muy interesante. En la actualidad, las mejores
comparsas son reconocidas con premios por el Ayuntamiento.

cve: BOE-A-2024-8471
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Núm. 102