III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE SANIDAD. Medicamentos. (BOE-A-2024-6702)
Resolución de 22 de marzo de 2024, de la Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud, por la que se valida la Guía para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las/los enfermeras/os: procedimientos diagnósticos o terapéuticos que requieren del uso de anestésicos locales.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 4 de abril de 2024

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de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de
las/los enfermeras/os, así como las modificaciones realizadas por el Real
Decreto 1302/2018 de 22 de octubre1,2.
Se debe tener en cuenta lo preceptuado en la Ley de garantías y uso racional de los
medicamentos y productos sanitarios aprobada por el Real Decreto Legislativo 1/2015
de 24 de julio, «el Gobierno regulará la indicación, uso y autorización de dispensación de
determinados medicamentos sujetos a prescripción médica por los enfermeros, en el
marco de los principios de la atención integral de salud y para la continuidad asistencial,
mediante la aplicación de protocolos y guías de práctica clínica y asistencial, de
elaboración conjunta, acordados con las organizaciones colegiales de médicos y
enfermeros y validados por la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación
del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad»3.
Asimismo, el Real Decreto 1718/2010, de 17 de diciembre, sobre receta médica y
órdenes de dispensación, regula expresamente la orden de dispensación enfermera, en
virtud de la cual, como se ha dicho, las/los enfermeras/os pueden indicar o autorizar la
dispensación de medicamentos (refrendado por el Tribunal Supremo mediante Sentencia
de 3 de mayo de 2013)4.
Por tanto, los contenidos descritos en esta guía pretenden ser una ayuda a los/las
profesionales para mejorar los resultados en salud de las personas que atienden, a través
de una atención sanitaria integral, segura, colaborativa, de calidad, basada en la evidencia
y centrada en la persona. A tal efecto, los criterios para la selección de la guía a
desarrollar han sido la incidencia o prevalencia de las situaciones clínicas que abordan, la
garantía de seguridad clínica en la aplicación de las guías y el valor añadido que pueda
aportar un abordaje, precoz, equitativo y colaborativo de los síntomas y situaciones de
salud a los que estas guías se refieren. Asimismo, se ha tenido en cuenta la existencia de
guías y/o protocolos elaborados y desarrollados previamente por las CC. AA.
La aplicación de esta guía en la práctica asistencial ha de suponer, además, la
optimización de las competencias profesionales de las/los enfermeras/os y el desarrollo
de actuaciones de valor consistentes en:
– Educar a la persona y/o al cuidador/a en el manejo del tratamiento farmacológico y
de los cuidados asociados.
– Establecer estrategias para mejorar la adherencia terapéutica a la medicación a
través del seguimiento y control del tratamiento y monitorización de los resultados en
salud.
– Detectar e informar de efectos adversos relacionados con el tratamiento
farmacológico.
– Realizar un seguimiento con el objetivo de prevenir la aparición de complicaciones
asociadas al tratamiento y a la propia patología.
– Facilitar la accesibilidad para las actuaciones relacionadas con la medicación
evitando o reduciendo citas innecesarias o demoras para el inicio, prórroga, modificación
o interrupción de tratamientos.
– Reducir la variabilidad en la práctica clínica, adecuando y actualizando esta guía y
los protocolos que se deriven de la misma en base a las últimas evidencias disponibles.
– Maximizar la eficiencia y efectividad de la atención sanitaria y los tratamientos que
se derivan de la misma.
Los anestésicos locales son fármacos que, aplicados en concentración suficiente en
su lugar de acción, impiden la conducción de impulsos eléctricos por las membranas del
nervio y el músculo de forma transitoria y predecible, originando la pérdida de sensibilidad
en una zona del cuerpo que se recupera completamente una vez finalizado su efecto5. Se
utilizan en procedimientos vinculados a pruebas diagnósticas o terapéuticas y
procedimientos de cirugía menor de urgencia o programada para generar una pérdida de
sensibilidad de una parte reducida del cuerpo sin que el paciente pierda la consciencia.
Comenzaron a usarse en la práctica clínica en 1946 y hoy en día se utilizan para multitud
de procedimientos que son práctica habitual de las/los enfermeras/os, en el ámbito de sus

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